PIT-CNT enciende luz amarilla
Publicado el 20/09/11 a las 4:07 am
El Instituto CuestaDuarte, del PIT-CNT, advierte un enlentecimiento de la economía local en el tercer trimestre y asegura que la demanda interna superó a las exportaciones.
El PIT-CNT advierte un «enlentecimiento» de la economía nacional y, ante este escenario, se pregunta si «el país está logrando aprovechar la coyuntura (…), avanzar en la reducción de la desigualdad, uno de los principales déficits que presenta el país para sentar las bases de un proceso de desarrollo sostenible».
En el tercer informe sobre coyuntura correspondiente al tercer trimestre del año (julioagostosetiembre), el Instituto CuestaDuarte del PIT-CNT visualiza un futuro inmediato poco alentador, con un crecimiento lento en lo económico y una perspectiva en lo social a observar detenidamente, fundamentalmente como consecuencia de una situación financiera frágil a nivel internacional.
«En Estados Unidos se alcanzó el tope de endeudamiento legal, lo que condujo a una extensa discusión política evitando así que la economía entrara en cesación de pagos («default»).
Sobre la situación económica en Europa, la organización destaca que «varias economías de menor tamaño presentaron problemas para financiarse y debieron ser asistidas por un fondo de emergencia. Si bien se trata de economías de menor tamaño relativo como Grecia, Irlanda o Portugal, el principal riesgo en el corto plazo es que esta situación se repita en otras economías de bastante mayor tamaño, con niveles de endeudamiento también elevados. Evidentemente, un escenario recesivo en las economías avanzadas terminará afectando a las economías emergentes». El Instituto CuestaDuarte considera que «el mayor crecimiento de las economías emergentes conjuntamente con la entrada de capitales a estas economías viene provocando una constante apreciación de las monedas locales, la cual se vio interrumpida solamente en momentos de gran incertidumbre, cuando los inversores vuelven a refugiar sus capitales en dólares».
El ICD señala sobre la economía nacional que ha sido la «demanda interna» la que ha permitido mantener los indicadores económicos constantes.
Destaca que «en el segundo trimestre del año el PIB creció 0,5% respecto al trimestre anterior y 4,8% respecto a igual trimestre de 2010, lo que representa un enlentecimiento en el ritmo de crecimiento respecto a las tasas que se venían registrando». Subraya que «la demanda interna fue un puntal fundamental del crecimiento económico», estableciéndose su crecimiento en un 9,4% interanualmente, «lo que se explica por el crecimiento del empleo, los salarios, la expansión del crédito y el crecimiento de otros ingresos no salariales. En volumen físico las exportaciones se redujeron 4,6%, lo que unido al crecimiento de las importaciones de 16,8% provocó un deterioro de la cuenta comercial de la balanza de pagos y una contribución negativa al crecimiento. La caída en los volúmenes exportados responde básicamente a la menor exportación de carne, consecuencia de una menor faena».
El ICD vaticina que en los próximos meses las correcciones a la baja por parte de los organismos de contralor «continúen en función del crecimiento de este segundo trimestre, que además de evidenciar el enlentecimiento de la actividad, se ubicó por debajo de lo esperado por los analistas». Con los datos del segundo trimestre, «la economía se expandiría 4,5% en el año solamente por efecto de arrastre estadístico. Si bien este crecimiento se ubica por debajo del alcanzado en los últimos años, está muy por encima del promedio histórico uruguayo y es esperable que el crecimiento efectivo sea mayor en la medida en que la economía continúe creciendo en los próximos trimestres, aunque más moderadamente», evalúa el ICD.
Pese a señalar una desaceleración económica en el país, el ICD advierte que en 2011 Uruguay alcanzará una tasa de crecimiento económico «importante». Sin embargo, «en los últimos meses se produjo cierto debilitamiento de la discusión sobre la reducción de la desigualdad y los escasos avances alcanzados por la izquierda.»
Sostiene que los proyectos sobre el impuesto a la tierra, los cambios en el IRPF y la reducción del IVA para algunos segmentos de la población, son considerados «positivos»; dichos cambios «aislados no alteran los determinantes fundamentales de la desigualdad» y esas iniciativas deben complementarse con «una revisión del régimen de Zonas Francas y las exoneraciones fiscales previstas en la Ley de Inversiones; es imprescindible no reducir la discusión sobre la distribución a los aspectos tributarios».
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El artículo fue tomado de La República, 19/9/11.