Daniel Gerhard: La impunidad, la complicidad y la mentira perjudica la vida demócratica.
Publicado el 21/05/20 a las 7:30 pm
Intervención en video y transcripta del Diputado Daniel Gerhard el 20 de mayo de 2020.
Para los que intentamos latir con ese nuevo mundo, no hay causas perdidas, solo luchas largas. Salvar al mundo del capitalismo, del patriarcado, del individualismo, son luchas largas, y sin duda hermosas. Pero las caminamos sin apuro, continuando el camino de tantos compas que perdieron su vida por trillarlo. Y mirar sus fotos y decir sus nombres, y contar sus historias, son solo una pausa necesaria para no errar el camino.
SEÑOR GERHARD KLOCKNER (Daniel Simón).- Señor presidente: hay muchas personas en esta Cámara con una vivencia muy intensa de lo que es luchar por memoria, verdad y justicia. Yo, con estas palabras me arrimo, como todos los años nos arrimamos miles y miles de uruguayos y de uruguayas, a las calles Rivera y Jackson. Pero hoy yo también, por esas vueltas de la vida, soy el representante del PVP en el Parlamento; voy a ampliar desde ahí la palabra, como siempre, y más que nunca.
Para nosotros esta fecha es especialmente oportuna para levantar las banderas de memoria, verdad y justicia. Pero, por más que pasen los años y se vuelvan décadas, no lo hacemos como un grito agónico, en vías de extinción y resignados; son reclamos e itinerarios de lucha. Están los que insisten en que esto es rencor, en que esto es tener ojos en la nunca. No faltan los que preguntan, de todas las edades, «¿y vos qué hablás? Vos no estabas» o «Si a vos no te pasó». Supongo que nadie piensa eso acá, porque legislamos, mayoritariamente, sobre cosas que no nos afectan de forma directa. Supongo que acá esta mirada no está presente.
El 20 de mayo -como el 27 de junio- nos habla también de democracia e impunidad. Para perpetuarse la impunidad son necesarios bajos niveles de memoria y de verdad. Para perpetuarse la impunidad son necesarios altos niveles de complicidad y de mentiras. Por eso, perjudica la vida democrática de todo el país, la justicia de todo el país. Aunque, sin dudas, son los familiares los que más sufren la pérdida, la espera y la falta de verdad y de justicia.
Además de los que faltan, recordemos a los que están; a miles de uruguayos y de uruguayas que sufrieron violaciones a sus derechos; a muchos y muchas que padecieron por años terribles atrocidades y que caminan por las calles, inclusive por las mismas calles que sus verdugos.
«Para perpetuarse la Impunidad son necesarios altos niveles de complicidad y mentiras. Y por eso perjudica la vida democrática de todo el país, la justicia de todo el país, aunque sin duda son los familiares los que más sufren la pérdida, y la falta de verdad y de justicia».
Algunos, algunas, hicieron la denuncia y nos acompañaron hasta hace un ratito; siguen esperando la justicia.
La impunidad nos habla de más cosas que deberían poner los pelos de punto a cualquier demócrata. La impunidad nos habla, también, de las dificultades que tenemos las instituciones civiles para subordinar de forma total e irrestricta a la institución y poder militar. Si esto no es debilidad de la democracia, ¿qué es? Y también están las dificultades del Estado para asumir las responsabilidades frente a las consecuencias del terrorismo de Estado, de hacer cumplir las leyes, y la necesaria depuración de la institución militar de los terroristas de Estado, lo que exige dejar de ser omisos y permisivos para que no haya más impunidad, ni drones, ni robos en el GIAF (Grupo de Investigación en Arqueología Forense), ni amenazas, ni espionajes. Si esto no es debilidad democrática, ¿qué es?
No sirve de consuelo, pero quiero señalar que esto no es una singularidad uruguaya. Si hacemos un repaso por Latinoamérica, estamos plagados de esta realidad. Pero si ponemos la lupa -no lo haremos hoy-, podemos ver diferencias. En países en que la transición incluyó cargos vitalicios al dictador, la derecha todavía celebra sus triunfos electorales con sus bustos y sus pósteres. En otros, donde la impunidad es total, se destituye a una presidenta saludando a su torturador. Entonces, cuando hablamos de impunidad hoy, estamos hablando de calidad democrática. ¡Que no se nos olvide, que no nos engañen!
También podríamos trazar la correlación entre niveles de impunidad y crecimiento de las ultraderechas, y de allí sacar más aprendizajes no para la izquierda, sino para la democracia toda.
Por eso, recomiendo a todos aquellos que esperan a que mueran no sé qué protagonistas de los setenta o que simplemente pase el tiempo para enterrar la lucha por memoria, verdad y justicia que pierdan esa expectativa, porque la memoria popular es de los fenómenos intangibles más irreverentes que existen. Lo estamos viendo estos días, estas semanas, con margaritas en las plazas o con fotos de nuestros compañeros y compañeras bajo la torre Eiffel, como decía el compañero Gonzalo Civila.
Para los que intentamos latir con ese nuevo mundo no hay causas perdidas; solo luchas largas. Salvar al mundo del capitalismo, del patriarcado, del individualismo son luchas largas y, sin duda, hermosas. Las caminamos sin apuro, continuando el camino de tantos compas que perdieron su vida por trillarlo. Y mirar sus fotos, decir sus nombres, contar sus historias, son solo una pausa necesaria para no errar ese camino.
Muchas gracias.
(Aplausos en la sala y en la barra)