¿Un escenario de triunfo del Partido Nacional?
Publicado el 20/08/14 a las 10:40 pm
Por Pablo Anzalone.
En nuestra opinión este es el peor resultado posible para el país y su gente. La candidatura de Lacalle es el resultado de una operación mediática y política que costó varios millones de dólares cuyo origen no es claro. No se conocen todavía los compromisos que esa enorme suma implica para esta candidatura. No se ha insistido suficiente en la afectación a la democracia que significa esta desigualdad en los recursos de las distintas campañas.
Con ese dinero hicieron un buen trabajo. Realizaron un maquillaje del discurso para ocultar la motosierra contra las políticas sociales, símbolo de la propuesta herrerista. Procuraron una imagen “positiva” que evita asumir las conductas políticas concretas del herrerismo en estos diez años. Recordemos que Lacalle votó en contra de la ley antidiscriminación, contra el matrimonio igualitario, contra la interrupción voluntaria del embarazo, la regulación estatal de la marihuana y muchas otras leyes avanzadas en lo social y lo democrático. Pusieron en escena una imagen más joven con un discurso aparentemente conciliador y sin pasado.
¿Qué sucederá si vuelven al gobierno nacional? Una referencia inevitable es lo que ya hicieron cuando tuvieron ese poder: desindustrializaron al país, desregularon las relaciones laborales, intentaron privatizar las empresas públicas. Y varios se enriquecieron mucho. Esta derecha, actuando en cogobierno con el Partido Colorado, es la responsable de la crisis del 2002 con sus tremendas consecuencias de desocupación, empobrecimiento y desigualdad. El carácter anodino y genérico del programa del P.Nacional deja mucho para la “creatividad” de estos liderazgos.
¿Podrán hacerlo fácilmente? No les fue fácil antes y mucho más difícil será imponer este retroceso ahora. Pero sin duda detendrán el proceso de cambios y desmantelarán lo que puedan de los derechos sociales conquistados.
La victoria de la derecha no es segura ni probable, pero es posible hoy. Un excesivo triunfalismo le hizo daño al Frente Amplio en los últimos años. Venimos de una autocrítica que en 2009 revisó el tipo de acción política desarrollado por el FA desde la asunción del gobierno nacional. No es frecuente que una fuerza política en el gobierno vaya a fondo en una autocrítica. Las conclusiones de esta reflexión señalaron que “la crisis de estrategia se expresa en la falta de líneas de acción política hacia la población, en la ausencia de campañas generales o locales, en la escasa participación de la Fuerza Política en la movilización y en el debate ideológico sobre los valores de nuestra Sociedad. También en la dificultad para generar políticas hacia y desde los jóvenes, incorporando banderas éticas, políticas o sociales”.
Sin embargo nos llevó tres años llegar a estas conclusiones, concebir una nueva estrategia y elegir una dirección para llevarla adelante. Evidentemente revertir una desmovilización prolongada no es algo que se resuelva de un día para el otro. Pero también es cierto que algunas de las inercias y las formas de pensar la política que nos llevaron a esta situación continuaron operando. Como consecuencia, el Frente no tuvo ninguna gran campaña hacia y con la población en este período, y siguió esperando que la mejor o peor gestión del gobierno resolviera la acumulación (y hubo de las dos). La candidatura de Constanza procuró expresar ese descontento y la búsqueda de cambios dentro del Frente.
La campaña por el No a la Baja, aún con retrasos, es donde comienza a desplegarse la convocatoria de la juventud contra la ideología de los Lacalle y Bordaberry, dos apellidos de gran carga simbólica.
Tenemos un programa de más cambios para abatir las desigualdades y para continuar profundizando nuestra democracia. Es una batalla que los frenteamplistas daremos con entusiasmo. En eso estamos desde el Espacio 567 y desde la nueva Lista 3311 en la que sumamos con quienes apoyaron a Constanza.
