NUEVO LIBRO SOBRE HUGO CORES “PASION Y REBELDIA EN LA IZQUIERDA URUGUAYA”
Publicado el 30/12/08 a las 12:00 am
Por Constanza Moreira
Este es el título que lleva el libro sobre Hugo Cores, escrito por Ivonne Trías y editado por Trilce en este mes de diciembre. El libro, presentado en el Salón Azul de la Intendencia Municipal de Montevideo el jueves 11 de este mes, es una historia de Hugo Cores, pero además, una mirada al largo recorrido de la izquierda uruguaya desde sus orígenes. Abundante en testimonios directos del período, tanto del propio Cores como de muchos otros dirigentes, ayuda a «vivir» la historia de la izquierda en el Uruguay, con una mirada más cercana y más íntima.
Esta historia de la izquierda puede ser leída en tres tiempos. El de los orígenes de los primeros partidos de izquierda en el Uruguay, hasta la creación del Frente Amplio y el advenimiento de la dictadura. Luego, está la descripción del período de la dictadura, dentro y fuera del país: una «memoria de la resistencia», como reza el título del último libro de Cores. Finalmente, está la salida de la dictadura, los itinerarios de una transición «pactada» (y el debate que tuvo lugar en ese período), y la victoria del Frente Amplio y su llegada al gobierno nacional. Hugo Cores estuvo en todos esos períodos de la izquierda uruguaya, como protagonista activo.
El libro inicia con las historias y vicisitudes de una familia comunista, cuando la caída de la República española (algo que sería sin duda influyente en los inicios de Cores en el movimiento anarquista) y relata historias de obreros y gente humilde, simpatizantes o militantes del Partido Comunista. Luego se detiene en la FEUU, las juventudes libertarias, y la unificación del movimiento sindical. Examina el «clima de la época» y el impacto de la Revolución Cubana, y retrata en forma convincente un «estado del alma» de los movimientos sociales y la izquierda en esos días, muy diferente al de hoy. Pasión y rebeldía.
El año 1968 es presentado como un «año bisagra», incluyendo las calificaciones de Rico, Campiglia y Panizza. En ese momento toma auge el «Uruguay antibatllista» (Campiglia) o el deterioro de las bases tradicionales del consenso (Panizza). Antes, bastante antes, en 1961, el libro documenta los comienzos de la violencia política, con la muerte de Arbelio Ramírez o el secuestro de Soledad Barret. La militarización de los funcionarios públicos y la huelga bancaria hacen parte de ese período. En diciembre de 1966, ya se habían denunciado 66 personas torturadas. La censura ya es corriente y muchos los estudiantes muertos.
En 1972 se declara el «Estado de guerra interno» y comienzan a hacerse corrientes las Medidas Prontas de Seguridad, que permitieron que la intervención policial se hiciera moneda corriente en las calles y en los hogares de los uruguayos. También comenzaron a levantarse prontuarios de actuación de todos los sindicalistas, militantes estudiantiles o activistas de izquierda, elaborados por los servicios de inteligencia uruguayos.
Y todo esto antes de junio de 1973, cuando se da «formalmente» el golpe de Estado.
El libro elabora muchos temas y describe muchos debates. Algunos son propios de la época. Otros, todavía siguen siendo parte de la cuestión de la izquierda hoy. Algunos de los temas son «la cuestión del anarquismo», la historia sobre la fundación del Frente Amplio o la «contraviolencia». En «El río purpúreo» (en alusión a «La tierra purpúrea», de Hudson, un inglés que observaba horrorizado las matanzas en la época de las guerras civiles en el Uruguay), el libro relata lo que fue una de las principales preocupaciones de Cores desde entonces: el asesinato y las desapariciones que tuvieron lugar a una y otra orilla de ese río. En particular, el libro es una descripción de la lenta, compleja y trabajosa lucha por denunciar las violaciones a los derechos humanos en el país, en plena dictadura y desde el exilio, y lo que significó la aprobación de la Ley de Caducidad, ya en plena democracia uruguaya. Las razones y sinrazones del voto amarillo contra el verde, el clima de amenaza co n rel ación a si los militares se iban a presentar a declarar o no ante el juzgado (algo que argüían los del voto amarillo porque, ¿si no lo hacían? ¿Estábamos ante un problema de desacato de poderes?) y la solución «a la uruguaya» de refrendar la ley, para que pudiéramos tener «un cambio en paz». Este fue el lema de la campaña del doctor Sanguinetti, con la que fue votado como el primer presidente del Uruguay posdictadura. En particular el libro se detiene allí, porque la lucha por los derechos humanos fue algo a lo que Cores dedicó muchos años, y los últimos, de su vida.
Pero quizá sea la forma en que Trías describe el entusiasmo de una época de «pasión y rebeldía» lo que más cautiva del libro. Y esta época empezó mucho antes, pero encauzó en un gran movimiento de masas con la creación del Frente Amplio. En una discusión con Juan Pablo Terra, que decía que la creación del Frente Amplio demostraba que el electoral era el único camino, Cores señala: «…pero el Frente Amplio no era sólo eso. Era una parte muy grande de la juventud movilizada y pobre que quería el cambio y lo buscaba donde hubiera unión, efervescencia, combatividad. Era también el de las citas de Terra, pero fundamentalmente era lo otro. El Frente Amplio se transformó en un fenómeno maldito para el poder y generó una mística, por eso, treinta años después, seguimos teniendo FA y habrá FA para rato».
No fue fácil tener un Frente Amplio con todo adentro. El libro relata las tribulaciones de los anarquistas con el partido, y las del MLN. La forma en que unos y otros se fueron aviniendo a un «amplio arco de las alianzas», en base a un debate incesante, de lo que existe una profusa documentación a lo largo de las páginas. Las discusiones sobre la creación de un partido, sobre la estrategia, sobre la percepción del momento histórico, forman parte del arsenal de argumentos, palabras y páginas que pertenece a la izquierda desde el principio. Leyendo ese libro, uno se pregunta cómo pasaban tantas horas y horas sentados leyendo un documento, analizando la situación, debatiendo políticamente. Esa era la pasión política. Y si la pasión política es una virtud, es claro que es una virtud escasa.
Las virtudes de Cores eran las de una izquierda que supo ser varias cosas, algunas de las cuales continúa siendo, y otras no. La de mirar el mundo, era una. Cores mismo señala, en una cita en el libro, que por momentos se estaba tan cerca de la revolución del 36 como si los uruguayos participaran en ella. También relata el involucramiento de la izquierda con la segunda guerra mundial; las discusiones, las posiciones de apoyo o no a la Unión Soviética. También la izquierda de la «resistencia», de la dictadura y después, fue una izquierda cosmopolita, náufraga y exilada. El surgimiento del PT en Brasil hace parte de la historia contada en este libro. El éxito que tuvo Chico Buarque con «Cáliz» y Elis Regina con «O bebado e o equilibrista», que eran canciones «de protesta»; veladas, llenas de significación, y que llenaban de entusiasmo a los uruguayos exilados en aquel país, sobre la vuelta a casa.
Pero también contaba la de la rebeldía contra el autoritarismo, y la sed de un gran cambio. Un cambio «revolucionario». La idea de que el viejo orden no funcionaba más (y no funcionó más, como lo muestra la propia historia) y que se avecinaba un mundo nuevo. La «era de las revoluciones» advenía. Dice Trías: «el presente parece regido por la única omnipotente violencia conservadora en su versión monopólica a cargo del Estado». Pero en la era de las revoluciones era diferente. En aquellos tiempos, según Trías, «el mundo parecía abarcable, comprensible, y sobre todo, susceptible de ser transformado mediante la acción política colectiva, en una sociedad justa, o socialista, cercana en el tiempo».
(Tomado de La República, 22/12/08)