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Partido por la Victoria del Pueblo ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD

 

 

Entrevista a Emir Sader tras la sentencia judicial.

Por Gilberto Maringoni

La condena judicial del sociólogo y columnista de Carta Maior Emir Sader en el proceso por injurias promovido por el senador Jorge Bornhausen (PFL-SC) generó, como reacción, una amplia corriente de solidaridad, en Brasil y en el extranjero. Más de diez mil nombres firman un manifiesto de apoyo, entre ellos Antonio Candido, Chico Buarque, Oscar Niemeyer, Eduardo Galeano y István Mèszáros. La sentencia es de un año de prisión en régimen abierto, conmutable por prestación de servicios a la comunidad, y de pérdida de su cargo de profesor en la Universidad Estatal de Río de Janeiro (UERJ).

La condena fue motivada por un artículo publicado el pasado 28 de agosto en Carta Mayor. El columnista se refería a una manifestación pública del senador hecha dos días antes. Al ser preguntado en un encuentro con empresarios si estaba desencantado con la crisis política, Bornhausen respondió: “¿Desencantado? ¡Todo lo contrario! Estoy encantado, porque nos libraremos de esa raza por los próximos 30 años”. La “raza” a la que se refería el senador era el PT y la izquierda.

En la presente entrevista, Sader, uno de los más importantes intelectuales brasileños de la actualidad, autor y compilador de 77 libros –entre ellos la Enciclopedia Latinoamericana y La venganza de la historia— habla de la condena judicial y de sus impresiones sobre el contexto político en que esa condena tuvo lugar.

Carta Maior¿Cómo valora usted su condena?

Emir Sader – A mí me sorprendieron la rapidez con que transcurrió el proceso, la conclusión y la contundencia de la condena. La única audiencia a la que fui llamado tuvo lugar en Río de Janeiro. Alegué que, en el artículo que dio pie al proceso, respondí con indignación a una agresión perpetrada por el senador Jorge Bonhausen. No tenía intención de injuriarle, como alegaba la otra parte. Su abogado no hizo pregunta alguna, y tampoco el juez hizo observación alguna. La impresión fue que no quedaban tipificadas las acusaciones que se materializaron en la sentencia, como la de difamación. 

CM¿Cómo fue el juicio?

ES – El juicio coincidió con el día en que fui elegido secretario general de CLACSO (Consejo Latino-Americano de Ciencias Sociales), el pasado 25 de agosto. Como avisé que no podría estar presente, el juez alegó que el juicio era en rebeldía, aunque mi abogado estuviera presente. Y con ese pretexto, no permitió convocó a ningún testigo de la defensa.

CM¿Qué pretendía uestes con el artículo que llevó al proceso?

ES – En el artículo expresé mi indignación ante la forma en que las elites blancas tratan al pueblo, hablando de ‘raza’, ‘escoria’, ‘gentuza’, ‘populacho’ y otros calificativos de ese estilo”. Es una forma de hablar usual y cotidiana en círculos privados. Lo que cometió el senador fue una especie de crimen de sinceridad.

CMUno de los puntos de la condena s la pérdida de su cargo como profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro...

ES – Es un absurdo, porque él alega que me valí de la dignidad del cargo y de la carrera académica para atacarlo. Eso no es verdad.

CM ¿Ve usted alguna relación entre la sentencia y el actual momento político?

ES – Creo que la rapidez de los trámites y el resultado de la disputa electoral muestra que estamos ante los estertores de una derecha desolada, que busca demostrar el poder de que aún dispone. Ven reducirse su espacio político. En otros períodos, una condena así no pasaría de ser una nota al pie de los noticiarios generales. Ahora adquiere esa connotación política más amplia. 

CM ¿Qué pasos piensa usted dar ahora en este caso?

ES – Por lo pronto, se trata de pedir la suspensión de la sentencia. Luego vamos a recurrir a una instancia superior.

CM Este caso ha generado una corriente de solidaridad pocas veces vista en nuestro país. Hay un manifiesto de solidaridad con más de diez mil firmas procedentes de distintos ámbitos del pensamiento. ¿Qué significado le atribuye a eso?

ES – La segunda vuelta electoral demostró el potencial de la izquierda brasileña. La política se hizo más clara, por el contraste, y se manifestó la unidad entre las diversas fuerzas. Ante los ataques decididos, se vio que hay valores que unifican a la derecha y valores capaces de juntar a la izquierda. Con independencia de mi caso particular, el manifiesto prueba que existe esa sensibilidad en busca de puntos comunes contra las embestidas de la derecha. En este caso puede verse, una vez más, el carácter de clase de la justicia.

Tomado de www.sinpermiso.info, 12/11/06.

Fuente original Carta Maior, 7 noviembre 2006

Traducción: Casiopea Altisench

 

Manifiesto en solidaridad con Emir Sader

Ana Esther Ceceña et al 

La sentencia del juez Rodrigo César Muller Valente, de la 11ª  Juzgado Criminal de São Paulo, que condena al catedrático Emir Sader por injuria en el juicio planteado por el senador Jorge Bornhausen (PFL-SC), es un despropósito: transforma al agresor en víctima y al defensor de los agredidos en reo.

El senador planteó el proceso judicial por injuria, calumnia y difamación en virtud del artículo publicado en el sitio Web de Carta Maior (http://cartamaior.uol.com.br/templates/colunaMostrar.cfm?coluna_id=2171), en el cual Emir Sader reaccionó a las declaraciones en las que Bornhausen se refirió al Partido de los Trabajadores (PT) como una "raza que debe quedar extinta por 30 años".

En su sentencia, el juez condena al sociólogo "a la pena de un año de detención, en régimen inicial abierto, substituida (...) por pena restrictiva de derechos, consistente en prestación de servicios a la comunidad o a una entidad pública, por el mismo plazo de un año, en jornadas semanales no inferiores a ocho horas, a ser individualizada en posterior fase de ejecución". Aún más, el juez dispuso: "(...) considerando que el querellante se valió de la condición de profesor de universidad pública de este Estado para practicar el delito, como expresamente hace constar en el texto publicado, inequívocamente violó su deber para con la Administración Pública, motivo por el cuál aplico como efecto secundario de la sentencia la pérdida del cargo o función pública y dispongo la comunicación al respectivo órgano público en que estuviere asignado y condenado, al tránsito en juzgado".

En una total inversión de valores, lo que se pretende con una condena como esta es impedir el derecho de libre-expresión, en una acción que apunta a intimidar y criminalizar el pensamiento crítico. Es también una amenaza para  la autonomía universitaria que asegura que esta institución es un espacio público de libre pensamiento. Al imponer la pena de cárcel y la pérdida del empleo ganado por concurso público, constituye  un mensaje a todos los que no se silencian frente a las injusticias.

Quienes suscribimos esta carta manifestamos nuestro más vehemente repudio.

(Si desean firmar, lo pueden hacer aquí:  www.petitiononline.com/emir/petition.html)
 

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