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Internacionalismo y luchas de
liberación
Ben Barka y la
Tricontinental
Escribe: Rene Gallissot
En el momento en que se
produjo su secuestro en París, el 29 de octubre de 1965, Mehdi Ben Barka
preparaba la Conferencia Tricontinental que se celebraría en La Habana en enero
de 1966. En ocasión del 40° aniversario de su asesinato, es preciso recordar
esta dimensión menos conocida del dirigente socialista marroquí, que lo revela
como impulsor de los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo.
El año 1956 fue
vertiginoso: conmociones en el bloque comunista, expedición franco-británica a
Suez. El 26 de julio, en Egipto, el presidente Gamal Abdel Nasser nacionalizó el
canal de Suez. Se esperaba el desmoronamiento de Egipto; pero en cambio se
produjo un avance de las luchas por la independencia. La conferencia de Bandung
(abril de 1955) (1) había anunciado el auge de los movimientos de emancipación
nacional de Asia y África, antes de que la llama se propagara por América
Latina, se extendiera luego a las colonias portuguesas de África y finalmente a
Sudáfrica.
¿Quién recuerda hoy el 14
de julio de 1958, cuando en Bagdad se proclamó la República; secular y sin velos
religiosos; que renovaba la declaración de 1789, agrupaba a las minorías,
prometía el pluralismo y la libertad de expresión? No por eso terminaba la
guerra francesa en Argelia, pero la resistencia argelina luchó hasta el final.
Para África, el centro de gravedad se situaba en Congo, que salía de la
dominación de Bélgica. La Tricontinental existió primero en los hechos.
Con el fin de lograr la
convergencia de los movimientos de liberación del Tercer Mundo, Mehdi Ben Barka
(2), en el momento de su asesinato en octubre de 1965, preparaba la Conferencia
Tricontinental que tendría lugar en La Habana del 3 al 13 de enero de 1966. La
Organización de Solidaridad de los Pueblos de África y Asia (OSPAAAL) había
celebrado su primera conferencia en Accra, Ghana, en 1957. Alrededor de 500
delegados provenientes de 35 países representaban a los movimientos de
liberación y a los partidos más que a los Estados; una suerte de movimiento
internacional. Ismael Touré, hermano del presidente de Guinea (Conakry) Sékou
Touré, presidía el consejo que administraba los fondos solidarios, asistido por
tres vicepresidentes, entre ellos Mehdi Ben Barka.
La cuestión planteada en las reuniones de la OSPAAAL era si el movimiento afroasiático debía extenderse a Cuba, el Caribe y América del Sur. En marzo de 1961, en El Cairo, la nueva comisión, denominada Comisión sobre el
Neocolonialismo,
presidida por Mehdi Ben Barka, volvió a plantear esta cuestión.
La institucionalización
de los regímenes surgidos-.de las luchas de independencia planteaba además
nuevos problemas y llevaba a establecer una diferencia entre lo que dependía de
una estrategia de los poderes estatales y lo que dependía de una organización
internacional de movimientos de liberación. En 1961, frente a los gobiernos
"moderados", el Grupo de Casablanca reunió a los llamados Estados progresistas:
Egipto, Ghana (que promovía la unidad africana bajo el impulso de Kwame Nkrumah),
Guinea y Malí, Libia (como lugar de encuentro o refugio) y Marruecos en
beneficio del gobierno de izquierda de Abda-llah Ibrahim, que acababa sin
embargo de ser destituido.
Acabar con el
subdesarrollo
Este grupo se disolvió al
fundarse en 1963 la Organización para la Unidad Africana (OUA) que firmó, en el
Congreso de Addis Abeba, una Carta que concebía la unión de los Estados. Su
misión imperativa era preservar "la integridad territorial": un Estado, un
pueblo, un territorio. Hablar en nombre del Estado era hablar en nombre del
pueblo y apropiárselo. El populismo de Estado era pues el fundamento ideológico
de la organización. La acción de la OSPAAAL apuntaba, en cambio, a brindar a las
independencias un proyecto nacional de desarrollo y romper el encierro
nacionalista por medio de la solidaridad.
Debido a que pesaban
sobre él dos condenas a muerte en Marruecos, Ben Barka se había exiliado en El
Cairo y Ginebra. Durante unos seis meses que pasó en Argel en 1964, se dedicó a
brindar una perspectiva internacionalista al conjunto de las luchas de
liberación nacional. Su inspiración no sólo se hizo eco de los estallidos de
furia de Franz Fanón (3); provenía de más lejos, del Discurso sobre el
colonialismo de Aimé Césaire, de la obra de Albert Memmi Retrato del colonizado
(1957). También se alimentó de los intercambios con el pensamiento contestatario
de la potencia imperial británica en África (Jome Kenyatta, Kwame Nkrumah,
Julius Nyerere).
La capital argelina se
había convertido en el refugio intelectual del cuestiona-miento revolucionario
internacional. Allí se encontraban los dirigentes de los movimientos de
liberación y sobre todo, después de los disturbios en Angola (1960),
Guinea-Bissau (1962) y Mozambique (1963), los exiliados de las colonias
portuguesas. Mestizos y minoritarios, los intelectuales caboverdianos,
especialmente Amilcar Cabral (4), se hacían eco de las corrientes liberadoras
provenientes del continente americano. Una de las figuras más influyentes del
movimiento negro en Estados Unidos, Malcom X, se encontraba en Argelia en 1964;
Ernesto Che Guevara, antes de tomar contacto con los guerrilleros de Congo,
también pasó por allí en la primavera de 1965. Acabar con el subdesarrollo no
era sólo un proyecto nacional, sino una acción concertada contra la dependencia
del sistema capitalista, cuyos polos dominantes eran diversos y estaban ligados
a la hegemonía económica y política de Estados Unidos. "África es la América
Latina de Europa", repetía Ben Barka. Trabajar en la unión del Magreb y África
adquiría una dimensión antiimperialista. Se salía del nacional-desarrollismo que
encerraría a la izquierda en el marco de los nuevos Estados y la pondría a su
servicio tanto por medio del nacionalismo como del elitismo tecnocrático. El
Movimiento Tricontinental no pertenecía a la esfera de influencia soviética, lo
que generaba fricciones con los partidos comunistas, así como tampoco respondía
al maoísmo. Mehdi Ben Barka pretendía desarrollar una dinámica autónoma; su
desafío era encontrar la cooperación y el punto de equilibrio entre China y la
URSS.
Revolución social y nacional
En Argelia, Mehdi Ben Barka decidió lanzar la
publicación de un órgano de información, agitación y reflexión de la Comisión
Anticolonialista de la OSPAAAL, bajo el título La Revue africaine. La visión se
extendía a la Revolución Cubana y a América del Sur. En Cuba, se entusiasmó con
el éxito de la campaña de alfabetización, que soñaba aplicar en Marruecos. Se
dedicó a crear un Centro de estudios y documentación sobre los movimientos de
liberación nacional y, apostando al potencial revolucionario de la juventud del
Tercer Mundo, esbozó el proyecto de una Universidad Tricontinental.
Paralelamente, en Argel,
Henri Curiel activaba su red Solidaridad. En esa época tenía dos preocupaciones:
ayudar a los desertores estadounidenses que se negaban a ir a Vietnam y abrir
centros de formación para militantes del African National Congress (ANC),
prohibido desde 1960, que luchaban contra el régimen del apartheid en Sudáfrica.
Curiel firmó así tal vez su sentencia de muerte: sería asesinado en 1978 (5).
Desde Cuba, tras el
fracaso de la expedición a Bahía de los Cochinos, decidida por el presidente
John F. Kennedy para derrocarlo, Fidel Castro desafío a Estados Unidos y
declaró, en un discurso en La Habana, el 16-4-61: "Las ideas socialistas son las
ideas revolucionarias de esta época histórica". Washington decretó entonces el
bloqueo a Cuba, que aún no ha sido levantado. La Habana se acercó entonces a
Moscú y la crisis de 1962, producto de la instalación de misiles soviéticos en
la isla, condujo a ambos bloques al borde de un enfrentamiento militar. En
febrero de 1962 se excluyó a Cuba de la Organización de Estados Americanos
(OEA). Fidel Castro respondió instando "a los pueblos a ponerse en movimiento".
Este era el objetivo de la Tricontinental. El 3-10-65,
en una conferencia de prensa preparatoria para el Congreso de La Habana, Mehdi
Ben Barka declaró que "las dos corrientes de la revolución mundial estarán allí
representadas: la corriente surgida con la Revolución de Octubre y la de la
Revolución Nacional Liberadora".
Es en este impulso
revolucionario de la Tricontinental donde se encuentra la causa profunda del
secuestro y asesinato de Ben Barka. En la ejecución del crimen, la participación
marroquí desde la cumbre del Estado fue desde luego crucial. En Marruecos, el 22
y 23 de marzo de 1965, los estudiantes protestaron contra los cupos escolares en
las calles y a poco se sumaron sus padres. En Casablanca, el general Ouf-kir,
ministro del Interior, reprimió una manifestación masiva. Se decretó el estado
de sitio. El rey Hassan II dio a entender entonces a Mehdi Ben Barka que era
posible una apertura hacia un gobierno de unión nacional. Ben Barka dio su
respuesta política en la presentación que redactó para su informe al II Congreso
de la Unión Nacional de Fuerzas Populares de 1962, que llevaría como título
Option révolutionnaire au Mame (6), donde figuraban las condiciones de una
transición democrática que no se cumplieron. En junio, la falsa ventana se
cerró. Las relaciones entre el Palacio, los servicios especiales y la diplomacia
de Estados Unidos se tornaron más estrechas.
Una lucha de clases mundial
Ben Barka se dedicó
esencialmente a preparar la Conferencia Tricontinental. El IV Congreso de la
OSPAAAL, reunido en Accra (Ghana) del 6 al 19 de mayo de 1965, decidió finalmente
integrar a América Latina y considerar la Conferencia fundacional en La Habana
en enero de 1966. Mehdi Ben Barka presidió el Comité Preparatorio. En julio
confirmó la participación de los soviéticos y los chinos. Definió los objetivos:
ayuda a los movimientos de liberación nacional -especialmente el movimiento
palestino-; intensificación de las luchas, incluso armadas, en los tres
continentes; apoyo a Cuba; eliminación de las bases militares extranjeras;
oposición a las armas nucleares, al apartheid y a la segregación racial. La
finalidad era la "liberación total". A fines de septiembre, Mehdi Ben Barka se
dirigió a La Habana para poner a punto la apertura de la conferencia, que
tendría lugar el 3 de enero de 1966.
Eliminar a Ben Barka se
había convertido en un imperativo mayor de la represión internacional contra las
insurrecciones del Tercer Mundo. El 19 de junio de 1965, en Argel, el golpe de
Estado del coronel Houari Boumediene privó a Ben Barka y al proyecto de la
Tricontinental del apoyo del destituido Ben Bella. El 30 de septiembre el
presidente Sukarno había perdido, de hecho, su poder en Indonesia, que era una
de las primeras bases del movimiento.
Para comprender la
finalidad del crimen, basta observar la serie de asesinatos políticos y golpes
de Estado que, en esa misma época, apuntaban a restablecer el orden
reaccionario. Sólo en ese año 1965: el Primer Ministro de Irán, Ali Mansour, fue
asesinado el 21 de enero; Malcom X, el 21 de febrero; uno de los jefes de la
oposición portuguesa, Manuel Delgado, el 24 de abril; el viceministro de Defensa
de Guatemala, Ernesto Molina, el 21 de mayo, etc. Ernesto Che Guevara sería
asesinado en 1967, Martin Luther King en abril de 1968; Amilcar Cabral en enero
de 1973...
En esa época, entre el fin de la guerra de Argelia
(1962) y el de la guerra de Vietnam (1975), se libró una suerte de "lucha de
clases mundial", mediante el recurso a la fuerza armada y los comandos
clandestinos, la
imposición de dictadores o de guerras de intervención. La búsqueda de una
verdadera emancipación impulsaba entonces el avance de los movimientos de
liberación, cuyo potencial progresista intentaba captar el movimiento
tricontinental. Es esta perspectiva de liberación mundial la que se quiso
eliminar asesinando a Ben Barka.
NOTAS
1 Jean Lacouture, "Bandung o la era de
la descolonización", Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, abril de 2005.
2 Mehdi Ben Barka (1920-1965) fue uno de los dirigentes
del movimiento anticolonial que impulsó la independencia de Marruecos en 1956.
Fundó, en 1959, la Unión Nacional de Fuerzas Populares. Acusado de complot,
debió exiliarse. En 1964 las autoridades marroquíes lo condenaron a muerte en
rebeldía. Secuestrado en París el 29-10-65, su cuerpo nunca fue hallado. El
"caso Ben Barka" provocó una grave crisis en las relaciones franco-marroquíes.
Aún no se conoce toda la verdad. Véanse: Abdellatif Jebro, Mehdi Ben Barka.
éditions Al Maghribia, Casablanca, Vol. 1986-1995; Zakya Daoud y Maáti Monjib,
Ben Barka, éditions Michalon. París, 1996; Rene Gallissot y Jacques Kergoat (din),
Mehdi Ben Barka. De l'indépendance marocaine a la Tricontinentale, Colloque
international. París, 1995. Karthala-lnstitut Maghreb-Europe, París, y Eddif,
Casablanca, 1997.
3 Franz Fanón (1925-1961). Psiquiatra, escritor y
militante martiniqués, autor, entre otras obras, de Piel negra, máscaras
blancas, Buenos Aires, Schapire editor, 1974, y Los condenados de la tierra,
México, Fondo de Cultura Económica, 1963.
4 Fundador del Partido Africano para la Independencia
de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) y uno de los principales teóricos de la
liberación en África, será asesinado en 1973.
5 Gilíes Perrault "Henri Curiel, citoyen du tiers-monde",
te Monde díplomatíque, París, abril de 1998. Didar Fawzy, "Ben Barka, Curiel, la
Tricontinentale et Solidante", Colloque Ben Barka, op. dt. . Mehdi Ben Barka,
Option révolutionnaire au Maroc, Col. "Cahiers libres', Maspero, París, 1966.
Reproducido en Mehdi Ben Barka, Ecrits politiques. 1957- 196S, Syllepse, París,
1999.
Tomado de LE MONDE DIPLOMATIQUE, Setiembre/2005
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