sábado 12 de octubre, 2024

Nuevas armas de Israel y Estados Unidos son probadas contra civiles palestinos

Publicado el 14/01/09 a las 12:00 am

Por Gustavo Herren


Uno de los objetivos militares centrales del gobierno de Israel es no irse de la Franja de Gaza sin las ‘cabezas’ de todos los líderes de Hamas. Descabezar al gobierno de Hamas en vistas a un cambio de régimen.

Para esa tarea, la infantería del ejército israelí deberá internarse en los campos de refugiados donde está la Resistencia palestina y en la ciudad de Gaza propiamente dicha. No lo ha hecho hasta ahora. La ciudad tiene unos 400.000 habitantes en el área céntrica (y casi 1,5 millones en los suburbios). Pero el tiempo disponible se acaba, presumiblemente no debería ir mucho mas allá del 20 de Enero, fecha en que Obama asume la presidencia de EEUU y que deberá pronunciarse públicamente como tal en medio del clamor mundial, sobre la invasión, la masacre de civiles palestinos y el desastre humanitario producido, así como redefinir la guerra contra el supuesto terrorismo según el gobierno de George W. Bush.

Pero la ocupación de la ciudad, requiere que las fuerzas armadas israelíes resuelvan estrategias complejas de guerrilla urbana, en espacios restringidos para sus blindados y tanques así como para su aviación y fuego naval, como son las múltiples callejuelas, edificios y construcciones de la empobrecida ciudad, que pueden convertirse en verdaderas ‘trampas’ para los invasores. Buena oportunidad, para que Tel Aviv ponga a prueba su siniestro armamento secreto.

Para intentar lograr su objetivo con la menor cantidad de bajas propias, los israelíes utilizan las lecciones que sufrieron frente a Hezbollah en el ataque al Líbano (2006), y las enseñanzas transmitidas por su socio EEUU (en la invasión a Irak y la guerra de Afganistán).

Por otro lado, los conflictos de Vietnam, Somalia, Irak, Afganistán y Líbano descolocaron tanto a la primera potencia mundial como a sus ‘partners’ marcando cambios en el paradigma militar, y poniendo en cuestionamiento el rol de la tecnología. Israel y su industria bélica (junto con EEUU), intenta mostrar que es posible contrarrestar la guerrilla urbana mediante fuerzas híbridas para guerra no convencional y convencional, lo cual resulta además en negocios de enorme rentabilidad.

Para ello, aparte del previo bombardeo aeronaval por saturación y fuego concentrado de artillería sobre Gaza, deben lograr entre otras cosas, que en el momento de la ofensiva final (llamada Fase 3) el poder de fuego aéreo y naval se proyecte rápidamente (1) sobre ‘puntos’ específicos de la zona poblada, en apoyo a la operación de su tropa de infantería. Es decir que según su modelo de guerra electrónica, necesitan bombardear con una precisión del orden de la decena de metros y con explosivos diseñados para producir daño limitado.

Por ejemplo, si en una edificación de un área densamente poblada se encontrara un líder enemigo, resulta mucho más eficaz militarmente y conveniente para el negocio de armas la acción de un misil o una bomba inteligente (que destruya todo el edificio o vivienda seleccionada pero sin daño alguno para sus vecinos), que la operación directa de fuerzas especiales y francotiradores.

Así una de las líneas experimentales que desarrolla Israel es la de ‘bombardeo de precisión contra blancos selectivos’, lo que paradójicamente requiere investigación y desarrollo en armas que produzcan un daño colateral mínimo, que de paso es funcional a su tradicional política de Estado de asesinato selectivo de líderes enemigos.

Durante los bombardeos israelíes a Gaza en 2006, un equipo de periodistas de la televisión italiana RAI que habían denunciado a EEUU por el uso de bombas de fósforo blanco (prohibidas por convenios internacionales) en los salvajes ataques contra Faluya (Irak, 2004), hicieron lo propio al anunciar que la Fuerzas Armadas de Israel (Israel Defense Force; IDF) estaban utilizando una nueva arma contra los palestinos. Al respecto, distintos médicos de los hospitales de Gaza denunciaron numerosos casos anómalos de heridos que sufrieron amputaciones de sus piernas no por lesiones visibles de metralla, sino por lo que parecían ‘quemaduras’ severas. Posteriormente se descubrió que las lesiones se debían a la incrustación en los miembros de micro-metralla (invisible incluso en los rayos X).

Se trata de una de las nuevas armas experimentales que desarrolló Israel y usó contra civiles en 2006, tanto en el Líbano como en la Franja de Gaza y que ahora perfeccionada vuelve a probar en este último territorio. Es de la clase nombrada en inglés como DIME (Explosivo con metal inerte denso; Dense Inert Metal Explosive), que comenzaron a desarrollarse en EEUU en 2000.

Son bombas inteligentes (autoguiadas por satélite o láser por ejemplo), que pueden ser lanzadas desde aeronaves tripuladas o no, y que contienen un explosivo muy peculiar. Una mezcla homogénea de un material explosivo y un polvo denso compuesto de pequeñas partículas de una aleación de un metal químicamente inerte (como el tungsteno), con otros en pequeña proporción (como níquel o cobalto).

‘Metal inerte’ no se refiere a que sea biológicamente inerte, sino a que el metal no está involucrado en la energía de la misma detonación vía las reacciones químicas desarrolladas durante la explosión (caso contrario es el polvo de aluminio, que aumenta la potencia de la detonación).

A diferencia de las bombas convencionales, el explosivo y el polvo están contenidos en una carcaza de fibra de carbono (no de metal) que se desintegra en la explosión y no es lo que produce el mayor daño, que es originado por el polvo en sí, cuyas partículas pesadas se proyectan con alto impulso inicial y alta temperatura actuando como micro-metralla letal en un radio de unos 4 metros, pero con un alcance reducido del orden de 10 metros debido a que pierden significativamente su energía por rozamiento con el aire.

Esta clase de bomba que es conocida como ‘munición con letalidad focalizada’ (Focused Lethality Munition’ (FLM)) cumple con el requisito de ‘bajo daño colateral’, necesario para competir en el mercado global de la muerte.

El diseño de la bomba también esta integrado con otra tecnología reciente, la de ‘bombas de pequeño diámetro’ (Small Diameter Bomb (SDB)) que son de peso reducido (unos 100 Kg o 250 libras) pero con un efecto explosivo equivalente a un artefacto mucho mayor, y que irán reemplazando a las de 500 libras (unos 250 Kg) que vienen utilizando las fuerzas aéreas para zonas pobladas. Se agrega además otra tecnología menos reciente que da la precisión en el impacto y convierte a la bomba en lo que llaman ‘inteligente’ (2). Un ejemplo es la bomba GBU 39 suministrada por EEUU y usada por Israel para asesinar al líder de Hamas, Nizar Ghayan, y a su familia mientras se encontraba en su vivienda en la ciudad de Gaza. Tiene una probabilidad del 50% para caer dentro de un radio de 8 metros del blanco seleccionado.

En el caso de la DIME, lo tenebroso es que la unión de estas tecnologías permite además que la explosión tenga acción dirigida como si fuera una ‘hoja de corte’, de modo que la metralla microscópica puede penetrar y cortar huesos y tejidos del cuerpo produciendo la muerte. En caso que la víctima sobreviva y sus miembros no fueran seccionados en la detonación, es posible que sufran lesiones tan severas por la metralla incandescente que deban ser amputados. La incorporación de la aleación de tungsteno al organismo tiene efectos tóxicos pero además, produce alta probabilidad de desarrollar cáncer en el largo plazo.

Si bien ninguna muerte en cualquiera de los bandos tiene justificación, semejante sofistificación tecnológica de estas nuevas armas para el terror lograda por la industria militar estadounidense-israelí, contrasta con la simplicidad de los cohetes Qassam con carga explosiva, cuyos lanzamientos por las milicias palestinas se intensificaron en repudio al endurecimiento del bloqueo israelí debido a que el partido político Hamas, elegido por la mayoría de los palestinos de la Franja de Gaza en las elecciones legislativas democráticas de 2006, es considerado como grupo terrorista por EEUU, Israel y la Unión Europea.

Estos artefactos son construidos artesanalmente, usando como combustible fertilizante en su mayor parte de origen israelí y sacarosa (azúcar), carecen de sistema de guiado alguno, su alcance es del orden de 10 kilómetros y su rendimiento es incluso menor al de algunos cohetes fabricados por los modelistas estadounidenses como ‘hobby’ (candy rockets). Su mortandad es varios órdenes menor que la de cualquier misil o bomba inteligente y si bien pueden producir daños son incapaces de demoler un edificio entero.

A pesar que los grandes multimedios occidentales (como CNN), omiten y manipulan información, presentando la invasión a Palestina como una especie de teoría de los dos demonios (en que fuerzas militares equivalentes (3) combaten ante poblaciones que casi no participan y observan como víctimas), ocurre un fenómeno con cierta semejanza a cuando EEUU invadió Irak. Una parte significativa del pueblo iraquí no fue neutro, sino que fue y sigue siendo la Resistencia contra el invasor.

Destruir totalmente a Hamas no le resultará fácil a Israel y EEUU, ya que como en Irak el mismo pueblo palestino es una componente importante de la Resistencia y de una u otra manera continuará luchando contra su opresor a pesar del revés militar. Algunas ramas religiosas del Islam original, a diferencia del cristianismo, tienen una componente político-militar que se activa solo cuando es amenazada su supervivencia, y permanece así hasta que no cese la amenaza.

Tomado de ARGENPRESS.info, 12/01/09.


Notas:


1) ‘Rápidamente’ significa 30 segundos desde que la fuerza terrestre transmitió las coordenadas del blanco.
2) Esta clase de bombas de precisión autoguiadas se denominan GBU (Guided Bomb Unit), y se suelen usar en las llamadas operaciones ‘quirúrgicas’.
3) La asimetría entre los armamentos disponibles por las milicias palestinas y las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) está significativamente a favor de esta última, al punto que las milicias armadas no representan ninguna amenaza para la existencia del Estado de Israel.

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