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Participó en el Plan Cóndor.
El jefe de la Fuerza Aérea, Enrique Bonelli, reveló que él fue el copiloto del 'primer vuelo' que trasladó prisioneros desde Argentina
Escribe Iván Kirichenko
El
comandante en jefe de la Fuerza Aérea, teniente general (aviador) Enrique
Bonelli, fue el copiloto del "primer vuelo" que en 1976, en plena dictadura,
trajo a Uruguay a un grupo de prisioneros uruguayos desde Argentina, en una
misión que según dijo fue pedida por el Servicio de Información de Defensa (SID)
y ordenada por el Comando General de la fuerza de aire.
"Yo fui el copiloto del primer vuelo", reveló Bonelli
ante una consulta formulada por Búsqueda para confirmar su participación directa
en el traslado de detenidos uruguayos desde Argentina durante aquellos años.
El 24 de julio de 1976, el entonces teniente primero
Bonelli fue copiloto del avión que transportó hacia Montevideo a 22 uruguayos,
en su mayoría militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), que
estaban detenidos en un centro de reclusión clandestino en Argentina.
A comienzos de este mes, como jefe de la Fuerza Aérea,
Bonelli entregó al presidente Tabaré Vázquez un informe de su institución en el
cual se confirmó la existencia de dos vuelos con prisioneros desde Argentina, el
24 de julio y el 5 de octubre de 1976. Todos los detenidos del primero de ambos
vuelos fueron liberados años después. Sin embargo, hasta el momento no hay datos
concretos sobre cuántos ni quiénes eran los pasajeros del traslado de octubre,
lo que llevó a concluir a actores políticos y militares, que todos fueron
asesinados.
Según Bonelli, los operativos se cumplían a solicitud
del SID, organismo que por entonces nucleaba las tareas de inteligencia militar.
"Eran misiones que obviamente salían de lo normal, porque era traer detenidos.
Eso no lo hacíamos nunca. (...) Sí sabíamos que los pedía el SID y lo ordenaba
el Comando General. Para nosotros estaba totalmente dentro de la cadena de
mando", comentó.
El comandante en jefe aseguró desconocer cuántas
personas trasladó en aquel "primer vuelo", ya que los oficiales a cargo del
operativo lo mantuvieron en reserva y él se limitó a operar la nave, encerrado
en la cabina.
"Nos decían: 'Vaya a operaciones, preséntese, decole...
bueno, ahora ponga proa a Aeroparque'. No supimos la identidad ni la cantidad"
de los prisioneros, relató.
No obstante aclaró que por órdenes verbales tomó
conocimiento de que las personas que transportaban eran detenidos uruguayos.
En su informe a la Presidencia, entregado el lunes 8
junto con otros dos del Ejército y de la Armada, la Fuerza Aérea señaló que el
argumento por el cual el SID solicitó la realización de los dos vuelos "fue el
de preservar la vida de las personas detenidas en la República Argentina,
trasladándolas a nuestro país, ya que de la información existente surgía la
posibilidad inminente de muerte de las mismas en aquel lugar" (Búsqueda N°
1.317).
Según Bonelli, "los (dos) vuelos fueron hechos de la
misma manera, con el mismo espíritu y con la misma intención de saber que había
uruguayos que había que traerlos porque allá estaban pasando mal".
De hecho, "cuatro meses después se les dijo lo mismo,
volaron de la misma manera y todos estábamos convencidos de que salvamos la vida
de las personas que trajimos. En el primer vuelo y en el segundo también",
destacó.
Los prisioneros que viajaron en el hasta ahora conocido
como "primer vuelo" habían sido capturados en Buenos Aires durante los días
previos, en procedimientos conjuntos desarrollados por militares argentinos y
uruguayos. Luego de permanecer recluidos en el centro clandestino de detención
de la capital argentina conocido como "Automotoras Orletti", los prisioneros
fueron trasladados vía aérea hacia Uruguay, amordazados y con sus ojos vendados.
En los meses siguientes permanecieron detenidos en la
sede del SID. Si bien los militares uruguayos se habían comprometido con sus
pares argentinos a ejecutar a los detenidos, los mandos en Uruguay desestimaron
esa posibilidad. Se iniciaron entonces negociaciones entre los militares y los
detenidos, que derivaron en un falso operativo de detención de presuntos
invasores del territorio nacional, divulgado en medios de prensa. Los capturados
fueron "juzgados" por la Justicia Militar, a la cual declararon en línea con el
pacto que habían asumido. De esa forma, salvaron sus vidas y recibieron penas
más blandas que las que se les podría haber aplicado. En tanto, las Fuerzas
Armadas mantenían oculta, al menos formalmente, la existencia de ese vuelo
clandestino de un país a otro, porque su divulgación podía afectar al gobierno
militar en el ámbito internacional (Búsqueda N° 1.050).
Las detenciones en Argentina se produjeron en el marco
de la cooperación entre las dictaduras de Argentina (1976-1983) y de Uruguay
(1973-1985) en la lucha contra grupos opositores insurgentes. El PVP funcionaba
en aquel entonces como un grupo subversivo que llevó a cabo secuestros
extorsivos por sumas millonarias en dólares en Argentina y en Uruguay, para lo
cual disponía de una organización armada.
El domingo 21, el diario "El Observador" destacó en su
portada el siguiente título: "Hubo un tercer vuelo de la muerte con seis
uruguayos". A partir de ese titular, Bonelli decidió reabrir la investigación en
su fuerza. Sobre este punto en particular, el jefe de la Fuerza Aérea informó a
Búsqueda que, a diferencia de la indagatoria anterior para la cual se basó en
consultas con militares, en este caso desarrollará un relevamiento a partir de
una vasta base documental con registros de vuelos en aquellos años.
En tanto, las excavaciones en una chacra en las afueras
de Pando en busca de los restos óseos de los desaparecidos Ubagesner Chávez y
José Arpino - ambos muertos durante sesiones de tortura en instalaciones de la
Fuerza Aérea- se frenaron ayer martes 23 como consecuencia de las fuertes
lluvias que se abatieron sobre el sur de Uruguay.
Lo mismo sucedió en el campo de maniobras del Ejército
en Toledo, próximo al Batallón de Infantería N° 14, donde tampoco han surgido
resultados hasta el momento (ver recuadro).
Durante una reunión que mantuvieron el jueves 18 en el
Comando de la Fuerza Aérea, los comandantes Bonelli, Ángel Bertolotti (Ejército)
y Tabaré Daners (Armada) manifestaron su inquietud por el tema, entre otros
asuntos de índole presupuesta! que fueron objeto de análisis.
El jueves 11, en una entrevista publicada por Búsqueda,
Bonelli había afirmado que durante las luchas de los años '60 y '70, él no
participó "en la primera línea" ni fue "de aquellos que formaron los grupos de
investigación y que hicieron los operativos". Manifestó además su aspiración de
que la actual sea la "última" etapa para "dar vuelta esta página de la historia"
(Búsqueda N° 1.317).
Informantes de Bertolotti insisten con sepultura de García de Gelman
Los informantes que indicaron al
comandante en jefe del Ejército, teniente general Ángel Bertolotti, la
presunta ubicación de la sepultura de María Claudia García de Gelman,
visitaron el área de excavaciones el domingo 21 y repitieron que allí se
encuentran sus restos óseos, dijeron a Búsqueda fuentes oficiales. |
Tomado de BUSQUEDA, 24/08/2005.
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