Sobre el Proyecto sobre derechos laborales y plataformas digitales. Entrevista a Daniel Gerhard.
Publicado el 30/04/24 a las 6:10 am
Por Eduardo Aparicio
Brevemente ¿puede decirnos cuáles son los fundamentos de este proyecto?
Este proyecto tiene como principal objetivo que la economía que se está desarrollando mediante plataformas digitales no barra con los derechos laborales, empezando por los que transportan bienes y pasajeros. Nosotros no nos oponemos a que la tecnología, ni la informática ni el internet, transformen ni la economía ni el mundo del trabajo. Pero a favor de las grandes mayorías, no como puede ser este contexto en donde se nos cuele la pérdida de derechos, ni una flexibilización y precarización laboral de facto, bajo la etiquita de un falso “autónomo”. La forma que el proyecto lauda esta situación, es estableciendo que estos trabajadores son dependientes. Esa es la realidad, así que nos proponemos que la legalidad se corresponda con la legalidad.
Luego el proyecto se introduce en otros aspectos, la transparencia de los algoritmos de algunos aspectos que hacen a la situación laboral del trabajador, que transparentan criterios, por ejemplo de su puntuación. También sobre las condiciones laborales, máximos en los horarios, como cualquier trabajador dependiente, provisión de herramientas de trabajo, y cosas tan básicas como un interlocutor humano de su empleador.
Como integrante de la Comisión de Legislación del Trabajo (Diputados) ¿qué puede comentarnos de si ya se ha introducido en la misma y cómo ha caído en la Comisión el proyecto?
En la Comisión aún no nos hemos metido en un debate sobre el trabajo en plataformas. Los primeros días de enero, el 9 más precisamente, recibimos al sindicato de Pedidos Ya, UTP, por los despidos masivos. Esto activó de alguna manera el tema, aunque estos trabajadores eran dependientes. En el 2020 habíamos recibido también a trabajadores de Uber.
Por otro lado está ingresado hace dos años un proyecto de ley con la firma del ministro Mieres, que no ha contado con gran apuro por parte de la bancada del gobierno, hasta que en la primera semana de marzo, se solicitó abordarlo. Cuando esto suceda, en el correr de abril, ya estará en consideración el del Frente Amplio, que tiene un alcance más profundo.
¿La bancada del FA cómo ha asumido el proyecto y en su seno ¿cuáles son los grados de aceptación y los niveles interés?
En la bancada del Frente Amplio se reciben todo tipo de proyectos, que quedan por dos semanas en consideración, y si no hay grandes reparos, se les da la posibilidad de que tome estado parlamentario. Eso es lo que acaba de suceder con este proyecto. Eso no quiere decir que en el debate en comisión no se reciban ideas para incorporar, no se adviertan errores o componentes inconvenientes, por parte de compañeros/as frenteamplistas. Hoy no hay dudas de que falta regulación, incluso por parte de la derecha. Lo que resta ver es si damos un paso largo, o regulamos un mínimo. La opción de mínima puede terminar legitimando una realidad sin transformarla sustancialmente.
¿Qué pasos han dado con el proyecto de cara al movimiento y qué acogida ha tenido en las organizaciones?
La mayor cantidad de pasos los hemos dado antes de que el proyecto sea tal, antes de redactarlo. Este proyecto es el resultado de un trabajo de más de un año, entre compañeros del movimiento sindical, referentes políticos, legisladores y abogados del PS y del PVP, y diálogo permanente con trabajadores de plataformas y académicos. De ese proceso se construye este proyecto.
Con esto no deslindamos responsabilidad, ahora, desde el Parlamento y habiendo puesto negro sobre blanco, debemos retomar esos diálogos, trayendo estos y otros actores a la Comisión de Legislación del Trabajo y Seguridad Social, para que digan su opinión y seguirlo mejorando.
¿Con qué grado de importancia figurará esta iniciativa en las labores de propaganda, agitación y pedagógica política a nivel de Izquierda y Libertad?
Este proyecto de ley pretende aportar a un debate sobre la situación de decenas de miles de trabajadores precarizados. Una forma muy extendida de precarización en las últimas décadas ha sido la tercerización de personal, ahora se esta propagando la del falso autónomo. Que tiene todo lo malo del trabajador dependiente pero ninguno de sus derechos, y todo lo malo del independiente, y ninguna de sus ventajas. En definitiva es una arista más de la lucha de clases, cada vez más mediada por el avance tecnológico.
Izquierda y Libertad no tiene el foco en la acción parlamentaria, pero su visión y acción alcanza a este medio, y este proyecto además es un puente valioso para el diálogo con trabajadores, trabajadoras, académicos y otros actores sociales.
¿Cómo se inscribe esta iniciativa parlamentaria, en el marco del eje de colaboración y articulación que desde tiempo atrás se observa entre el PVP y el PS?
La articulación con el PS ha sido permanente en este período, porque se fundamenta en profundas coincidencias sobre cómo enfrentar el proyecto de este gobierno, y desde ahí qué izquierda proyectar.
La lucha de la clase trabajadora es un eje principal, por lo tanto era esperable un proyecto conjunto, quizás podemos decir que demoró en llegar. Pero han existido otros mojones, como la discusión en torno a la seguridad social y cómo esta se encarnaba en la reforma jubilatoria del gobierno, en la cual impulsamos la tesis de no votar ningún artículo de dicha reforma. También nuestra concepción antiimperialista y americanista nos llevó a, en soledad, impulsar votos en negativos a ingresos de tropas estadounidenses al país, u otras iniciativas semejantes.