| Partido por la Victoria del Pueblo | ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD |
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El pasado y las campañas contra la izquierda
Escribe: Hugo Cores
De tanto en tanto, la derecha, para atacar a las fuerzas progresistas, desempolva las viejas imputaciones usadas como pretexto para la implantación del Estado autoritario primero y luego del terrorismo de Estado.
Son apelaciones intimidatorias que cada vez tienen menos eficacia en la formación de la opinión del pueblo, pero ni blancos ni colorados renuncian a incluirlas en el menú de su propaganda electoral.
La estigmatización del supuesto “extremismo sesentista” en que habría incurrido nuestra izquierda suele aparecer bajo muy diversos ropajes; incluso no faltan las versiones togadas que pretenden pasear su vianda anti marxista por los jardines universitarios, pretendiéndose “científicas”, “objetivas” “políticamente neutrales” e “ideológicamente incontaminadas”.
En ese terreno también hay que pelearla.
Los tales científicos no son neutrales. Pertenecen a un partido grande, solapado y poderoso: el de la resignación. Creen en la conveniencia pública de la resignación como la mejor conducta a asumir por parte de los que han sido despojados. Nuestros cientistas bregan porque permanezcan calmos los hambrientos y los desalojados.
Practican la memoria selectiva y procuran que los despojados pierdan la vivencia y la memoria de lo que tuvieron, de lo que conquistaron con su lucha, y hoy no tienen.
En realidad, sostienen, nadie nunca ha ganado nada con la lucha. Toda las luchas populares se han perdido y todo lo ganado ha sido por la buena voluntad de los de arriba, por la tolerancia, la beneficencia y el espíritu generoso de los ricos. Por eso ni vale la pena recordar las luchas de los de abajo, ni hay que asustar con demandas exageradas a los de arriba.
Tienen el respaldo de los medios y de las editoriales. Por eso, de tanto en tanto hay que ocuparse un poquito de ellos. Cantarles ¡pica!, y recordarles que con sus trabajos “académicos” son proveedores de otros, locutores, plumíferos, brigadistas de palo-y-palo del discurso político y demás subespecies que proliferan por estos tiempos. En estos tiempos en que el privilegio se ve venir la maroma de los que piden devolución de todo lo que se les ha quitado y cree que salvará sus prerrogativas recurriendo a los antiguos engaños y a las viejas amenazas.