Que todas las vidas sean dignas de ser vividas
Publicado el 15/04/24 a las 6:43 am
Por Gabriela Iribarren
El país está en una situación donde se profundizan las desigualdades. Este gobierno y sus políticas neoliberales han logrado crecimiento económico, sin embargo, la concentración de la riqueza por parte del poder económico –que representa el 1 % de la población– va en aumento, junto con una redistribución regresiva que se expresa en la rebaja de salarios, precarización del trabajo, reestructura de la Seguridad Social contra las grandes mayorías, y el recorte de derechos del 99% del pueblo uruguayo.
Se achicaron las políticas en salud, vivienda, educación, cultura, provocando una pauperización de la vida, aumentando la pobreza, y sobre todo la pobreza infantil. El retiro del Estado de los territorios, y el nefasto rumbo de las políticas de seguridad no han permitido hacer frente a la escalada del narcotráfico, a las condiciones de las personas privadas de libertad, con un sistema carcelario cada vez más deficiente e inhumano, que genera violencia en toda la sociedad.
La resultante de las acciones de este gobierno, es un aumento sustancial de la brecha de la desigualdad, que tiene su peor rostro en infancias y adolescencias, mujeres, migrantes y comunidades de diferentes etnias y razas. En este Uruguay lo que está en juego es la vida digna de las personas, de los y las trabajadoras, aumentando la precarización y una mayor explotación.
Nos proponemos transformar el país con un nuevo gobierno del Frente Amplio. Este tendrá que ser contundente y priorizar:
1) Terminar con el hambre y asegurar el derecho a la alimentación.
2) Reducir drásticamente la pobreza y las desigualdades a través de nuevas e integrales políticas sociales. Recuperar el papel del Estado como garante de la calidad de vida de la gente, afirmando el acceso a los derechos al trabajo, salud, educación, vivienda, cuidados y cultura. Definiendo prioridades en primera infancia, infancia y adolescencias.
3) Priorizar la vivienda duplicando el presupuesto para el Fondo Nacional de Vivienda y Urbanismo, que aborde de inmediato la urgencia habitacional, apoye al cooperativismo, defina un plan de vivienda e implemente políticas de arrendamientos con fuerte participación del Estado.
4) Enfrentar la problemática de la violencia que atraviesa la sociedad y sus causas estructurales, poniendo énfasis en la emergencia de la violencia basada en género, y en las y los jóvenes.
Reconstruyendo los instrumentos de participación popular en la toma de decisiones, y generando un cambio cultural, que promueva la solidaridad, formas cooperativas y asociativas de producción, el fortalecimiento de los bienes y la inversión pública, contrariamente a la vocación privatizadora de las derechas, que necesitan del individualismo y la alienación, como terreno fértil para obtener lucro y provecho.
El respeto de los derechos humanos en todas sus dimensiones, restablecer el derecho del pueblo a ser educado, creativo y crítico, y asegurar las condiciones materiales para una vida digna.