En defensa de los derechos, personales y colectivos, el 27 de marzo votamos SÍ.
Publicado el 21/03/22 a las 9:15 pm
Por Daniel Gerhard
Estamos a un puñado de días del Referéndum y la campaña del Sí se vuelve hoy la prioridad absoluta. El triunfo o la derrota será además la cancha de las siguientes batallas, la reforma de la Seguridad Social y la defensa del salario y las pasividades en primer lugar, pero de muchas más también. Por eso, militando el Sí es que hoy se militan muchas causas populares a la vez.
La derecha, la que gobierna el país, y la otra, social-económica, de las Cámaras empresariales y organizaciones de terratenientes, también saben que el Referéndum es un mojón en la lucha de intereses, y también están poniendo mucho en juego. Como no juntan votos revelando que esta es una ley de ricos para ricos, han optado por dos ideas fuerza: la libertad y el no dejar que se pongan palos en la rueda (una suerte de progreso}.O sea, el No es libertad, y el Sí somos palos en la rueda, nos negarnos al progreso.
Es importante señalar que la idea de libertad que manejan, a veces con palabras y otras con imágenes, es principalmente la combinación de liberalismo económico con una buena dosis de vigilancia y represión. ¿Quiénes tendrán más libertades económicas? Según las nuevas posibilidades que la LUC ofrece, los que quieran hacer transacciones de hasta 100.000 dólares diarios por fuera del sistema financiero y los empleadores pudiendo optar por pagar salarios al contado.
¿Te hace más libre?
Por eso es una libertad para ricos, y además facilita el lavado de dinero así corno la evasión en el primer caso y las irregularidades en el pago de salarios en el segundo caso. Esa es la libertad que pregona el presidente, la de los malla oro, la del 1%. Y esa prioridad posterga al resto.
Pero en realidad la LUC lastima uno de los derechos democráticos fundamentales, que además se potencia cuando se ejerce en colectivo: el de la protesta social, ese que se puede ejercer sin un mango en el bolsillo, ese que le da poder a los comunes. Lo hace en el artículo 392 y 469 fundamentalmente, restringiendo el derecho a huelga y los piquetes. Sin protesta social no habría legalización de la marihuana, despenalización del aborto, matrimonio igualitario etc. Sin protesta social no habría un sinfín de leyes laborales que protegen la vida y la salud de los y las trabajadores/as. Y si vamos más a fondo, sin huelgas (con derecho a ocupación, como antes de la LUC) no tendríamos ni las 8 hs., ni vacaciones, ni aguinaldos ni edad mínima para trabajar. La protesta pacífica hay que defenderla en su máxima expresión, sin esta no hay Democracía ni progreso colectivo. Por eso la militancia de izquierda no puede hacer otra cosa que echar el resto por el triunfo del Sí. Pero también cualquier ciudadano/a, aunque no se defina necesariamente de izquierda, debe sentirse convocado a esta causa.
En defensa de los derechos, personales y colectivos, el 27 de marzo votamos SÍ.