lunes 28 de abril, 2025

La crisis, el neoliberalismo y el capitalismo

Publicado el 05/01/09 a las 12:00 am

Por Emir Sader

Se puede elegir a cualquiera como personaje del año 2008 y del 2009. Este año y el próximo están y estarán plenamente envueltos en el escenario de la crisis. No se trata de Obama y la crisis, por ejemplo, sino la crisis y cómo Obama reacciona delante de ella, de tal forma que ésta es determinante y condicionante de todo.

Una crisis que comenzó como una crisis financiera más, acrecentada por las formas precarias de reaccionar a las burbujas especulativas de las crisis anteriores, para extenderse a la estructura productiva, generando un proceso recesivo en el conjunto de la economía, lo que, en la era de la globalización, universaliza la crisis. De crisis financiera para recesión general, de crisis norteamericana para crisis global.

Dada la crisis, ¿qué hacer? El diagnóstico y los remedios reflejan la ideología de cada uno.

Una primera línea divisoria en las reacciones a la crisis está entre los que quieren soluciones epidérmicas, apenas de apoyo a las empresas en dificultades, hasta que pase la crisis y se restablezcan los mecanismos mercantiles impuestos por los liberales al conjunto de la economía. Y también, los que pretenden disminuir los efectos profundos de la crisis, imponiendo mecanismos de regulación, de reactivación económica, que apunten hacia los mecanismos profundos de la crisis: la anarquía de la competencia mercantil en el capitalismo.

En un segundo plano está la división entre los que apenas pretenden domar ciertos mecanismos más salvajes del mercado y los que pretenden salvaguardar los intereses de la gran mayoría de la población, resguardando sobre todo el nivel de empleo y penalizando a las empresas que más directamente promovieron fraudes especulativos.

No obstante, no bastan medidas defensivas como estas, aunque busquen garantizar el nivel de empleo como contrapartida para los apoyos financieros gubernamentales. Porque estas crisis se repetirán. En primer lugar, porque son la expresión más clara de los resultados de la desregulación económica, característica típica del neoliberalismo. La crisis permitió que se diera una gigantesca transferencia de capitales del sector productivo al especulativo, al mismo tiempo que garantizó la libre circulación y la liquidez total del capital financiero, sin regulación y prácticamente sin tasas impositivas. Volverá a repetirse, como se dio a lo largo de toda la década pasada y ahora ataca en el centro del sistema.

Es necesario imponer un modelo abiertamente antineoliberal, que regule la circulación del capital financiero, que centralice el cambio, que penalice con altas tasas las inversiones especulativas, que someta, de hecho y de derecho, a los Bancos Centrales a los gobiernos, que priorice lo social contra la dictadura de la economía, que promueva centralmente el mercado interno de consumo de masas, entre otras medidas. Y que se comprometa estratégicamente con el desarrollo económico y social como meta central de los gobiernos.

Pero la lógica de la crisis reiterada no es solo la del neoliberalismo, remite a un mecanismo mucho mas profundo y perenne, remite al proceso mismo de acumulación de capital, que tuvo algunas de sus características acentuadas en el neoliberalismo. El capitalismo desarrolla – como el propio Marx reconoció en el Manifiesto Comunista – como ningún otro tipo de sociedad, las fuerzas productivas, pero al mismo tempo, no genera los mecanismos de consumo para esa producción multiplicada. Sus crisis son siempre de desequilibrio entre producción – a cuya multiplicación está comprometido para poder recuperar en la cantidad lo que pierde en cada producto, al elevar el gasto en capital constante y disminuir relativamente en capital variable, vinculado a la plusvalía – y consumo, que pueden ser llamadas crisis de superproducción o de sub consumo. Siempre generan excedente de capital que en el neoliberalismo se dirige exponencialmente para el sector financiero y la especulación.

Las crisis, tanto las de ciclos cortos, como las de retorno de ciclos largos expansivos a recesivos y viceversa, son parte inherente del capitalismo. En la era neoliberal, tiene un componente financiero, que las desata, pero se extienden al proceso productivo, de acuerdo a la magnitud que tengan – como es el caso de la actual. Su superación solo puede darse con políticas anticapitalistas, de socialización de la producción, de una planificación de la economía realizada democráticamente, de poder para que los trabajadores decidan los destinos económicos de los que ellos mismos son los sujetos, pero que sufren como víctimas en el capitalismo, donde el poder está en las manos de quienes detentan el capital.

Tomado de Rebelión, 28/12/08. Traducción Insurrectasypunto. Texto en español: www.insurrectasypunto.org. Texto en portugués: www.cartamaior.com.br

3 Comentarios para “La crisis, el neoliberalismo y el capitalismo”

  1. Juan José Sarachu

    Ene 7th, 2009

    De acuerdo, pero existe una faceta más que es la «ética y filosófica»; crisis profunda de valores sobre los cuales cimentar esta civilización.- En tal sentido le damos la razon a Stiglitz cuando dice que para lograr un mayor equilibrio es necesario un espacio creciente de Economía Social y Solidaria o sea Cooperativas, Mutuales y Asociaciones diversas que sean una fuente permanente de innovación. Es que tiene razón Stiglitz y Peter Davis cuando sostienen que la empresa privada capitalista no es totalmente innovadora, sino por el contrario obstaculiza en la medida que exacerba el lucro y lo distribuye sin el más mínimo criterio de justicia social, salvo honrosas excepciones que ya estan apareciendo en los países centros.- Es que la empresa capitalista sólo podrá sobrevivir en la medida que aplique cabalmente la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y no como mera cuestión cosmética o de origen «marquetinero».- Sociedad equilibrada será aquella, pues, que se asiente en tres pilares (Plural): 1) Un sector privado tradicional con auténtica RSE. 2) Un sector público fuerte y eficiente que intervenga activamente para evitar distorsiones del mercado y 3) Un creciente sector de Economía Social y Solidaria.- Sólo así podremos aspirar a un escenario de «un mañana solidario» que avente el otro escenario posible que es «el de la destrucción total».-

  2. pablo anzalone

    Ene 14th, 2009

    podriamos decir que existe también otra faceta que es laconcentración del poder economico como resultado del proceso capitalista y de la etapa actual deglobalización. Las crisis han operado como fuertes aceleraciones de esa concentracion de poder . La democratización de la economía, de los actores y las relaciones de produccion debería formar parte de las estrategias frente a la crisis.Como parte de una democratización mas general del poder, que incluye al Estado y a las relaciones sociales en general.

  3. ricardo giorello de santiago

    Ene 19th, 2009

    compartiendo con los aportes anteriores, vemos que tenemos un largo período de tiempo por delante para ir ganando espacios, a esa hegemonía casi absoluta del capital sobre las fuerzas productivas. Esto nos pone en la tarea sin pausas, del fortalecimiento de un partido vigoroso, decidido, con claridad política e ideológica, que ayude a comprender a amplios sectores de nuestra sociedad en especial a los trabajadores hacia donde debemos ir y de las oportunidades que nos brindan las crisis para avanzar

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