Partido por la Victoria del Pueblo | ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD |
|
Una retaguardia caliente. Uruguay y la guerra civil.
Aquel país que miraba siempre hacia afuera no pudo mantenerse al margen de un conflicto de este tipo. Pero a las decenas de comités de apoyo y actividades propagandísticas desarrolladas hay que agregar una treintena de luchadores sociales uruguayos que participaron directamente en la guerra reivindicando la solidaridad internacional y la revolución social.
También se constituyó la Comisión de Damas de Ayuda al
Pueblo Español, y las tareas de solidaridad con la República contribuyeron a
generar un clima de acercamiento entre las fuerzas antidictatoriales –como fue
el caso del impulso de muchos comités de Frente Popular en Montevideo y el
Interior– aunque hubo episodios como los de mayo de 1937 en Barcelona que
opusieron a los respectivos partidarios en Uruguay.4
Entre
las iniciativas desarrolladas se destaca la recolección de alimentos (a
comienzos de 1938 el comité había fletado un barco a España que transportaba 12
toneladas de carne),5 ropas y dinero, en el marco de intensas campañas de
propaganda sobre la situación en los frentes de batalla y en las ciudades.
También contribuyó a la campaña de difusión la organización de actividades como
la exposición de afiches españoles –“pertenecientes la mayoría de ellos a la CNT
y la FAI”– realizada en los salones del Ateneo de Montevideo en diciembre de
1937.6
La prensa también tuvo un papel destacado en la
difusión.
En agosto de 1936, el comité
nacional comenzó a editar España Democrática, mientras que desde tiendas
anarquistas la revista Esfuerzo (publicada desde febrero de 1936) ofreció un
espacio cultural de información y reflexión sobre la situación española, al
igual que el órgano comunista Justicia, el socialista El Sol, el batllista
Avanzar y el nacionalista Acción, de Carlos Quijano.
SOLIDARIDAD SINDICAL.
Por su parte, la anarco-sindicalista Unión Sindical
Uruguaya (USU) había creado por ese año el Comité Sindical pro Ayuda al
Proletariado Español.
En un boletín del comité se
destacaba el aporte material realizado por gremios de la USU a las centrales
obreras españolas CNT y UGT: “hacer llegar su pan, su grito, su dinero, su
caricia (...) directamente a los obreros que libran en el suelo ibérico la gran
batalla contra el fascismo internacional”.8
Pero, ¿por qué decenas de personas se integraron a uno
de los bandos? ¿Estaba relacionado con la lucha contra un enemigo internacional
en expansión, el fascismo? ¿Era la posibilidad de hacer la revolución social?
Desde Uruguay partieron por lo menos una treintena de
militantes: comunistas, anarquistas y pro republicanos sin filiación conocida.
Eugenio Gómez señala que “en la lucha del pueblo español participaron también
militantes de nuestro partido que fueron a cumplir su honroso deber solidario”.9
En un artículo de 1996 Jorge
Barreiro proporciona datos de varios de ellos. El tacuaremboense López Silveira
en la guerra de España desempeñó un “papel destacadísimo” en la 46 Brigada
Motorizada.10 El melense Felipe Torres Pereira –cabo en 1935 cuando el
alzamiento contra Terra– y el comunista José Facal –obrero de la construcción–
murieron en la batalla del Ebro en setiembre de 1938. Los comunistas Antonio
Pereyra y Julio Calachik fallecieron en la defensa de Madrid. Entre los
“desconocidos” estaban el salteño Ramón Tajes (que no pertenecía a “ninguna
colectividad política influyente”) y el capitán Ernesto Bauer. Al fin de la
guerra terminaron en campos de concentración franceses unos 27 uruguayos o
nacionalizados.
La enorme fuerza de ideologías en las que el
internacionalismo y la solidaridad eran más que simples palabras se conjugó con
la decisión personal de combatir las “fuerzas oscuras de la reacción y el
fascismo” o la de participar en la “revolución social” libertaria. La guerra
civil y la revolución española contaron con militantes –también uruguayos– que
creyeron que allí se jugaba un mejor destino para la humanidad.
* Magíster, docente e investigador en el Departamento de Historia del Uruguay, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Universidad de la República).
NOTAS
1. Rodolfo Porrini, Inmigrantes españoles y
sindicalismo en Montevideo (1905-1942), agosto 1993, inédito.
2. Esther Ruiz, Juana Paris, El Frente en los años 30,
Montevideo, Proyección, 1987, pág 120.
3. Leopoldo Sala, Vivencias de un militante, México,
1982, inédito, págs 176-177.
4.
En mayo de 1937 se enfrentaron
las fuerzas del gobierno de Cataluña y los comunistas, por un lado, contra
anarquistas y el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), hecho registrado
en el filme Tierra y libertad, de Ken Loach (1995).
5. Justicia, Montevideo, 6-I-38, pág 2: “Continúan los
envíos de carne para España del comité nacional”.
6. El Obrero Gráfico, Montevideo, enero 1938, pág 1:
“La exposición de los afiches españoles”. CNT era la sigla de la Confederación
Nacional del Trabajo (orientada por anarquistas), y FAI la de la Federación
Anarquista Ibérica.
7. Carta de José Guillén a Pascual Tomás, enviada desde
Montevideo y fechada el 10-IV-37. Archivo de la Fundación Pablo Iglesias,
Madrid. Agradezco al doctor
Carlos Zubillaga haberme
facilitado copia de este y otros documentos. El 14 de mayo de 1937, en carta
desde Valencia, Pascual Tomás contestaba que “con verdadera emoción di
conocimiento a la Comisión Ejecutiva de la Unión General de Trabajadores de
vuestra carta”.
8. Boletín del Comité Sindical pro Ayuda al
Proletariado Español, Montevideo, abril 1938, en El Obrero Gráfico, Montevideo,
mayo de 1938.
9. Eugenio Gómez, Historia del Partido Comunista del
Uruguay hasta el año 1951, Montevideo, Editorial Eco, 1990, pág114.
10. Jorge Barreiro, “Uruguayos en la guerra civil
española. Los últimos quijotes”, en revista Tres, Montevideo, 7-VI-96, págs
36-39.
Tomado de Brecha, 28 de julio de 2006