Ante el triunfo del No en el Referéndum
Publicado el 28/03/22 a las 8:06 pm
A pocos meses de asumir el gobierno de coalición de derechas, y en medio de una emergencia sanitaria, se envió al Parlamento una Ley de Urgente Consideración (LUC), la más extensa que se haya creado en el país. Su estudio y tratamiento contó con los 90 días reglamentarios entre ambas cámaras, acotando el debate en temas amplios y delicados, es una reforma del Estado encubierta y con una discusión democrática recortada. En 90 días se cerró el debate y el 9 de julio del 2020 quedó promulgada la norma.
Esta situación llevó a que distintas organizaciones sociales y políticas del campo popular discutieran las posibilidades que se abrían a partir de esto. Impugnar toda la Ley, solo una parte, o no ir por el camino del referéndum, reduciendo y limitando la discusión y la pelea al parlamento, sin movilización popular fueron todas posturas que estaban sobre la mesa en el origen de la discusión.
Para incorporar el mayor arco de alianzas posible en el diseño de una estrategia de acumulación y resistencia a las políticas implementadas por el gobierno conservador, es que acompañamos la resolución de ir contra 135 artículos de la LUC. Reconocer la legitimidad de esas diferencias es punto de partida del pensamiento y la práctica democrática y transformadora. Las ampliaciones democráticas no existen al margen de la acción colectiva sobre los conflictos sociales. Y esa acción colectiva requiere de unidad para la acción, contra la fragmentación del campo popular.
Pandemia mediante, con la emergencia sanitaria en su mayor pico, con miles de nuevos contagios y decenas de fallecidos todos los días, pedimos ampliar los plazos para la recolección de firmas, la coalición de derechas gobernante nos lo negó. Luego se solicitó una cadena nacional para informar sobre la iniciativa, y el presidente la negó. A pesar de esta situación de blindaje de la LUC y censura, se redoblaron los esfuerzos y miles de militantes salieron a la calle conquistando una gran hazaña popular al obtener unas 800.000 firmas, triunfo que siempre quedará en nuestra memoria y forman parte de la historia reciente de este país.
Planteos que hadan una valoración negativa del papel de las consultas populares en aras de una estrategia puramente electoral. omiten que el fortalecimiento del movimiento popular y el crecimiento de la izquierda están estrechamente ligados a los grandes debates generados por las consultas a la ciudadanía.
Una vez confirmado el referéndum por parte de la Corte Electoral, comenzó la campaña por el Sí a la anulación. Esta contó con escasísimos recursos económicos pero un gran entusiasmo y convicción, que no paró de crecer hasta el último día. La opción del No contó con mucho dinero y fue encabezada por el Presidente de la República, la opción por el Sí fue sostenida por diversos sectores sociales del campo popular, el Frente Amplio y otros sectores políticos, teniendo el desafío de explicar tantos artículos de tan variados temas, desconocidos por la gente, así como lo era la Ley misma.
El triunfo del No, no significa bajar los brazos. El resultado electoral tan ajustado le marca claramente al gobierno que esta derrota no quiere decir que tenga vía libre para profundizar sus políticas privatizadoras y desmanteladoras, y nos reafirma porque logramos movilizar contra la soberbia de la élite, explicando, dialogando, mano a mano en todos los rincones del país. Hay una gran diferencia entre una campaña desarrollada por el gobierno con todo el aparato de Estado más los empresarios, el oligopolio mediático, con censura y persecución selectivas como moneda corriente, y una campaña desarrollada desde los de abajo. El pueblo consciente y organizado se dio la capacidad y el espacio para poder enfrentar a todo ese aparato conservador y represivo que hoy nos gobierna.
Hoy tenemos un pueblo más politizado, que transitó por una experiencia de lucha, donde era impensable en este contexto, llegar hasta donde llegamos. A la resistencia contra el hambre se le dio sentido político, y eso tiene un gran valor democrático y democratizador en sí mismo.
La tarea por la justicia social no empezó con este proceso ni se detiene tras estos resultados. El gran diálogo popular y sus entretejidos fortalecidos en este proceso deben seguir profundizándose, primero para seguir resistiendo las políticas antipopulares de este gobierno, pero también para elaborar de manera participativa una plataforma que hagan de este país un lugar más justo, donde nadie quede afuera.
Secretariado Ejecutivo del Partido por la Victoria del Pueblo