sábado 18 de enero, 2025

ARMANDO HUMBERTO ARNONE HERNANDEZ

Publicado el 20/05/23 a las 12:01 am

“Cada hombre, cada persona humana es el fruto de una creación colectiva

y es también

la síntesis de su pasado.”

Julio Castro, desaparecido en Montevideo el 1° de agosto de 1977

Por Raúl OLIVERA ALFARO

En el año en que el Uruguay inauguraba una nueva Constitución en la que se consagraba un poder ejecutivo colegiado con el nombre de Consejo Nacional de Gobierno presidido por el colorado Andrés Martínez Trueba, nacía el 20 de agosto de 1952, Armando Humberto Arnone Hernández. 

Sus padres, Armando Arnone y Petrona Hernández, se habían radicado en la zona de Piedras Blancas, un barrio del noreste de la ciudad de Montevideo, que debía su nombre a las piedras de cuarzo de color blanco que había en la zona, y que actualmente está ubicado entre Camino Mendoza y la calle Rafael, teniendo por límites al sur el Bulevar Aparicio Saravia y al norte los caminos Domingo Arena y Repetto.

Su padre de origen italiano, seguramente descendiente de los inmigrantes que se habían instalado en aquella zona en el entorno de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, enviaron a Armando al Colegio de Nueva Pompeya ubicado en la calle Helvecia 4293 esquina Azotea de Lima. Allí, como era la tradición bastante generalizada en la época, tomo la comunión, uno de los sacramentos de la iniciación cristiana. Al igual que Elena Quinteros y muchos jóvenes, seguramente Armando hizo suya y creyó, a su manera, que aquel ritual transformaba la caridad cristiana en compromiso con los más necesitados.

Cientos y miles de jóvenes provenientes en su mayoría de corrientes cristianas van a incorporarse a las filas del movimiento revolucionario, aquí y en el resto de América, convencidos de que para terminar con la injusticia social había que cambiar el mundo radicalmente. Y esa convicción de cambio se irá probando en las huelgas, en cada enfrentamiento con las fuerzas represivas, en la prisión que se comenzará a vivir, en la tortura por la que se pasa, o se queda”.[1]

Posteriormente continuó sus estudios de secundaria en la Sagrada Familia. Los Preparatorios los realizó en el 13 en el turno nocturno porque había empezado a trabajar en la fábrica de fideos ADRIA ubicada en la Blanqueada y posteriormente en “Fagosa”, una metalúrgica.

Luego de la muerte de su padre, junto a su madre, instalo un pequeño almacén en su domicilio, que fracaso en sus intenciones de que se constituyera en un sostén económico, debido a su generosa política de atender las necesidades de sus vecinos mediante una práctica del otorgamiento de “fiados”, que difícilmente llegaba a cobrar.

Eran tiempos en que el Uruguay, la región y el mundo, vivían tiempos agitados enfrentando las duras consecuencias de una crisis económica y social iniciada a mediados de la década de 1950 y que se extendía en el tiempo.

 Las respuestas crecientemente autoritarias de parte de los gobiernos de la época, combinadas con la aplicación de medidas de ajuste económico, que producían profundas consecuencias en la clase trabajadora – principal afectada -, influyeron para que una generación de jóvenes como la de Bernardo Arnone asumiera compromisos políticos.  Eran tiempos, también, de importantes transformaciones culturales y debates ideológicos en torno a las formas de lucha inspirados en distintas experiencias desplegadas a lo largo del globo y particularmente en América con la revolución cubana.  

Cuando el Uruguay inauguraba el 13 de junio de 1968 el periodo de actuación ilegitima del Estado, Bernardo contaba con 16 años. 

Las prácticas autoritarias de los gobiernos afectaron los mecanismos de concertación y diálogo social, y en ese marco para aquella generación de jóvenes se transformó en un aspecto fundamental para definir sus opciones políticas, el papel que debían jugar los trabajadores organizados luchando por una vida digna.  

En ese contexto, donde “se encuentra la irrupción en el escenario montevideano de un movimiento estudiantil de masas de signo radical tanto por el carácter de su práctica como por el contenido de sus postulados político-ideológicos, siendo además la primera y quizás única vez en el presente siglo en que la juventud impactó a la sociedad a partir, entre otras cosas, de su condición de tal[2], Arnone se integra al Frente Estudiantil Revolucionario[3] y a la Fuerza Revolucionaria de los Trabajadores.

En la conformación de lo que sería a partir de 1975 el Partido Por la Victoria del Pueblo, proyecto político al que se sumó con mucho entusiasmo Arnone, confluyeron distintos esfuerzos, algunos de ellos provenían de expresiones o frentes de lucha pertenecientes a lo que llamaremos las corrientes libertarias organizadas en torno a la FAU, caso de la Resistencia Obrero Estudiantil y la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales. Otras provenían de otras vertientes, caso del Frente Estudiantil Revolucionario y el Frente Revolucionario de los Trabajadores.

El papel que desempeño la ROE a partir de su creación en 1968, fue sin duda un aporte muy importante para el salto en calidad que significo la fundación del PVP. Allí se había ido forjando un capital de experiencias obreras y estudiantiles vividas en el marco de luchas muy importantes, que se desarrollaban aquí en el Uruguay y en muchas partes del mundo, en las que sin duda influyo el llamado mayo francés y en forma relevante la revolución cubana”4.   

Alicia Cadenas, integrante de esa generación de militantes conoció a Bernardo, aunque no supo su nombre hasta años después cuando vio su foto como desaparecido: “Lo llamábamos Lucyfor”. “Pronto nos hicimos amigos y como jóvenes que éramos nos reuníamos también para salir y divertirnos con una barra de amigos. Nunca supimos su nombre ni su dirección. Era muy prolijo en eso”[4].

“La vida compartimentada que nos exigía la situación cada vez más insegura- comenta Sara Méndez sobre su relación con Bernardo en Argentina -, limitó el compartir historias de nuestra vida con datos concretos: barrio, lugar de trabajo, familia y amigos, compañeros, etc.”[5].

“No sé si porque era un poco mayor que nosotros o porque era de aspecto muy serio nos daba la impresión de un señor.  Quizá porque era obrero de una metalúrgica y muchos de nosotros éramos estudiantes”[6].

 “Bernardo era conversador por excelencia, de los que uno no puede imaginar sin una rueda de amigos”[7].

“Recuerdo una vez en una guitarreada en el patio de la Facultad de Arquitectura en que se puso a recitar un poema de Gagliard[8]i (recitado medio tanguero y costumbrista) que lo hizo impresionantemente y nos dejó a todos boquiabiertos. No teníamos idea de sus dotes artísticas y quedamos prendados. De ahí en adelante tuvo que recitar algo en cada guitarreada que hacíamos”[9].

Cristina Mihura y Armando se conocieron a fines de 1973 por intermedio del Pipa en el velatorio de un integrante del FER. Cristina estudiaba magisterio, y se había integrado a la ROE, a instancias de Elena Quinteros que en el acto organizado por la ROE en homenaje a Sacco y Vanzetti[10], la integro a la agrupación 3 de magisterio en el área de propaganda. Es desde la relación que mantenían los estudiantes de Magisterio con los trabajadores ferroviarios, que Cristina acompaño las luchas de aquellos años, conjuntamente con los estudiantes de la UTU, de la Unión Ferroviaria.

Cuando con el golpe de Estado del 27 de junio de 1973 el país entre definitivamente en la etapa de terrorismo de Estado, Arnone cumplía 21 años.

El 31 de julio a poco de finalizada la huelga general, la dictadura pone en la mira de sus objetivos, la desarticulación del gremio ferroviario y particularmente la agrupación de la ROE[11].

El 9 de septiembre 1973 fue detenido y conducido al Batallón de Infantería N° 2. Aunque lo liberaron, el Ejército uruguayo siguió hostigándolo.

El 27 de octubre de 1973 explotó una bomba en el edificio de la Facultad de Ingeniería mientras era manipulada por un militante estudiantil que resultó muerto. Al día siguiente el Poder Ejecutivo intervino la Universidad de la República[12].

Luego de la intervención a la Universidad, nos reuníamos los sábados en el Sorocabana un grupo de amigos y de allí salíamos al cine o a la casa de un amigo a tocar la guitarra, conversar o jugar al truco. A pesar de los riesgos no queríamos separarnos ni perder nuestra amistad”.[13]

Bernardo y Cristina, finalmente se casaron el 25 de julio de 1974. A modo de luna de miel, viajaron a Buenos Aires y se reencontraron con compañeros de Bernardo Arnone . Se reunieron con Gastón Zina Figueredo, Marta Petrides, Víctor Lubián, Alicia Cadenas y Cecilia Gayoso.

La última vez que lo vi, con su compañera, Cristina, fue en Buenos Aires en una reunión con los que nos habíamos tenido que refugiar allí”.[14]

 A mediados de 1975 se produce una detención masiva de militantes de la ROE, lo que motivo que otros tantos, entre ellos Bernardo, se refugiaran en la Argentina. Mihura lo siguió a fines de ese año.

En Buenos Aires Arnone participó en el PVP desde su creación. En el desarrollo de esa actividad usó una identidad falsa, a nombre de José Luis Bottiroli.

Mi nombre verdadero lo supo, quizás, cuando se denunciaba mi desaparición junto con otros compañeros uruguayos y el pequeño Simón.  Su nombre lo conocí años después al salir de la cárcel. Reconocí su mirada dulce y bondadosa en la foto que llevaba su madre colgada como escapulario en su pecho16.

Ya integrado al PVP, Bernardo, junto a Sara Méndez y a Pilar Nores, dieron cobertura a un local de la organización.

Conocí a Bernardo Arnone a mediados del 75. Compartimos con otra compañera una vivienda en el Barrio Belgrano, de la ciudad de Buenos Aires. Eso fue hasta junio del 76. Durante esos meses de convivencia no conocí su nombre y casi nada de su vida anterior”.  Sabía sí, que Bernardo tenía esposa, y una madre que casi siempre aparecía con alguna anécdota sobre comidas, que Bernardo adoraba. Al poco tiempo de estar viviendo en la casa de Belgrano, casa de techo liviano, con jardín al frente y al fondo, de los que ya no existe en ese barrio, saludaba a los vecinos y quedaba conversando con el almacenero de la esquina, cada vez que hacía una compra. Después nos contaba de cada uno de ellos. Teníamos que acordar, las respuestas que había dado a las preguntas que, naturalmente, surgen en cualquier relacionan entre vecinos “.[15]

“Difícil tares era esa cuando se compartía, además de la militancia política, la cotidianeidad”.[16]

“Era sumamente cariñoso y solidario con sus compañeros, pero respetuoso y buen consejero”.[17]

Yo estaba embarazada y ya sabíamos que iba a ser varón, así que muchas de las charlas y discusiones políticas que se hacían en la casa, él terminaba hablando con mi panza en total alianza con el varón a nacer.  Iba a ser su padrino, decía, y su aliado siempre. Recuerdo que yo tenía una caja, forrada por mí, donde guardaba la ropa que iba consiguiendo para el nacimiento de Simón. Me gustaba cada tanto abrirla y mirar lo que me había enviado mi hermana, batitas tejidas a mano, escarpines enviados por una compañera con la gorrita haciendo juego …  sentirle el aroma y volverla a guardar. Una tarde siento la voz de Bernardo que me dice: ¿jugando a las madres? Estaba parado apoyado en el marco de la puerta de mi cuarto mirándome, quizás desde hacía rato[18].

El 9 de junio, día funesto, se produce la caída de la compañera que vivía en la casa. La nota que encontré, dejada por ella, despertó todos mis temores. Dudaba si quedarme o irme de la casa por precaución.  No tenía forma de comunicarme con Bernardo. Decido quedarme, cuando recibo una llamada de él, evidentemente hecha de un teléfono público, me dice que esa noche no viene.  Pero él no me escucha, cuando yo le digo que no vuelva y le digo la frase convenida de alarma. Él sigue repitiendo a los gritos que esa noche no va y yo que busque otro teléfono, pero que no vuelva. Finalmente me convence Mauricio que debo irme y me pasa a buscar. Lo único que alcanzo a agarrar es un bolsito ya preparado para el momento del parto y como siempre, nuestro botín, las cajas de material escrito, documentos del claustro de fundación del Partido, cientos y cientos de hojas de desgravaciones de las reuniones preparatorias”[19].

A partir de ese momento, Sara pasa a vivir junto a Asilú Maceiro en la casa de la calle Juana Azurduy, hasta su secuestro en 13 de junio de 1976.

Simón nace puntualmente el 22 de junio y todo el mundo más próximo había cambiado. 

A los pocos días del parto pido para ver a Bernardo.  No puedo recordar si fue conmigo o no mi hijo. No recuerdo. Lo que sí tengo muy nítida es la calle del encuentro, que estaba desierta, que había llovido, y que aún caían algunas gotas de los árboles, y que él estaba en una esquina y yo en otra y el momento que Bernardo corre al encuentro. Recuerdo que nos reímos, con alegría, mientras nos abrazamos”[20]

Esa será la última vez que Sara y Bernardo se verían.

EL CONTEXTO REPRESIVO EN QUE SE PRODUCE EL SECUESTRO DE BERNARDO ARNENE.

 El 28 de marzo de 1976 son detenidos en el Puerto de Colonia de GIL IRIBARNE, Ricardo; VAZQUE DE ARMAS de ANZALONE, Elida Rita y FERREIRA DA SILVA, Luis Alberto cuando intentaban ingresar al país en una casa rodante desde Argentina con material de propaganda y dinero del Partido por la Victoria del Pueblo.

Entre el 5 y el 7 de abril fue secuestrado en Buenos Aires en un procedimiento dirigido por un grupo de hombres armados, el integrante del PVP Ary Cabrera, un militante sindical bancario despedido luego de la huelga de 1969. Este se encontraba vinculado a uno de los detenidos en la Prefectura de Colonia con el que trabajaba como carpintero.

 El 17/4/1976 desaparición de Eduardo Efraín Chizzola [21], y Telba Petronila Juarez24.

 El 9/6/1976, Secuestran a Gerardo Gatti y a Pilar Nores en Buenos Aires. Son detenidos en un departamento ubicado en la calle Manzanares 2131 esquina Arcos.

 El 15/6/1976, es secuestrado y desaparece Julio Rodríguez Rodríguez, otro integrante del PVP.

 El 26 de junio en el marco de detenciones de integrantes del PVP en Montevideo se produce el secuestro y desaparición de Elena Quinteros.

 El 1 de julio secuestran en Buenos Aires a Enrique Rodríguez Larreta Martínez.

 El 9 de julio Secuestran en Buenos Aires a Cecilia GAYOSO, y Mónica SOLIÑO. 

Entre el 13 y el 15 de julio, secuestros masivos de integrantes del PVP en Buenos Aires[22].

De los secuestrados el 9 de junio y el 15 de julio, Julio Rodrigue Rodríguez, Gerardo Gatti y León Duarte permanecen desaparecidos, el resto, salvo los dos menores Ernesto Anzalone y Simón Riquelo, fueron trasladados clandestinamente a Uruguay.

 A partir del 26 de agosto y hasta los primeros días de octubre se producen los secuestros y desapariciones de integrantes del PVP. Entre ellos, la de Bernardo Arnone. 

Desapareció el 1º de octubre de 1976 en horas de la mañana en la ciudad de Buenos Aires. Salió del apartamento de un amigo, -portero del edificio sito en Millán 2120 del barrio Belgrano- donde pasó la noche junto a su madre y esposa. Al salir avisó que regresaría a almorzar, (cosa que) nunca sucedió. Al momento de su secuestro tenía 24 años. 

Anteriormente, en varias ocasiones Cordero y Gavazzo se presentaron en la casa de su madre, Petrona Hernández, preguntando por su paradero.

Hacia fines de septiembre de 1976, la madre de Arnone, Petrona Hernández, decidió viajar a Buenos Aires para visitar a su hijo y a su nuera Cristina Mihura. Se instalaron los tres en la casa de un amigo de Arnone ubicada en la calle Melián 2120, en el barrio de Belgrano de esta Ciudad.

El 1° de octubre Arnone Hernández se retiró de ese domicilio, luego de lo cual fue secuestrado en un operativo a cargo del personal argentino que operaba en la OT 18 en coordinación con el personal uruguayo a cargo de Gavazzo.    

Desde el lugar de su secuestro, y al igual que el resto de sus compañeros, fue trasladado a Orletti, donde fue sometido a condiciones inhumanas de detención y a interrogatorios bajo tormentos, de acuerdo al procedimiento aplicado sistemáticamente a la mayoría de las personas secuestradas allí. Actualmente, Arnone permanece desaparecido.

Unos días después de este suceso, cuando Petrona Hernández ya estaba de vuelta en su casa de Uruguay, recibió la visita de un grupo de militares, entre los que pudo reconocer a Cordero y a Gavazzo. Ingresaron, y sin decirle nada, se dirigieron directamente al fondo de la casa, excavaron buscando algo que finalmente no encontraron. Luego cercaron una casa vecina donde vivía un amigo de la infancia de Arnone, y se llevaron de allí una motocicleta.

A raíz de la desaparición de su hijo, Petrona Hernández presentó dos acciones de habeas corpus en nuestro país, pero tanto el Estado argentino como el uruguayo ocultaron lo ocurrido.

Por su parte, Cristina Mihura, una vez que logró refugiarse en el exterior, realizó desde allí todo tipo de gestiones para dar con él y con la verdad de lo que le había sucedido. Así, denunció el hecho ante Naciones Unidas, también ante la Cruz Roja y ante la CIDH. En 1982 presentó la primera denuncia penal en Italia y una querella en 1999. 

Sobre su participación en el PVP, Arnone compartió espacios de discusión previos a su Congreso fundacional en el local denominado la “carpintería”.

Sara Méndez, quien luego de haber sido trasladada clandestinamente desde Automotores Orletti a Uruguay a fines de julio de 1976, fue interrogada por el represor uruguayo Medina sobre Bernardo Arnone. Las preguntas estaban referidas a su identificación física, por ejemplo, sobre si tenía un ojo de vidrio; además, el propio Medina le dijo que tenía documentación sobre él.

  Cristina Mihura, ante la desaparición de Arnone continuó asistiendo a los encuentros denominados “automáticos” que tenía previstos con él, pero no volvió a verlo. Poco después de su secuestro, el domicilio de su madre en Uruguay, nuevamente fue allanado por parte de las fuerzas conjuntas uruguayas. 

Su madre intentó realizar la denuncia sobre la desaparición de su hijo ante la Comisaría 23° de la Ciudad de Buenos Aires, pero se negaron a recibirla. En 1977 y 1978 presentó acciones de habeas corpus, pero las autoridades argentinas continuaron ocultando lo que había ocurrido con su hijo.

Canelones, 6/5/2023


[1] Sara Mendez en Secuestro en la embajada. El caso de la maestra Elena Quinteros.

[2] “Apuntes para una historia del FER”. Álvaro Gascue.

[3] En enero   de 1967 se formalizó la constitución del FER, concebido como ala gremial de la Juventud del Movimiento Revolucionario Oriental (JMRO), aunque su pretensión era agrupar también a militantes independientes (las discusiones previas y la decisión de conformarlo tuvieron como escenario el entonces local central del MRO ubicado en la calle Minas entre 18 de julio y Guayabo). “Apuntes para una historia del FER”.  ALVARO GASCUE.    4 Testimonio de Raul Olivera.

[4] Testimonio de Alicia Cadenas Ravela. 

[5] Testimonio de Sara Mendez.

[6] Testimonio de Alicia Cadenas.

[7] Testimonio de Sara Mendez.

[8] Héctor Francisco Gagliardi (Buenos Aires, 29/11/1909 – Mar del Plata, 19/1/1984)12 destacado poeta, recitador y letrista de tango, conocido por sus poesías y textos en lunfardo.

[9] Testimonio de Alicia Cadenas.

[10] El 23 de agosto de 1972, concidiendo con el aniversario de la ejecución de Sacco y Vanzetti, se organizó en el teatro Artigas un acto de la ROE.

[11] Son detenidos y procesados Lucas Peña, Oscar Rodriguez, Naydu Sosa, Rolando Ojeda, Luiis Alberto Raymundo, Raul Olivera y Gilberto Coghlan. Este último muera a consecuencia de las torturas el 14/12/1973.

[12] El 28 de octubre, la dictadura emitía el decreto 321/973 que establecía la intervención de la casa de estudios, colocándola bajo la órbita del Ministerio de Educación y Cultura, suspendía todas las actividades docentes y administrativas y disponía el arresto de todos los miembros del Consejo Directivo Central. La misma disposición designó al Ministro de Cultura, Edmundo Narancio, como rector interventor.

[13] Testimonio de Alicia Cadenas

[14] Testimonio de Alicia Cadenas 16 Testimonio de Sara Méndez.

[15] Testimonio de Sara Méndez.

[16] Testimonio de Sara Méndez

[17] Testimonio de Alicia Cadenas.

[18] Testimonio de Sara Méndez.

[19] Testimonio de Sara Méndez.

[20] Testimonio de Sara Méndez

[21] El 26/4/1976 es encontrado en la vía pública el cadáver de Eduardo CHIZZOLA, presentando heridas, hematomas y múltiples laceraciones (la identificación se produce mucho tiempo después). 24 Aparece el 197471976 el cadáver de Telba JUAREZ en el barrio de Barracas con cuatro impactos de bala en el pecho y uno en la cabeza.

[22] MICHELINI, Margarita; ALTUNA, Raúl; DUARTE, León (desaparecido);  LOPEZ BURGOS, Sergio

QUADROS, Ana Inés;  DEAN, Eduardo;  RODRIGUEZ LARRETA, Enrique y NOGUEIRA,  Raquel; MENDEZ, Sara;  MACEIRO,  Asilu; el hijo de Sara Mendez,  Simon Antonio; José Félix DIAZ;  Laura ANZALONE; y el menor Ernesto Anzalone Vázquez; ZHAN, Edelweis; RAMA, Elba; SOTO, Ariel y CADENAS,  Alicia; SALVO, Ana; ZINA, Gastón; LUBIAN, Víctor; PETRIDES Marta.

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