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Se reactivó la causa judicial
en Argentina
Beatriz Castellonese y Elena Laguna narraron cómo
Gavazzo y Cordero las trasladaron ilegalmente a Montevideo
Por Roger Rodríguez
Testimoniaron en la causa del Primer Cuerpo de Ejército que sigue
el juez federal Daniel Rafecas. De sus casas en Buenos Aires los militares
argentinos y uruguayos robaron una importante cifra en dólares. Las trajeron a
Montevideo en vuelo de línea. Las liberaron el mismo día en que volaba a
Montevideo el segundo vuelo de Orletti.
BEATRIZ INÉS Castellonese y
María Elena Laguna, esposas de dos de las eventuales víctimas del segundo vuelo
de Orletti en octubre de 1976, declararon ayer en Buenos Aires ante el juez
federal Rafecas que instruye esa causa de violaciones a los derechos humanos
durante las dictaduras en el cono sur.
Castellonese era esposa de Alberto Cecilio Mechoso y
Laguna la compañera de Adalberto Waldemar Soba Fernández. Sus maridos,
militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) fueron secuestrados el
26 de setiembre de 1976 y se encuentran desaparecidos.
Soba fue capturado esa mañana en Buenos Aires cuando
fue a trabajar y, "a las 14.00 horas, su domicilio de la calle Emilio Castro
749, en el que se encontraban Elena y sus hijos Sandro (7), Leonardo (4) y Tania
(2) fue copado por una decena de militares vestidos de particular.
"Ahí está tu esposo", le dijeron y tiraron al suelo los
despojos de Adalberto, torturado y semidesnudo, quien apenas estaba cubierto por
una frazada. Les robaron una caja con dinero y toda la familia fue trasladada al
centro de torturas Automotores Orletti.
Ese día Mechoso había salido de su casa de Villa Lugano
para reunirse con Soba. A las 15.00 horas, Beatriz sintió que derribaban la
puerta de su domicilio e ingresaba un grupo de personas que se identificaron
como militares argentinos y uruguayos. Algunos con picos y palas.
Destrozaron todo, mientras Beatriz protegía a sus hijos
Beatriz (8) y Alberto José (7). Encontraron debajo de una escalera una
importante suma de dinero.
La mujer y sus hijos fueron trasladados a una casa en
la que vivían otros uruguayos secuestrados en julio de ese año.
En Orletti, Elena Laguna pudo identificar a Anatole y
Victoria Julien Grisonas, hijos de sus compatriotas Roger y Victoria,
secuestrados días antes. Anatole le dijo que "hombres malos habían ido a su
casa, agarraron a mamá de los pelos, oí un balazo y no oí más a papá".
Beatriz Castellonese pudo volver a ver a su esposo
Mechoso, quien visiblemente torturado fue trasladado hasta aquella casa de la
calle Juana de Azurduy, que reconoció como el lugar en el que vivía Sara Méndez
antes de ser secuestrada en julio del mismo 1976.
También a Elena le dieron esa última oportunidad. "Casi
no lo reconocíamos.
Estaba sin vendas, los ojos no los podía abrir, estaban
blancos, como cubiertos de pus o quemados con ácido". No hablaba, sólo pedía de
beber. Los dejaron un rato y se lo llevaron.
Beatriz y Elena, junto a sus hijos, fueron trasladadas
en forma paralela a Aeroparque. Allí estaba el coronel José Niño Gavazzo y el
mayor Ricardo Arab, quienes con documentos falsos se hicieron pasar por sus
esposos para trasladarlas a Montevideo.
Laguna recuerda que Gavazzo llevaba una valija de la
que se escapaban los billetes de dólar. Colocó algunos fajos en los bolsillos
interiores y exteriores de su saco de civil para poder cerrar la maleta. En
Montevideo les esperaban para trasladarlas a una casona de Punta Gorda.
Unos días después, el 5 de octubre de 1976, liberaron a
las dos mujeres y los siete niños. Laguna recuerda que Gavazzo le dijo que "en
su estado de nervios, usted nunca me va a poder reconocer, pero tendré que
cuidarme de sus hijos cuando crezcan".
Aquel 5 de octubre en la madrugada, fue que se concretó
el segundo traslado masivo de uruguayos secuestrados en Orletti, a través del
vuelo 511 del Transporte Militar Aéreo Uruguayo (TAMU), cuyo copiloto era el ex
comandante de la Fuerza Aérea (FAU), José Pedro Malaquín.
Dieciséis uruguayos y cinco argentinos habrían sido
trasladados en aquel vuelo denunciado por LA REPÚBLICA en setiembre de 2002 y
confirmado en el informe sobre los desaparecidos que tres años después la FAU
entregó al presidente Tabaré Vázquez.
Los pasajeros del segundo vuelo de Orletti fueron
ejecutados masivamente y enterrados en una fosa común cuya ubicación aún no ha
confesado el Ejército.
Se desconoce si
Mechoso y Soba integraban aquel grupo. Castellonese y Laguna pudieron
sobrevivirlo.
Tomado de La República, 20/09/2005