Plebiscito en defensa de la Seguridad Social
Publicado el 20/11/23 a las 6:01 am
Por Gabriel Portillo y Cecilia Vercellino
El proceso del Pit-Cnt que generó la decisión de ir a un plebiscito estuvo asociado desde el inicio a la lucha contra el proyecto de ley sobre jubilaciones y pensiones que propuso el gobierno, donde se realizaron movilizaciones, paros, asambleas informativas y de consulta. Toda una serie de acciones involucrando a la mayor parte de los trabajadores y trabajadoras e incorporando a la Intersocial en estas tareas, para poder detener el proyecto.
Tenemos que decir que perdimos, el proyecto se aprobó y se transformó en mayo de este año en la ley Nº 20130. A partir de allí se abre otra discusión sobre cómo continuamos la lucha, ya que la gravedad del contenido de la ley implica importantes retrocesos para el conjunto de las y los trabajadores, donde no hay dos opiniones al respecto.
La determinación política del movimiento social y sindical fue la de transitar por la vía de la democracia directa, y a través de un plebiscito garantizar el derecho constitucional a la seguridad social, en tres aspectos que luego detallaremos, fue el camino resuelto a principios de setiembre. El plebiscito es la única posibilidad jurídica para esto: es una reforma constitucional de algo que es privativo del Poder Ejecutivo, no se puede encarar vía referéndum porque refiere a tributos.
La construcción de la consulta popular
Uno de los aspectos decisivos fue la extensión de 5 años explotación de las y los trabajadores, por lo que la reforma impuesta por el gobierno es una expropiación no solo económica, sino de nuestro tiempo. Además, casi 6 de cada 7 trabajadores van a cobrar menos jubilación al momento de retirarse. Es indiscutible que se empeoran las condiciones de acceso y cobro de las pensiones (y esto entra en efecto de manera inmediata). Extender 5 años más la jubilación además de injusto, va a traer muchos problemas, entre ellos el impacto en el empleo juvenil, que tiene un índice de desempleo que para algunas franjas etarias triplica el porcentaje general; además de complicar en caso de desempleo de personas adultas, para lograr los años necesarios para jubilarse. Se termina cerrando un círculo donde los únicos perjudicados con la ley aprobada de reforma de las jubilaciones y pensiones son los trabajadores con menores ingresos. Además, la seguridad social solo se financia con los aportes de trabajadores y empresarios, donde las patronales tienen el menor aporte, algo que ya estaba planteado.
Esta reforma jubilatoria votada por el gobierno no es un componente más de la política de ajuste, no es una reforma más, es estructurante y estructural de las políticas de distribución regresiva y de ajuste del capital en materia de expropiación de derechos. En el marco de una política económica que pretende consolidar un modelo de desigualdad social en nuestro país.
Sobre el contenido y la pertinencia del plebiscito
Los tres puntos que se proponen incorporar son claves y centrales de la Seguridad Social como un derecho, además le dan un marco a la futura reforma. Por ende, es razonable incluirlos en la Constitución: 1) jubilarse a una edad para poder seguir disfrutando de la vida, la edad jubilatoria mínima optativa (60 años), y recuperar los 5 años que nos robaron. 2) Asimilación de la jubilación mínima al salario mínimo. Hoy persisten 200 mil jubilaciones que no superan los 15 mil pesos. Para superar esto se propone equiparar las jubilaciones mínimas con el salario mínimo nacional. Es difícil de aceptar que legisladores y empresarios que “necesitan” 300 mil pesos para vivir, digan que se desfinancia el sistema si pasamos a pagar 20 mil pesos de
jubilaciones en lugar de 14. Se han fundido bancos y empresas, y en todas las situaciones pagó “Juan Pueblo” las deudas porque el Estado salió a salvarlas, y los trabajadores sus consecuencias. 3) El tercer punto clave es la eliminación del lucro en la seguridad social a través de eliminación de las AFAP, y volver así a los principios de solidaridad y universalidad de la Seguridad Social.
Se plantea modificar la Constitución vía iniciativa popular, haciendo inviables aspectos de la ley actual votada, pero yendo aún más allá, lo cual implica un diálogo social. El plebiscito está previsto para atender las necesidades del pueblo, para hacer llegar sus deseos e intereses de manera directa, cuando no se sienten satisfechos o representados por las iniciativas políticas.
Esta lucha permite desarrollar el debate y la movilización del campo popular en su conjunto con un objetivo específico, y su logro implica una acumulación de fuerzas para seguir la disputa estratégica sobre la Seguridad Social que queremos para nuestro país. La gente puede hacer llegar sus planteos de esta manera.
En el marco del debate, nos preguntamos ¿Pueden estar en la Constitución las exoneraciones a toda la enseñanza privada, a las mutualistas, pero no las condiciones de Derechos Humanos que hacen a la Seguridad Social? Se habla de déficit del BPS, ¿no será necesario para garantizar la cobertura en Seguridad Social como derecho humano, revisar todos estos aspectos de financiamiento, y avanzar en una segunda reforma tributaria que modifique algunas situaciones para sostener una Seguridad Social imprescindible para el conjunto del pueblo?
El camino que tomamos implica el fortalecimiento de la captación en manos del Estado de los recursos de las y los trabajadores para su jubilación, el fortalecimiento del capital del Estado para tener condiciones políticas que permitan tomar decisiones que favorezcan a las grandes mayorías, no a unos pocos. Recuperar los más de 1000 millones de dólares que anualmente van para las AFAP.
La OIT analiza en un documento cómo les fue a los países que, como el nuestro, instalaron el ahorro privado como respuesta mágica al problema de sustentabilidad de la Seguridad Social a través del fondo de ahorro de las/os trabajadores. El informe es contundente, a todos les fue mal, y de 30 países, 18 ya revirtieron dicha iniciativa volviendo a sistemas únicamente públicos. Claro que el fracaso fue para la gente y para el Estado, pues para el capital financiero fue un negocio redondo en todo sentido. En su momento se prometió de todo, hasta ir a la luna con los ahorros generados, por el contrario, ninguna de las promesas se cumplió.
¿Cómo salir de la defensiva frente a la ofensiva de este gobierno?
El escenario sigue siendo de defensiva. Reaccionamos a partir de un ataque que va no solo a las conquistas obtenidas, sino que es una ofensiva que va más a fondo.
El plebiscito es una decisión colocada desde lo social y es hoy una realidad. Nosotros tenemos claro de qué lado hay que estar y esperamos se sumen cada vez más voluntades políticas en esta causa.
Somos conscientes de las dificultades y de la magnitud de la pelea, tomando además en cuenta el estado ideológico de las masas, el cual implica una barrera sin duda, pero no como razón para el minimalismo sino como punto de partida o estado de situación a transformar trabajando sobre las condiciones para ello.
