Inauguración de la Casa de los compañeros. Bastión del Oeste del PVP.

Publicado el 14/08/12 a las 10:37 pm

INTERVENCIÓN DE SANDRO SOBA
37 aniversario de la fundación del PVP – 26 de julio de 2012

Hace unas horas un compañero nos preguntaba cuál era, a nuestros entender, el mayor aporte de esta actividad.

Es imposible no recordar y traer a la memoria a quienes fueron parte de este partido. También es cierto que cada uno –individualmente o colectivamente–, tiene la libertad de recordarlo, homenajearlo desde alguno de esos lugares en los que Alberto –Alberto “Pocho” Mechoso– eligió volcar sus aportes. Alberto fue para nosotros esencialmente un hombre de partido, lo fue en la doble significación del término, porque tomó partido por los explotados, los desposeídos, los marginados y por terminar con la explotación, la pobreza y la marginación de hombres y mujeres.

Por esa razón permítanme que hoy –compartiendo esta actividad con quienes pusieron el acento en otros aspectos relevantes de este partido– les transcriba esta frase del filósofo argentino Enrique Mary:
“aunque la muerte es el más poderoso agente del olvido, este no es omnipotente, porque desde siempre contra el olvido los hombres han levantado murallas de recuerdo de modo tal, que las huellas que permiten seguir su memoria confirman los signos más seguros de la existencia de una cultura humana”.

Pemítanme aun a costa de alguna omisión de hacer memoria: Gerardo Gatti, León Duarte, Hugo Cores, Elena Quinteros, Telba Juárez, compañeros que aportaron para la construcción de este partido.

De ahí que esta actividad de recuerdo es la construcción de esas murallas de las que hablamos. La construcción que realizaron estos compañeros, en su pensamiento y su acción, es de suma importancia en estos momentos de nuestra sociedad.

Las experiencias buenas, malas, más o menos, que nos dejaron quienes forjaron este partido, son siempre un punto de partida que debe ser visto sin contemplaciones, con rigor y autocrítica sobre parte de este primer periodo al que hacemos referencia. Si bien es cierto que los partido tienden a reafirmar su forma de pensar, muchas veces en estos tiempos que vivimos de debilitamiento de proyectos colectivos, de raquitismo de la utopía y de la amnesia del entusiasmo, las tentaciones al pragmatismo condescendiente y permisivo son fuertes.

Nuestros compañeros realizaron un enorme esfuerzo para que sus reflexiones y sus acciones estuvieran enmarcadas en un proyecto de largo aliento en la realidad. En esos desvelos actuaron y defendieron sus ideas con enorme precisión y contundencia argumental, que era siempre clara y unitaria. Digo desvelo que suele atribuirse a la pérdida del sueño, es claro que ellos no dejaron nunca de soñar con un mundo más justo, con más libertad, con más justicia para esta sociedad. Sin esos sueños la acción política revolucionaria no tiene sentido. Generalmente el desvelo de un hombre, de una mujer, uno se la imagina como un acto de pérdida del sueño que se vive en la soledad, en la oscuridad de la noche. El desvelo del que hablé necesita transformarse en un acto colectivo.

Son importantes los análisis políticos, los programas, las plataformas, pero todo eso debe ser acompañado por gestos políticos; sin gestos políticos claros poco sirven los análisis sesudos de la realidad. Creemos que es imprescindible un ámbito donde se combine la teoría con la práctica, la práctica con la estrategia, el pasado con el presente, y donde se decidan las distintas formas de lucha que se impulsarán.

Sostenemos que transitar hacia la construcción de otra sociedad exigirá un componente moral que solo puede ser solventado en una gran participación de los trabajadores y en una gran voluntad para revolucionarlos. Ese gran componente moral de voluntad no puede existir si en la organización funcionara el estilo de ordeno y mando, el verticalazo, la concentración de la información y el poder de decisión en manos de una cúpula.

Por eso la apertura de este Bastión. Por eso el recuerdo de los compañeros. Ahora y aquí, el Pocho y el Plomo, mi padre –Adalberto Soba–. Esta actividad de significado libertario intenta establecer una puente entre aquellos compañeros y nosotros.

Se trata de una reconstrucción que era y el imprescindible hacer. Seguiremos reconstruyendo nuestras vidas, amando, riendo y porque no llorando, a la vez que intentamos instalar otro escenario. Esa es una tarea inconclusa, los deberes pendientes, de los compañeros del alma.