lunes 2 de septiembre, 2024

Enrique Dussel. Dossier

Publicado el 10/11/23 a las 6:23 am

Enrique Dussel y Marx en tiempos neoliberales

Por Néstor Kohan

Cuesta creerlo. Pero se nos fue el filósofo Enrique Dussel (Argentina, 1934 – México, 2023). Poquito después de Franz Hinkelammert. Ambos nos harán mucha falta.

La producción teórica de Dussel es prácticamente inabarcable. Muchos de sus volúmenes se pueden descargar gratis en el siguiente link: https://enriquedussel.com/

Su obra ha sido y es estudiada en todo el mundo y en diversas lenguas. Algunas de las principales personas especialistas en su pensamiento son Katya Colmenares (México); Ramón Grosfoguel (Puerto Rico y EEUU) y Antonino Infranca (Italia).

En nuestro caso, no fuimos “amigos” personales. Tampoco me consideré nunca su discípulo. Pero aprendimos mucho de sus libros e investigaciones. Desde hace décadas. Textos sumamente rigurosos y eruditos, uno más valioso que el otro.

Nuestro primer intercambio fue en cartas de papel impreso y sobres de correo postal (era pre-digital). Por esa vía Enrique me regaló varios de sus libros. Y también me envió una fotografía de su casa en la provincia de Mendoza, reventada el 2 de octubre de 1973 por una bomba colocada por uno de los brazos de la organización paramilitar AAA (Alianza Anticomunista Argentina). Atentado violento que dio origen a su largo exilio en México.

Comenzamos nuestro diálogo por un hecho fortuito. En la década de los años ’90 había visitado el Instituto de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) el pensador alemán Karl-Otto Apel (1922-2017). Uno de sus polemistas más célebres.

En aquella ocasión, al académico Apel lo fueron a escuchar los principales profesores y profesoras de la UBA. Pero para sorpresa de todo el público, Apel abrió su intervención diciendo: “Vengo a discutir con Enrique Dussel, quien me obligó a leer 200 [doscientos] libros de economía marxista”.

Probablemente el intelectual alemán haya exagerado. Quizás fueron 20 [veinte] los libros que Apel leyó sobre esta problemática. De todas formas, ante un público que desconocía olímpicamente no sólo la obra de Marx sino que muy posiblemente no había leído un solo texto de Dussel, Apel sorprendió a todo el mundo.

Inspirado en su discusión con Dussel, se puso a reflexionar si Argentina debía pagar o no su deuda externa (eterna y siempre renovada). El clan filosófico local, de lo más tradicional y conservador de la UBA, no entendía nada. Las miradas iban del asombro a la perplejidad. ¿Quién sería ese extraño personaje que “obligó” a Karl-Otto Apel a estudiar y discutir marxismo, marcándole la cancha y trazándole una agenda absolutamente inesperada para los años furiosos del supuesto “fin de la historia” y el neoliberalismo más salvaje?

Le conté a Enrique y le describí la escena por carta. Se divirtió mucho. Era una especie de “revancha” no buscada frente a quienes pretendieron ningunearlo y/o borrarlo burocráticamente del mapa, excluyéndolo de todos los planes de estudio y todas las materias.

Primero con una bomba, luego con el silencio cómplice. De esta manera se pretendió invisivilizar su filosofía y su ética de la liberación, sus posiciones políticas críticas del eurocentrismo, su cuestionamiento de la modernidad capitalista.

Aunque Enrique desarrolló una obra monumental, polifacética y enciclopédica, a mí me atrajo especialmente su relectura de Karl Marx. No a través de manuales sino a partir de su abordaje de los manuscritos originales (que se encuentran en el Instituto de Historia Social de Amsterdam) y su estudio pormenorizado y al detalle de las diversas redacciones de EL CAPITAL.

Nos referimos principalmente a las siguientes obras de Enrique Dussel:

  • Cuaderno tecnológico-histórico: (Extractos de la lectura B 56, Londres 1851). Puebla, Universidad Autónoma de Puebla, 1984.
  • La producción teórica de Marx. Un comentario a los «Grundrisse».
    México, Siglo XXI, 1985.
  • Hacia un Marx desconocido. Un comentario de los «Manuscritos del 61-63».
    México, Siglo XXI, 1988.
  • El último Marx (1863-1882) y la liberación latinoamericana.
    México, Siglo XXI, 1990.
  • Las metáforas teológicas de Marx.
    Navarra, Editorial Verbo Divino, 1993.

Aunque los cinco volúmenes (suman en total 1.700 páginas aproximadamente) son muy sugerentes, rigurosos y detallados, a nosotros nos impresionó fundamentalmente el último. Pues los otros temas y problemas de alguna manera ya los manejábamos, a partir de la lectura y del estudio de la propia obra de Karl Marx (todos los tomos de EL CAPITAL, incluyendo su capítulo sexto inédito) y de la tradición que intentó desarrollar sus hipótesis (Riazanov, Mehring, Lenin, Rosa Luxemburg, Lukács, Gramsci, Rubin, Rosdolsky, Mandel, Zeleny, Kosik, Luporini, Marini, Theotonio Dos Santos, Vania Bambirra, Sánchez Vázquez, Hinkelammert, Manuel Sacristán, etc.).

No obstante, el despliegue exhaustivo que Enrique Dussel hacía de sus conocimientos teológicos y de la presencia en lugares claves de EL CAPITAL de metáforas y expresiones extraídas del Antiguo y el Nuevo Testamento, nos permitió abordar el pensamiento de Marx con mucha más profundidad. Por ejemplo, en la problemática central que gira en torno a la crítica del fetichismo, núcleo de fuego de la teoría del valor y el trabajo abstracto.

A lo que habría que agregar las “afinidades electivas” y fusiones entre la filosofía de la praxis, la concepción materialista y multilineal de la historia y el cristianismo revolucionario (amalgama que de algún modo está presente tanto en la teología de la liberación como en la filosofía de la liberación).

Esos libros de Dussel fueron de los principales insumos (junto al resto de autoras y autores anteriormente mencionados) que estudiamos para dictar durante varios años nuestro Seminario de Lectura metodológica de EL CAPITAL en la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo (UPMPM).

Desobedeciendo el macartismo hegemónico en la cultura política oficial (incluyendo al periodismo “progre”, financiado ayer por la Ford, hoy por Soros) que por entonces [año 2000 y 2001] demonizaba a las Madres de Plaza de Mayo, Dussel vino a Buenos Aires y expuso en nuestro seminario. Ante la presencia de las Madres de Plaza de mayo, Enrique nos habló de “La ética en EL CAPITAL”; intervención que reproducimos en las primeras ediciones impresas de dicho seminario. Allí también participaron Michael Löwy, Fernando Martínez Heredia, León Rozitchner, John Holloway, Orlando Borrego, etc.).

Podrían quizás discutirse algunas hipótesis de trabajo de Enrique Dussel (como su crítica a Ruy Mauro Marini o su encuentro tardío con José “Pancho” Aricó) pero resulta sumamente difícil de soslayar el manejo meticuloso y riguroso de los textos originales de Marx que Enrique desplegó y socializó durante décadas. Y no para dialogar exclusivamente al interior de la familia marxista, sino polemizando al mismo tiempo con “las vacas sagradas” de la cultura filosófica de la Academia occidental (incluyendo las firmas más prestigiosas de Europa y EEUU).

Lector voraz y trabajador incansable, recuerdo una clase suya sobre una inmensa antología de Bolívar Echeverría (Crítica de la modernidad capitalista. [800 páginas]. La Paz, Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 2011). Enrique se había leído semejante volumen en viajes de avión, mientras asistía al fallecimiento de un familiar suyo. Y del avión se fue directo a dar clases, como si tuviera 18 años.

Formidable. Una voluntad, una capacidad de analizar y una perseverancia en el estudio completamente ajenos a esta época “líquida”, donde han pretendido reducir el pensamiento, el lenguaje, la comunicación y hasta la forma de razonar a un “me gusta/no me gusta” o a determinado número de caracteres, que no superan, como máximo, los tres o cuatro renglones.

Admirado y leído en todo el mundo, se destacan sus seguidores en México, Cuba, Venezuela y Bolivia. En su país natal, la mayor parte de la Academia filosófica convencional le da tristemente la espalda. Competencia, mezquindades, macartismo, celos, envidia y sobre todo… inocultable mediocridad.

Sin duda, junto a la política y la pedagogía, su gran pasión era LA TEORÍA (con mayúsculas). Me envió, hace muy poquito, gracias a nuestro común amigo Ramón Grosfoguel, un pequeño video de aliento y afecto por temas de salud. Pero en ese gesto de cariño, de “mimo” (como se dice coloquialmente en Argentina), Enrique no pudo evitar referirse a… Marx. ¡Tan presente lo tenía, incluso a la hora de hablar de nuestras enfermedades!

Te vamos a extrañar mucho.

¡Hasta siempre, querido Enrique!

Buenos Aires, 6 de noviembre de 2023.

Tomado de LA HAINE, 6/11/23

Enrique Dussel: ejemplo de humanidad

Por Marcos Roitman Rosenmann

Se ha ido un grande entre los grandes. Pensador comprometido, asumió responsabilidades. Se enfrentó al peronismo reinstalado bajo la batuta del hombre fuerte que manejaba los hilos del poder, el ministro de Bienestar Social, José López Rega. El 2 de octubre de 1973, la triple AAA hizo explosionar una bomba en su casa, llevándolo al exilio. Su destino fue México, donde realizó la mayor parte de su obra como profesor de ética y filosofía de la UNAM, y ya en el siglo XXI, asumiendo como rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Incansable batallador, el atentado que casi le cuesta la vida a él y su familia no fue suficiente para acallar su voz. Al contrario, le dio fuerza y reafirmó sus convicciones en la lucha por la emancipación política de los pueblos y así también del ser humano.

Su vida intelectual giró en torno a dos desafíos. La búsqueda de una ética para la liberación y una política emancipadora. Su visión de un mundo, dirá en Política de la liberación. Historia mundial y Crítica, se conecta y entronca con «el espacio político de los pobres, de las víctimas, las del sur del planeta, los oprimidos, los excluidos, los nuevos movimientos populares, los pueblos ancestrales colonizados por la modernidad, por el capitalismo que globaliza», subrayando que es el lugar desde el cual «tendremos que ir efectuando la crítica de todo el sistema de categorías de la filosofía política burguesa». Para ello dio vuelta a la historia. La puso patas arriba, repensó discursos y propuso una visión crítica y global de la cultura occidental, cuestionó que el origen de la democracia se encontrase en la cultura greco-romana y rompió con el helenocentrismo. Fue lejos y reivindicó su origen en las culturas semitas establecidas en Mesopotamia, Medio Oriente, milenios antes de Cristo. Estudió las culturas asiáticas, africanas y prestó atención a la historia de los pueblos originarios conquistados de Nuestra América.

Si queremos encontrar a Enrique Dussel, deberá ser entre estos parámetros. De ahí su propuesta de forjar un pensamiento capaz de romper la violencia del sistema mundo dando la voz a sus víctimas, silenciadas o invisibilizadas. Así se teje su propuesta del pensamiento poscolonial. Una alternativa capaz de explicar la paradoja de la exclusión de las grandes mayorías en la globalización, cuyos efectos son la destrucción ecológica afincada en el proceso de valorización de un capitalismo predador y su corolario: la extinción de la vida en el planeta con la muerte de la especie homo sapiens.

Profundizó en la obra de Fanon, dialogó con Pablo González Casanova, Darcy Ribeiro, Franz Hinkelammert, los teóricos de la dependencia, y cuestionó las visiones de una conquista y colonización bajo la idea de progreso. Reivindicó la historia de Nuestra América. Supo unir su saber a las luchas de los pueblos originarios y puso especial atención a la revolución cubana. Tuvo palabras para defender la revolución bolivariana. Fue un semita, de ahí su propuesta de una cultura fundada en la transmodernidad, en el reconocimiento de un saber anterior al pensamiento grecorromano como fuente de un poder ético y forjador de lo humano.

Fue un convencido de la necesidad de estudiar a fondo la modernidad capitalista y su racionalidad política. No se trataba de un saber erudito, de un conocimiento academicista. No pretendía ser considerado un especialista en Marx. Dussel buscó en Marx una respuesta a sus interrogantes. Para Dussel, Marx proporcionaba herramientas, argumentos y facilitaba la comprensión del capitalismo realmente existente. Sus reflexiones sobre Marx no tienen parangón en el ámbito de la epistemología.

Encuadrar el pensamiento de Enrique Dussel en una sola disciplina supondría cercenar su propuesta. Dussel no se puso límites a la hora de buscar respuestas a una pregunta que le acompañó durante toda su vida. Una y otra vez volvió sobre ella, la reformuló desde todos los ángulos posibles. Para darle mayor consistencia, se apoyó en la historia, en la economía, la sociología, la teología, la ciencia política, la antropología, las ciencias de la materia o la vida. Nada le fue ajeno. Manejaba con soltura el griego y el latín, alemán, inglés, hebreo o el francés, no menos que el castellano. Su rigor le obligaba a referenciar sus fuentes. Necesitaba de precisar los conceptos. Comprometido con su tiempo histórico, no le faltó tiempo para la militancia política, siempre acudió al llamado de las organizaciones populares. Cercano y afable, Dussel no puede ser encasillado en un partido. Su saber no pertenece a una organización. Entregó su vida a la lucha a una militancia más allá de unas siglas. Su compromiso estuvo al lado de las madres de la Plaza de Mayo, de los oprimidos y explotados, de los pueblos originarios, de los zapatistas, del pueblo cubano, chileno o boliviano. Su pregunta ¿Cómo construir una política emancipadora, anclada en una ética de la liberación?, sigue en pie. Su legado obliga a seguir perseverando. Las nuevas generaciones, aquellas a las cuales Dussel se acercó como maestro y compañero de viaje, encontrarán en sus escritos argumentos suficientes para no desfallecer en tiempos de traición y desafección ética.

Tomado de LA JORNADA, 6/11/23.

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