La democracia como desafío frente a los avances autoritarios
Publicado el 19/05/22 a las 11:03 pm
Por Gabriel Portillo
“El ser humano se siente inclinado a la negación cuando la verdad le resulta demasiado costosa, emocional, intelectual o económicamente”
Naomi Klein
Los avances y limitaciones de los progresismos trajeron una reacción organizada de las viejas y nuevas derechas. Esta vez agrupadas y sabiendo que el principal objetivo que las une es la contención de la resistencia social organizada que contiene aspectos superadores del progresismo.
El progresismo no logro avanzar en un proyecto donde cumplir con las demandas populares, esta insatisfacción la capitaliza la derecha. Hoy enfrentamos otra versión de la clásica derecha, no es la misma luego del desastre de los 2000, antes habían logrado un consenso general sobre la ilusión del mercado, la igualdad de oportunidades y su relación con la democracia electoral.
Sin embargo, hoy se han unido, y como dice Zavaleta Mercado: “…La crisis es la forma más extraordinaria de la unidad o si se quiere la crisis es una forma violenta de unificación” La derecha 4.0 se han vuelto más autoritaria, violentas y por momentos antidemocrática. Viene con nuevos métodos para los objetivos de siempre, entre ellos incidir con y desde los medios de comunicación y presionar a los medios. De hecho, cuando la situación lo requiere, no existe la libertad de prensa. Otra forma reiterada es colocar públicamente a la izquierda como sinónimo del desorden en las cuentas públicas, desorden en la educación, en la seguridad, y ellos vienen con el orden, aunque éste sea represivo e injusto, no interesa. A todo esto se le agrega financiamiento empresarial desembozado, como nueva forma de acción política que intenta, a veces con cierto éxito, disputar los espacios públicos clásicos de la izquierda.
La izquierda depende de su relación con los movimientos sociales y allí es donde se legitiman las propuestas de transformación. Los lugares institucionales desde donde el progresismo básicamente intentó disputar hegemonía son débiles si no se les incorpora el protagonismo popular dispuesto a movilizar y defender lo conquistado. La democracia no es el resultado de una encuesta: es una correlación de fuerzas.
De todas formas, algo que parece ser una característica de estos tiempos no solo por la comarca sino en el mundo, es que ni los neoliberales tienen proyecto de largo plazo que no sea más punitivismo, y poner énfasis en los nuevos enemigos de la libertad que serían por supuesto los progresismos “populistas”. El problema, es que tampoco el progresismo presenta un plan capaz de superar la crisis económica y ambiental actual. La disputa parece ser, en torno a una nueva refundación capitalista.
Por lo tanto, los proyectos en pugna no quedan bien diferenciados. Esta situación deja al conjunto de la sociedad sin una esperanza colectiva de superación. Y en lugar de algo superador, esta realidad ha habilitado el crecimiento de nuevas expresiones de derecha como es el caso de Cabildo Abierto, que intenta captar el descontento producido por ambos proyectos. Se junta con las derechas conservadoras para amplificar la crítica al progresismo e intenta mantener un perfil propio vinculado a su proyecto post fascista[1]. Es decir que lleva consigo todas las características más rudimentarias del fascismo, como el ultranacionalismo, el machismo, el racismo, el anticomunismo, la homofobia. También está el ataque constante al poder judicial porque se entiende que defiende los derechos humanos y en cuanto a lo económico quiere representar a un sector de la oligarquía vinculada al campo. Y como el original, sigue el patrón de un líder.
Tampoco logra, al igual que sus socios de la coalición, un programa apropiado a las principales expresiones del capital, si bien se vieron reflejados en las propuestas macroeconómicas: exoneración de impuestos directos e indirectos (como la rebaja de algunas tarifas), reformas regresivas de las empresas públicas a partir de consolidarse la LUC pos referéndum; y la otra cara de la moneda, rebaja de salarios y jubilaciones, así como la reforma de la seguridad social.
La precarización de la vida generada por las políticas debe ser enfrentada recuperando un programa de transformación radical que deberá ser una creación colectiva contra la desesperanza. Luckàcs decía “…Se trata de una pelea contra esa atomización individualista, esa guerra de todos contra todos del espíritu capitalista”. El rescate del sentido de pertenencia de clase es el desafío, a nuestro juicio, del hoy.
[1] Concepto utilizado por Enzo Traverso en su libro “Las nuevas caras de la derecha”, Siglo XXI. “…El fascismo tenía la ambición de fundar la política sobre un nuevo proyecto una nueva visión del mundo, Buscaba una nueva civilización entre el liberalismo y el comunismo. Esta ya no es una preocupación La sugerencia hablar de post fascismo si bien tiene limitaciones ayuda a pensar que es un fenómeno en transición, ósea que aún no se concretó. Tenemos que verlo como un fenómeno heterogéneo diferente incluso al neofascismo, este se presenta como una continuidad ideológica con el fascismo, en cambio el post fascismo se puede decir que se independiza del fascismo conservando la matriz, el destino final aún no lo sabemos, esa también es una diferencia. Es movimiento fluctuante y contradictorio en lo económico principalmente”.
