Telba Juárez y los/as compañeras. Verdad, Justicia y Nunca más
Publicado el 19/04/22 a las 1:48 am
El 19 de abril de 1976 apareció en el barrio Barracas de la ciudad de Buenos Aires el cuerpo torturado de Telba Juárez, con cuatro balazos en el pecho y uno en la cabeza. Telba fue una de las fundadoras del Partido por la Victoria del Pueblo. Desde esa fecha, hace 46 años, su asesinato por la dictadura cívico-militar uruguaya sigue impune.
Para el PVP, el 19 de abril es una fecha de memoria y homenaje a la lucha de nuestras compañeras y compañeros asesinados y desaparecidos que en 1975 fundaron nuestro partido para pelear contra la dictadura, y por el socialismo y la libertad.
Desde aquellos años se libró una larga lucha para que se supiera la verdad y fueran sometidos a la justicia los responsables de los crímenes del Terrorismo de Estado.
Mujeres como Tota Quinteros, María Esther Gatti, Sara Méndez y Luz Ibarburu enfrentaron el autoritarismo, el miedo, los intentos de silenciarlas y fueron emblemas de esta lucha. No cejaron nunca en la búsqueda de sus hijos.
Madres y Familiares de detenidos desaparecidos, Hijos de desaparecidos, Familiares de asesinados, organizaciones de derechos humanos y sociales, también sectores políticos han sido consecuentes en este camino por Memoria, Verdad y Justicia.
El PVP asumió siempre esta causa como compromiso ético y componente esencial de la lucha democrática, durante la dictadura y después de ella, contra las secuelas de impunidad y mentiras amparadas por los gobernantes de turno.
Con la dictadura cívico-militar, las medidas de emergencia y el estado de excepción fueron absolutamente desbordados por el uso de las fuerzas armadas y policiales, y el Estado en general, para disciplinar al pueblo uruguayo y acallar cualquier protesta resolviendo la disolución del Parlamento; la prohibición de los partidos políticos, los sindicatos y otras agrupaciones populares; la clausura de la libertad de expresión, de asociación; el cierre de diarios y publicaciones y la aplicación de las orientaciones más crueles y despiadadas del terrorismo de estado. Los cuarteles militares se convirtieron en centros de tortura, así como las sedes policiales; también otros locales fueron utilizados como centros clandestinos de tortura y desaparición de presos políticos. La dictadura uruguaya participó activamente del Plan Cóndor, coordinación represiva con otros países de la región para detener, torturar, trasladar y desaparecer prisioneros políticos.
Mientras tanto, con dificultades y persistencia el pueblo resistía la dictadura: en 1980 los dictadores perdieron el referéndum con el que pretendían legitimar una constitución para consolidar su régimen, el 1º de Mayo de 1983 fue un gran triunfo de la resistencia con amplia participación popular, la masiva marcha estudiantil en la semana del estudiante, la manifestación del 9 de noviembre, el “Río de la Libertad” en el Obelisco, el paro general del 18 de enero de 1984 y, luego, el paro cívico del 27 de junio, expresiones de fuerte repudio al régimen de facto. Estas luchas por democracia, derechos y libertades; por amnistía para todos los presos políticos; aparición de los desaparecidos; retorno de los exilados, y también por salario y mejor calidad de vida fueron el preludio del fin de la dictadura.
Hoy, a modo de retórica negacionista persistente, desde la coalición de gobierno se pretende volver a mentir sobre el proceso de avance autoritario y ascenso del protagonismo de las Fuerzas Armadas en los gobiernos de Pacheco Areco y Bordaberry, que culminaron con el golpe de Estado de 1973.
Nos resistimos a olvidar el papel de los gobiernos colorados aliados con los blancos que apelaron a la represión, censura y ataque a las libertades públicas, así como a una reforma constitucional para obtener un Poder Ejecutivo fuerte que pudiera llevar con mano dura los destinos del país para continuar con su proyecto de reestructura económica basada en la reducción de salarios y jubilaciones, y del gasto social del Estado. Gobiernos que no dudaron en aplicar todo el engranaje represivo para afrontar la lucha y unidad de los trabajadores en la CNT, el programa de soluciones surgido en el Congreso del Pueblo y las reacciones populares ante la crisis económica y social que recayó en las espaldas de las grandes mayorías nacionales. El golpe de Estado no fue consecuencia de la lucha armada, que ya había sido desarticulada en 1972. Fue la respuesta al conjunto de las luchas sociales y políticas, y a la unidad del pueblo durante esos años, y a una nueva expresión política: el Frente Amplio.
Al mismo tiempo, las agencias de seguridad y defensa de Estados Unidos se encargaron de suministrar asesoramiento a los regímenes represivos latinoamericanos. Cientos de oficiales –militares y policiales– fueron formados en contrainsurgencia, torturas y terrorismo en la llamada Escuela de las Américas, entre ellos muchos represores uruguayos. Recordemos que en América Latina ya estaban en dictadura Brasil y Paraguay, le siguieron Uruguay y Chile, y unos años más adelante Argentina.
Desde 1985, la lucha por Memoria, Verdad, Justicia y Nunca Más Terrorismo de Estado ha sido eje central para una verdadera recuperación democrática, de las libertades públicas y los derechos. La pelea contra la impunidad, con todas sus implicancias políticas, culturales y jurídicas, es base imprescindible para esos objetivos.
Manini Ríos reivindica la declaración del Estado de Guerra Interno de 1972 y la actuación de quienes violentaron las libertades públicas, el Parlamento y la Constitución, como siempre ha defendido a torturadores y asesinos del terrorismo de Estado. Pero también los otros sectores de la coalición de gobierno se suman nuevamente a la ofensiva en defensa de la impunidad, hablan de libertad pero practican el ocultamiento y la complicidad con torturadores y asesinos como lo hicieron desde la recuperación democrática.
Desde que inició este gobierno comenzó una disputa sobre la historia y la memoria de las razones del golpe de Estado y resurgió una retórica negacionista del terrorismo de Estado. Son los mismos que decían que en Uruguay no había desaparecidos y cuando aparecieron los restos de Fernando Miranda, Ubagésner Chaves Sosa, Julio Castro, Ricardo Blanco y Eduardo Bleier, ellos no cambiaron ni una palabra de su discurso.
Hoy desempolvan la teoría de los dos demonios recargada y fuertemente derechizada. Se inicia una ofensiva contra la Institución Nacional de Derechos Humanos, intentan desprestigiar a la Fiscalía, los grupos de nostálgicos de la dictadura como el Foro de Montevideo procuran la libertad de los represores juzgados por delitos de lesa humanidad, varios sitios y placas de la memoria son vandalizados, entre otras acciones antidemocráticas desde diversos ámbitos.
Esta reacción que estamos viviendo es un intento de resistir el rechazo social hacia la dictadura y debilitar las reservas democráticas del pueblo uruguayo. Si no, no sería necesario este tipo de expresiones y movimientos. Para lograr los objetivos de su proyecto neoliberal y restaurador del autoritarismo-punitivismo con base en la impunidad, pretenden disputar la historia y la memoria, pero evidencian debilidad y urgencia, es ahora o nunca para ellos.
Este 19 de abril recordamos a Telba Juárez, Elena Quinteros, María del Rosario Carretero, María Emilia Islas, Victoria Grisonas, Ana María González, Cecilia Trías y Graciela da Silveira, como símbolos de la lucha incansable de nuestro pueblo por un Uruguay más justo y solidario, al mismo tiempo que expresamos nuestra preocupación, basados en la necesidad de mantener la Memoria, completar la Verdad, lograr la Justicia y construir el Nunca Más.
Aquí y ahora el Partido por la Victoria del Pueblo no solo reivindica la memoria histórica. También defenderemos los derechos políticos, sindicales y sociales conquistados; continuaremos impulsando la llamada “nueva agenda de derechos” y rechazaremos toda injerencia estadounidense en nuestra vida política, incluyendo el ámbito militar.
Ante la reacción y el neoliberalismo continuamos analizando los tozudos hechos, proyectando un horizonte democrático, levantando nuestras banderas de Socialismo y Libertad, y reiterando nuestra histórica consigna:
¡ARRIBA LAS Y LOS QUE LUCHAN!
Comité Central del Partido por la Victoria del Pueblo
PVP | Espacio 567 | Frente Amplio