viernes 1 de noviembre, 2024

Daniel Gerhard: «Todo lo que se cede a los tiranos se le descuenta a la democracia, incluso muchas décadas después»

Publicado el 27/06/23 a las 11:38 pm

Transcribimos las palabras de Daniel Gerhard con motivo de la conmemoración del golpe de estado del 27 de junio de 1973.

En esta breve intervención quiero aportar una reflexión sobre cómo el pasado y el presente no son una línea de secuencias. Los años son una línea cronológica pero la historia no funciona así. No tiene ese carácter.

Yo no tengo anécdotas del 73 ni del 83. Quiero contar igual una. En el 2007 ingreso al PVP y ahí descubro que hay dos grandes consignas que están en todos los materiales. Una es “Arriba los que luchan” y la otra es “Un partido con memoria”. Con dieciocho años yo entendía que un partido con memoria nos exigía a los militantes saber mucho de la historia, de la fechas, los nombres de los compañeros de las compañeras, tener toda esa información.

Con los años los compañeros y las compañeras me enseñan que un partido con memoria es hacer síntesis entre toda esa historia, toda esa información, todo ese recorrido, con las luchas del presente. Si no, no es un partido con memoria. Es un partido con nostalgia o un partido museo.

Algunos han dicho, y muchos más piensan, que algunos temas se terminan (y de alguna manera resuelven) cuando se mueran los que protagonizaron los hechos, y sus contemporáneos. Pero estoy convencido que no es así. Hegemonizar la idea de lo que sucedió es uno de los medios para hegemonizar una mirada del presente, y de lo que es posible y no lo será para el futuro. Por lo tanto, siempre la historia será parte de la lucha política del presente. Y acontecimientos tan fuertes como los de los vividos entre el ´68 y el ´85 no pueden correr otra suerte.

Para perpetuarse la Impunidad, son necesarios bajos niveles de memoria y de verdad. Para perpetuarse la Impunidad son necesarios altos niveles de complicidad y mentiras. Pero estas no son parte del pasado, estas necesitan un compromiso día a día, que se renueva hoy y lo hará mañana. Es siniestro, pero hay que asumirlo y decirlo. Y por eso perjudica la vida democrática de todo el país, la justicia de todo el país, aunque sin duda son los familiares los que más sufren la pérdida, y la falta de verdad y de justicia.

El hallazgo de un nuevo resto de un compañero y compañera, es siempre, un elemento removedor por diferentes razones, y por diferentes sentimientos. Y al ser una página más que se escribe, es un paso hacia la verdad, es un capítulo en la historia que queda escrita. No se despoja de una interpretación y de un relato, pero le saca la silla a las mentiras más cínicas que se han dicho, como “Acá no hubo desaparecidos” o “Fueron 5 o 6” como también se ha escuchado.

Un Golpe de Estado es un hecho político que siempre implica una ruptura de la legalidad, obviamente, pero también en los acuerdos sociales, en las reglas de juego que se da un sistema para dirimir sus diferencias. Pero no siempre un Golpe de Estado deriva en lo que sucedió en nuestro país, ni tampoco es precedido por lo que sucedía en el país, desde 1968 por lo menos. Una brutal represión que desembocó en un brutal Terrorismo de Estado. Cuando el Estado encarcela, viola, tortura, se lleva niños y mata como lo hizo el uruguayo, no hay, de ninguna manera, reparación exagerada ni reconocimiento sobreabundante. Si, lamentablemente lo contrario, insuficiencia y es lo que estamos viviendo.

Mucho se estudia, se escribe, y se reflexiona, sobre cómo se llegó al Golpe, que cosas sucedían, se polemiza, y claro, se tergiversa. Sería bueno ponerle el mismo empeño a las formas en que se terminan las dictaduras. A las transiciones, entre otras razones, por su enorme incidencia en las condiciones en que se retoma la “vida democrática”. Todo lo que se cede a los tiranos, aún con buenas intenciones, se le descuenta a la Democracia, e incluso, a la Democracia muchas décadas después.

Si algo muestran los archivos hoy desparramados en la red, es que el pueblo todo en su diversidad, fue vulnerado en sus derechos más elementales. Los niveles de vigilancia y espionaje, de infiltración en organizaciones de diverso tipo, nos hablan de un gran aparato de control. Las dictaduras encierran a sus detractores más vehementes, declarados, decididos y organizados, pero al final terminan transformando a los países en cárceles grandes.

Las fechas de los archivos, obligan a cualquiera con voluntad de mantener los ojos abiertos, a preguntarse sobre el Estado. ¿Hay rincones del Estado que aún hoy no controla la República? ¿Hay rincones del Estado aún secuestrados?

Recordamos hoy los 50 años de un golpe sanguinario, pero también recordamos hoy un gran acontecimiento popular que fue la huelga general. Una huelga que no fue una situación espontánea, heroica, de resistencia. Fue una decisión concienzuda, muchos años antes tomada por la clase trabajadora organizada y que en el momento de la verdad tuvo el enorme coraje de implementarla. También saludamos eso.

La historia que vivió este pueblo es muy dura, y es muy duro saber que buena parte de esto sucedió, al fin y al cabo, para preservar privilegios, para blindar un sistema que por sí solo ya no se sostenía. La enorme pérdida de participación del salario frente al capital, es un claro ejemplo. Cómo se reconfiguró el Estado, la sociedad, la noción de lo público… e irónico que los que lo hacían esgrimían discursos de reivindicación nacional, de patriotismo, cuando su plan era una pieza más de una estrategia pensada y reproducida desde los EE.UU.

Pero no nos rendimos, la búsqueda de nuestros compañeros, compañeras, la llama viva, aunque dolorosa de la memoria, no son ojos en la nuca. Son raíces desde donde sostenemos la lucha larga por la transformación social. Cada compañero y compañera encontrado, es un paso hacia adelante, las heridas personales y sociales sabrán dar a luz un Uruguay profundamente democrático por el que trabajamos, desde donde estemos, todos los días. Recordamos para saber quiénes somos y sembramos memoria para avanzar.

¡Nunca Más Terrorismo de Estado y Basta de Impunidad!

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