Gabriela Iribarren: “La cultura es un derecho humano fundamental que debería ser parte de la canasta básica”
Publicado el 21/10/24 a las 6:39 pm
Desde el Frente Amplio se propone crear un sistema nacional integrado de cultura, artes y patrimonios
En esta recta final de la campaña electoral, Gabriela Iribarren, candidata al Senado por la lista 5567, dialogó con Diario LA R y destacó la importancia de la cultura como un derecho humano fundamental y la necesidad de transformar la realidad social en Uruguay. En sus declaraciones, Iribarren subraya el compromiso del Frente Amplio de defender derechos, promover el desarrollo cultural y abordar la desigualdad, con un enfoque especial en la reforma de la seguridad social. Este documento recopila sus ideas y propuestas clave, que buscan construir un futuro más justo e igualitario para todas las personas en el país.
Iribarren se centra en la urgencia de construir un Uruguay más justo e igualitario, donde la cultura y la defensa de los derechos humanos sean pilares fundamentales. A través de la lista 5567, se busca no solo reformar la seguridad social para proteger a la población más vulnerable, sino también fomentar una verdadera descentralización cultural que visibilice y valore la diversidad de nuestro país. Iribarren y su equipo abogan por un cambio estructural que desafíe las desigualdades arraigadas y promueva la inclusión en todos los ámbitos de la vida social y cultural. En este contexto, «la lucha por la equidad de género y el reconocimiento de la cultura como un derecho humano esencial son aspectos clave para la transformación que necesita Uruguay en el siglo XXI», puntualizó.
– ¿Cómo viene esta recta final de la campaña?
– Viene con mucha intensidad, tratando de conversar con las vecinas y vecinos, así como con compañeras y compañeros frenteamplistas. Nuestro enfoque principal es la necesidad de contar con mayorías parlamentarias y dialogar con la gente sobre el programa del Frente Amplio, que es el centro de nuestra propuesta.
Este programa, que desarrollamos en el congreso programático del año pasado en diciembre, incluye elementos profundos de transformación social, abordando temas como género y cultura. Es importante destacar que este trabajo fue complejo y se realizó durante dos años por parte de la comisión programática del FA. En mi caso, he tenido el honor de conducir la comisión nacional de cultura, donde aportamos mucho.
Realizamos una gira nacional y dialogamos con comunidades culturales de todo el país. Además de la cultura, el programa abarca temas cruciales como educación, desarrollo tecnológico y cambio de la matriz productiva. En resumen, es un programa muy completo.
Entendemos que el mensaje en estos últimos días de campaña debe centrarse en la idea de cambio, especialmente para las personas en situaciones de mayor vulnerabilidad. Un pilar fundamental de nuestra campaña, de la 5567 es la reforma de la seguridad social, representada por la papeleta blanca del Sí, que consideramos esencial para lograr un avance significativo en este ámbito.
– ¿Cómo se presenta el PVP y cuales son sus mayores inquietudes?
– Estamos trabajando con una lista en Montevideo, la 5567, que está integrada por el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), el movimiento Cambio Frenteamplista (lista 5005) e Izquierda en Marcha (lista 502). Quien te habla encabeza la lista al Senado, mientras que Daniel Gerhard lo hace a Diputados. Esta alianza es el resultado de casi tres años de trabajo conjunto y es una expresión electoral de una construcción política permanente y a largo plazo.
En esta alianza, hemos definido 11 banderas, como le llamamos, que también introdujimos en el programa del Frente Amplio, relacionadas con derechos humanos, Memoria, Verdad y Justicia, así como con la agenda de derechos en áreas como vivienda, salud, trabajo, género, educación y cultura. Durante este período, hemos visto un gran deterioro y regresión en materia de derechos, y nuestro objetivo es restablecer esos derechos para transformar la sociedad en una más justa e igualitaria. No aceptamos la desigualdad social como un fenómeno natural; creemos que es una construcción que puede cambiarse, y contamos con las herramientas para hacerlo. En el ámbito económico, defendemos las empresas públicas, que han sido desmanteladas pasivamente en este período, dando espacio a la privatización, algo habitual en gobiernos de corte neoliberal. Creemos firmemente en la importancia de las empresas públicas y en el cuidado de nuestros recursos naturales.
Además, entendemos que es necesario un cambio en la matriz productiva, que agregue valor y sea respetuosa con el medio ambiente. El planeta está sobreexplotado y eso nos preocupa y ocupa. En este contexto, también consideramos fundamental la lucha antirracista como uno de nuestros principales pilares.
– Tu sector apoya la Reforma de la seguridad social, ¿por qué?
Defender los derechos es fundamental, y el Sí a la reforma de la seguridad social es clave para nosotros. Esta reforma responde a un retroceso en derechos que afecta al 95% de la población, compuesta por trabajadores y trabajadoras, tanto formales como informales. Hay miles de personas que ganan $25,000, o que no tienen trabajo, o que están en el mercado laboral informal. Además, hay 308,000 personas que reciben pensiones y jubilaciones de entre $14,000 y $18,000, lo que resalta la necesidad de los tres puntos de la papeleta, que consideramos justos y realizables. Uno de estos puntos es la posibilidad de jubilarnos a los 60 años, lo que es importante para las futuras generaciones, pero también para los jóvenes de hoy. La ley 20,130 permite incluso extender el periodo obligatorio de trabajo. Sin embargo, la única variable de ajuste que plantean los gobiernos contrarios a la papeleta es la masa de trabajadores y trabajadoras. No aceptamos que las y los trabajadores sean la variable de ajuste.
Además, no creemos en el lucro de la seguridad social; queremos elevarla como un derecho humano fundamental. La seguridad social es mucho más que pensiones y jubilaciones; la vemos como una defensa de las libertades, en un contexto donde debemos trabajar para vivir, y no vivir para trabajar. Esto es especialmente relevante en un mercado laboral donde la mayoría trabaja en condiciones precarias y en tareas que no permiten la realización personal.
Es importante aclarar que la papeleta no pretende resolver el tema de la seguridad social integral; para eso, el Frente Amplio deberá abordar una reforma integral de la seguridad social. Sin embargo, garantizar estos tres puntos en la Constitución nos parece vital.
– ¿Qué pasa con la cultura de nuestro país? ¿Qué propone el Frente Amplio en materia cultural?
– Hay un proceso de desculturización social muy importante en nuestro país. Esto significa que el sistema nos hace sentir alienados y nos priva de acceso a una visión amplia de la realidad, en parte debido a nuestra cultura centralista. Este proceso nos hace perder el contacto con la diversidad que existe en todo el territorio. Además, se produce una vulneración de la cultura como un derecho humano fundamental.
Desde la Comisión Nacional de Cultura del Frente Amplio, creemos que la cultura debe considerarse un derecho humano fundamental y que debería formar parte de la canasta básica. La cultura incluye no solo las artes, sino también los patrimonios y la diversidad cultural que refleja la composición social del país, incluyendo corrientes migratorias y elementos geopolíticos. Sin embargo, esta diversidad no cuenta con herramientas de desarrollo adecuadas.
Estamos contentos de que «HOY CULTURA» sea uno de los siete ejes programáticos del Frente Amplio. Este proyecto tiene en su corazón la idea de una descentralización cultural real, que no se limita a desconcentrar recursos de Montevideo hacia el resto de los departamentos, sino que busca dar las herramientas necesarias para que cada persona pueda desarrollarse cultural y artísticamente, sin importar su lugar de origen.
Esto implica crear un sistema nacional integrado de cultura, artes y patrimonios, lo que permitirá mapear lo que existe a nivel nacional, tanto en el ámbito público como privado. Necesitamos un Estado que regule, invierta y facilite el desarrollo de toda la riqueza y diversidad que tenemos, que actualmente está invisible.
Este es un gran desafío que requiere un compromiso presupuestal sostenido y un rediseño institucional para hacer esto posible. También está previsto el desarrollo de las industrias creativas, con Antel como plataforma nacional de streaming y políticas especiales, incluyendo exoneraciones para restablecer derechos culturales de afrodescendientes y pueblos originarios. Esto debe ser integral y trabajar en políticas de vivienda, salud y empleo.
La cultura tiene un potencial enorme, especialmente en la educación de las infancias y en los ciclos escolares y liceales. Acceder a la cultura amplía nuestra comprensión del mundo y nos ayuda a reconocer la diversidad de formas de vivir y expresarse artísticamente. Cuando salimos de nuestra burbuja y vemos el mundo en su complejidad, nuestra mente se vuelve más crítica. Comprender los ejes de desigualdad nos permite identificar prioridades urgentes.
Lamentablemente, hoy en día, muchos uruguayos y uruguayas tienen una inteligencia cultural dormida, en parte debido al deterioro cultural y a los medios de comunicación masivos, que confunden entretenimiento con cultura. Esta es una batalla que debemos enfrentar. Creemos firmemente que la cultura y la educación son las bases para una transformación real de la sociedad.
– ¿Qué le falta a Uruguay para que las mujeres puedan acceder a los espacios de poder?
Nos falta mucho y estamos atrasados en temas de género. El patriarcado es uno de los pilares del capitalismo; necesita de la mujer como reproductora y cuidadora, y del trabajo no remunerado que realizamos. En cuanto a las esferas del poder, a las mujeres les sigue costando mucho llegar a esos lugares.
Hay una gran resistencia, especialmente porque el patriarcado se aferra a su estructura, a pesar de los muchos avances logrados por los feminismos, que llevan más de 100 años en lucha. Sin duda, existe una matriz patriarcal y machista que se expresa y resiste. Los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad son quienes hacen la mayor resistencia, pero incluso dentro de la izquierda, no hemos logrado superar completamente este desafío.
Este es un elemento fundamental para construir la izquierda del siglo XXI, donde realmente podamos avanzar hacia una sociedad que equipare los salarios de hombres y mujeres. Bajo un falso manto de deconstrucción, se siguen sosteniendo prácticas machistas y patriarcales. Las mujeres, conscientes de esta realidad, debemos luchar por espacios para nosotras y abogar por un cambio que también debe ser cultural.