Delitos, contabilidad paralela e intencionalidad.

Publicado el 06/12/12 a las 10:53 pm

Por Rafael Paternain.

La semana pasada, el Partido Colorado difundió un informe sobre los homicidios en Uruguay. Además de insistir sobre lo que todos ya saben –el incremento de este delito en 2012-, el estudio agrega 20 homicidios más que los registrados por la estadística del Ministerio del Interior. Nada se dice sobre las razones del incremento. Es escaso o nulo el aporte en materia de clasificación de “motivos” (hay un insólito renglón que tipifica homicidios por “odio”). Para colmo, el análisis se basa en noticias de prensa escrita. Esta ya es una razón suficiente para invalidar todo el trabajo, pues en ningún lado puede construirse una estadística cierta con esta metodología.

El empaque técnico de toda la movida apenas pudo disimular sus verdaderos propósitos. En el sitio web de la Fundapro no hay nada que indique que la iniciativa obedece, en verdad, a un sector de un partido político. Una mirada más atenta a sus contenidos disipa todas las dudas: casi toda la evidencia disponible apunta a desacreditar la gestión del Frente Amplio en materia de seguridad. Los años de las series estadísticas son seleccionados con criterios políticos, y no hay un solo comentario que señale los severos problemas de registro de las denuncias policiales antes del 2005.

Incluir 20 homicidios más –que en rigor no lo son- para sobredimensionar el peso de la violencia en situaciones de robos y asaltos no solo es un reflejo de toda una concepción de la seguridad, sino que además constituye una auténtica “deslealtad institucional”. Si el pseudo relevamiento de la Fundapro contenía más casos de homicidios que la información oficial, la primera obligación hubiera sido pedir una mesa técnica de análisis para la validación. En muchos países se apela a este recurso.

Frente una opinión pública que mayoritariamente observó con desconfianza la arremetida colorada, el pasado 29 de noviembre el diario El País publicó una nota bajo el título “Paternain criticó metodología de Interior”. Dicho título es un invento que no refleja el sentido de lo conversado con el periodista, y solo agrega confusión luego de varios días de discusión pública sobre la estadística de homicidios. Los primeros dos párrafos de la nota están sacados de contexto, y dan en forma errónea la impresión de que hago una crítica metodológica sobre las cifras de homicidios. (1)

Aunque el tema ha salido de agenda, la nota del matutino me obliga a reiterar mi rechazo al uso malintencionado por parte de algunos legisladores del Partido Colorado de los motivos de mi renuncia al Ministerio del Interior hace dos años. Además, ratifico mi acuerdo con los criterios técnicos utilizados para medir el homicidio por parte del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior y expreso mi apoyo a las declaraciones que sobre el punto realizó el Ministro Eduardo Bonomi.

Como se advierte en la tergiversación de El País, la discusión sobre el aumento general de los homicidios derivará en el porcentaje de participación de los adolescentes en estos casos de violencia extrema. Si bien es imposible medir con exactitud esta participación en las denuncias de delitos contra la propiedad, es factible hacerlo para los homicidios. La debilidad histórica de los datos sobre adolescentes, delitos y sistema penal, obligó sobre finales del 2009 a la firma de un convenio entre el Ministerio del Interior, el Poder Judicial, el INAU y Unicef para el desarrollo conjunto de una mirada informada sobre el problema. Hoy, en plena disputa por la imputabilidad, hay que extremar los recaudos técnicos para no construir evidencias equivocadas que profundicen la magnificación del “problema adolescente” en el delito.

Es cierto que a la gente le importa poco y nada la discusión por números, metodologías y filigranas técnicas. Sin embargo, las cifras de delitos siempre tienen impacto sobre las percepciones y la construcción de juicios en la opinión pública. La batalla por la credibilidad de los registros oficiales no debe tener pausas. Se trata de un capítulo importante para cualquier política de seguridad que pretenda transformar en serio la realidad.

(1) El propio 29 de noviembre solicité a El País el derecho a réplica. Hasta el momento, dicho derecho fue negado.

Tomado de LA REPÚBLICA, 6/12/2012.
http://www.diariolarepublica.net/2012/12/delitos-contabilidad-paralela-e-intencionalidad/