El asalto de la sinrazón. La trayectoria del LUMPENeoliberalismo de Rothbard a Milei (Primera parte)
Publicado el 17/07/24 a las 6:32 am
Por José Francisco Puello-Socarrás
(…) en las cumbres de la sociedad burguesa se propagó el desenfreno por la satisfacción de los apetitos más malsanos y desordenados, que a cada paso chocaban con las mismas leyes de la burguesía, desenfreno en el que, por la ley natural, va a buscar su satisfacción la riqueza procedente del juego, desenfreno por el que el placer se convierte en crápula y en que confluyen el dinero, el lodo y la sangre. La aristocracia financiera, lo mismo en sus métodos de adquisición, que, en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpenproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa”
Carlos Marx y Federico Engels, Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850
Ni “Liberalismo” ni “Anarcapitalismo”: ¡LUMPENeoliberalismo!
El actual presidente de la Argentina, Javier Milei se autoproclama como “liberal-libertario” (sic) devoto de la “escuela austriaca” en economía. También en diferentes oportunidades se ha identificado como un “anarcocapitalista en la filosofía”, pero en la práctica “minanarquista” (CNN en español, 2021).
Todas estas etiquetas que se han popularizado recientemente –y peor aún: se naturalizan– más que responder a un “pensamiento profundo” tal y como algunos analistas políticos de su país parecen concederle a Milei en medio de los debates político e ideológico de la coyuntura hoy vigente, más bien carecen de los mínimos de consistencia y congruencia en ese plano.
Aunque estos slogans muestran haber tenido impacto en varias audiencias de la opinión pública argentina hasta el punto de ver en ellos una “alternativa” electoral, también demuestran que en el fondo el “pensamiento” de Milei resulta ser más bien un collage superfluo de incoherencias sin orden ni concierto por demás oportunista.
Por eso, sus orientaciones en lo ideológico son consecuentes con lo que aquí denominamos: el lumpen-neoliberalismo, una expresión contemporánea que bajo diferentes facetas y perfiles viene recorriendo el mapa político ideológico sobre todo en América Latina y el Caribe y en donde Milei es actualmente una de sus personificaciones más paradigmáticas.
¿Liberal-libertario?
La etiqueta “liberal-y-libertario” es la primera que hace agua.
Aunque particularmente en la Argentina (también en Brasil), los neoliberales comúnmente se autoperciben en público como “liberales”, una denominación incorrecta en lo teórico y en lo histórico, pues entre el liberalismo como vestigio del pasado y el actual neo-liberalismo no existe una continuidad, ideológicamente hablando y, por el contrario, lo que media es una ruptura, el nexo entre el pensamiento liberal –aquel nominado como “clásico”, hegemónico en el siglo XIX y asociado entre otros a las figuras de Adam Smith y David Ricardo– y el convocado libertarianismo –una variante que pretende extremar las conclusiones logradas por la escuela neoliberal austriaca en el siglo XX (i. e. Mises)– resulta ser por completo inexistente.
Las razones de lo anterior son múltiples. No obstante, aquí valdría recordar un criterio en particular justamente de orden epistemológico que despeja cualquier tipo de especulación: las comprensiones antípodas respecto a la sociedad (capitalista).
Así, mientras la economía política clásica liberal entendía las dinámicas sociales partiendo de la objetivación del trabajo, la escuela austriaca tanto en sus versiones posclásica de Menger a Böhm-Bawerk como sobre todo en su versión neoliberal de Mises a Hayek, incluidas sus variantes libertarianistas (i. e. Rothbard) se comprometen con una valoración subjetivista e individualista de la (re)producción del capitalismo en donde el mercado (capitalista) se erige como axis mundi de sus construcciones intelectuales. Se trata justamente del contraste entre las teorías del valor-trabajo (de Smith a la crítica de la economía política de Marx y Engels) y las aproximaciones desde el valor subjetivo caras a los debates en la economía mainstream más convencional. Las alusiones a Smith –siempre nimias– y que a menudo saltan en algunas arengas neoliberales son ciertamente poses.
No es casual entonces que Smith sea un pensador ausente y sobre todo extrañado en las orientaciones de la escuela austriaca en particular en Mises y muy especialmente en el libertarianismo de Rothbard. De hecho, según el revisionismo practicado por Rothbard en Economía clásica. Una perspectiva austríaca de la historia del pensamiento económico, Smith antes que ser una figura prominente, fue simplemente una especie de mal plagiador de otros grandes pensadores de su época y sus argumentaciones tan espurias como equivocadas 1.
Por lo tanto, es imposible en el pensamiento pretender ser liberal y al mismo tiempo libertario a menos de caer en una contradicción tan profunda como insalvable en los términos.
¿Libertario-y-anarcapitalista?
Otra de la larga lista de inconsistencias del cóctel mileista, pero muy insistida como un atributo de sus líneas de “pensamiento” tiene que ver con la combinatoria entre el libertarianismo y el llamado anarco-capitalismo, o simplemente anarcapitalismo (AnarCap) y el min-anarquismo (MinAnar).
Conviene señalar que el libertarianismo es una corriente fruto de las variantes austriacas del neoliberalismo asentadas en los Estados Unidos durante la posguerra y posteriormente conocidos como austromericanos. Poco a poco, los austroamericanos fueron reivindicados con un particular entusiasmo a partir de la década de 1970 desde diferentes expresiones y distintos campos de las ciencias sociales, aunque muy especialmente en la economía y en las ciencias políticas.
Dentro de las variantes austroamericanas, el neo-libertarianismo se caracterizó por su pretensión de llevar hasta las últimas consecuencias el pensamiento económico de Ludwig von Mises, el máximo representante de la tercera generación de la Escuela Austriaca en particular y para el neoliberalismo en general, y en otros tópicos aplicando un revisionismo histórico de dudosas calidades por lo tanto muy especulativo.
Esta tendencia neoliberal, en todo caso, se podría enmarcar como una versión extrema y si se quiere, fácilmente podría calificarse de extremista y, por lo mismo, de ninguna manera: “radical”, pues no intenta en general “volver a las raíces” de la escuela austriaca de antaño, sino extralimitarla en diferentes temas y tópicos. Tiene como su principal referencia la obra del miembro de la Sociedad de Mont-Pelèrin, Murray Newton Rothbard quien a su vez sería uno de los (supuestos) “referentes” de Milei incluso apareciendo como el pensador “culpable” de su conversión al pensamiento austriaco hace poco más de una década.
En lo político, Rothbard es quien más ha insistido en el nuevo rótulo del libertarismo no sin dejar de deslizar que se trataría de la posición filosófica de los “libertarios de derecha” [«right wing» libertarians], pues para él sería crucial diferenciarse de los libertarios del pasado a los cuales Rothbard en general los asume como “libertarios de izquierda” (i.e. anarcosindicalistas, anarquistas, comunistas, etc.), tal y como se sostiene entre otros en el panfleto titulado: el Manifiesto libertario (1971).
Ahora bien, hace décadas fue el propio Rothbard quien aclaró una pregunta fundamental para las cuestiones neoliberal-libertarias: ¿Son los libertarios, anarquistas?
En una carta (no datada), pero ampliamente divulgada en los medios del libertarianismo de derechas, Rothbard declaraba:
Considerando a los anarquistas dominantes, es obvio que la pregunta «¿los libertarios son anarquistas?» debe responderse sin vacilar negativamente. Estamos en polos completamente opuestos… debemos concluir que no somos anarquistas, y que aquellos que nos llaman anarquistas no están en terreno etimológico firme y están siendo completamente antihistóricos(…) (Carta dirigida a Aubrey Herbert, titulada: “Are libertarians, anarchist?”, s/f; Rothbard, 2010, pp. 25–32)
El AnarCap y el MINanar (de suyo, designaciones que ya son contradictorias en sus propios términos) aparecen simplemente desentendiéndose de lo anterior y de paso alimentando el irracionalismo a través de varios delirios.
Por ejemplo, descartan que sería por completo inverosímil siquiera pensar un capitalismo sin Estado (sin que definan más que genéricamente qué se entendería por ello), pues el Estado es la expresión política del capitalismo y el mecanismo formal, organizacional y social que garantiza la relación desigual y asimétrica entre el Capital y el Trabajo, la explotación económica, etcétera, en fin, sus procesos de (re)producción. El Estado es el capitalismo no un accesorio decorativo del cual se podría simplemente “prescindir”.
Otra cosa muy distinta tal y como parecen sugerirlo los panfletos del libertarianismo de derecha es pretender que el Estado no sea más un aparato burocrático, sino un órgano mercantilizado y además desnacionalizado que funcione como si fuera un mercado. La privatización de los aparatos del Estado es un debate entonces cualitativamente diferente que en el caso del llamado AnarCap al extralimitarse, funde y confunde abriéndole paso a las imaginerías licenciosas.
Por eso, estas modas anti-intelectuales parecen apuntar más bien a la agitación: propagar ideas fetiches de la mano de narrativas propagandísticas por demás encubiertas con frases sugestivas y pseudo-referencias de autores neoliberales omitiendo también que el neoliberalismo in toto es antípoda a cualquier forma de anarquía 2. Pero así se esperaría extremar aún más las propuestas neoliberales a través de las “gestas” neolibertarias de la derecha.
Aunque en la academia, incluso en las mismas facultades de Economía en los Estados Unidos, tanto el libertarianismo como las narrativas AnarCap y MinAnar hoy resultan marginales en la enseñanza disciplinar, este estilo viene concitando selectivamente visibilidad siendo paulatinamente difundido en los espacios universitarios y expuesto hacia sectores de la opinión pública especialmente a los jóvenes (i. e. David Director Friedman y Patri Friedman, el hijo y el nieto de Milton Friedman respectivamente; La maquinaria de la Libertad de David Director Friedman es una de las referencias para el “movimiento” AnarCap).
En consecuencia, resulta inviable pretender ser libertario (de derechas) y al mismo tiempo: anarcapitalista-minanarquista a menos de volver a caer en otra contradicción infranqueable en el pensamiento si es que se exigen –aquí sí– mínimos de coherencia.
El pensamiento superficial y debilitado en Milei lo que realmente revela es que sus pretendidas referencias no son tratadas ni mucho menos apropiadas –al parecer ni siquiera leídas– con alguna rigurosidad y este collage refleja mejor una colección desaguisada y caprichosa de sloganes propagandísticos que se entremezclan deformando las ideas a la medida de su exótica combinatoria libertarianista-neoliberal-anarcapitalista-minanarquista y sus colecciones de errores.
En últimas, se trata de un cóctel desazonado que inclusive representantes fieles a la escuela austriaca han denunciado.
Justamente, varios años atrás, un reconocido austroamericano, Salerno, ya había advertido sobre “desviaciones” que degradarían esta escuela, al identificar que:
(…) se ha desarrollado una nueva tendencia, salvajemente ecléctica, que propone aglomerar elementos seleccionados indiscriminadamente de Menger, Mises, Hayek, Lachmann, Kirzner y Rothbard con ideas aleatorias de la economía de Adam Smith, la Teoría de la Elección Pública, la Nueva Economía Institucional, la economía de los costes de transacción, la modelización teórica de los juegos, la economía hermenéutica y los estudios de casos etnográficos e históricos, todo ello bajo la rúbrica de economía austriaca o «buena economía». (Introducción a la Segunda edición de Man, the Economy, and the State Rothbard, 1962, p. xlviii)
En una entrevista del ámbito local, Diego Giacomini –el seguidor de la escuela austriaca de mayor visibilidad mediática actualmente en Argentina y por demás la persona que habría introducido “intelectualmente” a Milei en esa vertiente– retrata el fenómeno Milei en pensamiento y obra de la misma manera:
(…) yo creo sinceramente que lo que plantea el presidente [Milei] está totalmente alejado con la teoría económica y en la irrealidad supina… la escuela austriaca te dice que es malo desahorrar, él desahorra; el keynesianismo te dice que es malo bajar el gasto corriente del estado, él lo baja; la escuela de Chicago te dice que es malo hacer política discrecional y que es malo emitir dinero en pesos pagando tasas de interés y emitir dinero en dólares y pagar tasa de interés y él lo hace. ¿Qué quiero decir? Él está haciendo 3 cosas que las 3 principales escuelas del pensamiento económico dicen que están mal. Entonces, salvo que juntando 3 cosas que están mal salga de esa mezcla una que traiga un resultado bien (sic) es un milagro. (Extra-TV, 2024 minuto 26’04 – 27’03)
¡LUMPENeoliberalismo!
En los 1970, André Gunder Frank (1973) ensayó varias caracterizaciones para atrapar las particularidades de la dependencia capitalista propia de las clases dominantes en las periferias latinoamericanas a través de términos como Lumpen-burguesía, Lumpen-estados y Lumpen-desarrollo, el desarrollo del subdesarrollo.
Invocando los procesos en la alienación ideológica un par de décadas después y en medio de la actual crisis civilizatoria del capitalismo tardío es claro que se registra el “renacimiento… en las cumbres de la sociedad burguesa” de expresiones aún más degradadas que las de antaño. Son el reflejo más sintomático de la situación progresivamente crónica por la que atraviesa la economía política neoliberal hoy vigente a raíz de la exacerbación ad absurdum de sus lógicas, aunque sobre todo de sus contradicciones3.
Entonces, retomando la distinción hecha por Marx y Engels entre la economía política clásica y su sucedánea: la economía vulgar, la actualidad merecería caracterizarse más allá de su faceta vulgar como simple y llanamente: lumpen (ver Puello-Socarras, 2022).
Esta lumpeneoliberalización no debería asociarse con una etapa “revolucionaria” del capital ni siquiera naturalizarse como una “rebeldía” de las derechas –como se ha sugerido a partir de las personalidades de varios perfiles lumpeneoliberales–. Todo lo contrario. Es estrictamente contrarrevolucionaria y contrarreformista, sobre todo: reaccionaria, conservadora del statu quo cuando se des-cubren sus personificaciones en términos de clase. El inaudito e incongruente mote de “radicalismo” está bastante lejos de revelar su auténtica naturaleza: el extremismo4.
El cóctel lumpeneoliberal ha sido una oportunidad para que, si bien en las prácticas concretas muchas de las propuestas económicas, políticas, culturales sean indudablemente inverosímiles –por casos inviables, de hecho, irresistiblemente irracionales–, en lo concreto de la realidad este estilo de agitación rabisalsera no debería subestimarse, pues para el lumpeneoliberalismo: la distopía (también) sirve para caminar (ver segunda parte).
NOTAS
1 Si se diera crédito a esta especulación de Rothbard entonces lo único que acercaría Milei a Smith sería la tendencia al plagio, otro de los síntomas percibidos acerca del desapego a los mínimos de la ética académica y su lumpenismo (ver Lacunza, 2024).
2 Un ejemplo entre muchos otros es el acrónimo apropiado por el anarcapitalismo: “TANSTAAFL” desde la frase de ¡Milton Friedman!: There Ain’t No Such Thing as a Free Lunch [“No existe una cosa tal como un almuerzo gratis”]. El TANSTAAFL Café es también el nombre de un café que aparece en la novela especulativa anarcap de Neil Schulman, Alongside night publicada en la década de 1970 en los EE. UU.
3 En América Latina, el LumpeNeoliberalismo viene reflejándose en lo político a través de los ciclos electorales bajo distintos estilos y “personalidades” alrededor del giro a la derecha de la segunda década del siglo XXI entre otros: Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil y Duque en Colombia (ver Puello-Socarras, 2022).
4 Una de las ediciones recientes de la revista Times que incluye como temática central una entrevista a Milei titulada: “The Radical” [“El Radical”] naturalizando esta categoría que es abiertamente distinta del extremismo y mucho más reveladora del perfil personal, económico y político de Milei (ver Vera Bergengruen, 2024).
Referencias bibliográficas
CNN en español (Director). (2021, septiembre 16). Javier Milei, anarcocapitalista en la teoría y minarquista en la práctica. CNN en español. https://cnnespanol.cnn.com/video/javier-milei-candidato-anarcocapitalista-minarquista-argentina-fernando-del-rincon-conclusiones-cnne
Extra-TV (Director). (2024, marzo 28). Entrevista a Diego Giacomini. En De una con Niembro. Extra TV. https://www.youtube.com/watch?v=Bm0_XiJkBI0
Gunder Frank, A. (1973). Lumpenburguesía: Lumpendesarrollo. Dependencia, clase y política en Latinoamérica. Periferia S.R.L.
Lacunza, S. (2024, mayo 16). Milei y los libros: Denuncias de plagio y datos falsos de su vida. ElDiario.es. https://www.eldiario.es/internacional/milei-libros-denuncias-plagio-datos-falsos-vida_1_11364852.html
Puello-Socarras, J. F. (2022). A Chamada “Acumulação” Empreendedora: O Estado Empreendedor do Novo Neoliberalismo no século XXI. Revista Educação e Políticas em Debate, 11(3), 1133–1155. https://doi.org/DOI: 10.14393/REPOD-v11n3a2022-69423
Rothbard, M. (1962). Man, Economy, and State. A treatise on economic principles with Power and Market. Government and Economy. Ludwig von Mises Institute.
Rothbard, M. (2010). Strictly Confidential: The Private Volker Fund Memos of Murray N. Rothbard (D. Gordon, Ed.). Ludwig von Mises Institute.
Vera Bergengruen. (2024, mayo 23). Entrevista a Javier Milei: Lea la Transcripción Completa. TIME. https://time.com/6981130/javier-milei-interview-transcript-spanish/