Alcanzar las firmas para provocar la consulta popular es posible y necesario
Publicado el 09/06/21 a las 6:43 am
Por Eduardo Aparicio y Gabriel Portillo
Superando escollos, dudas y vacilaciones la recolección de firmas para derogar parcialmente la LUC cada día que pasa se perfila como una “patriada” que puede culminar con un rotundo éxito ya que por medio de la recolección de firmas las fuerzas populares han podido, parcialmente, retomar la iniciativa en el terreno de la política.
En el primer lugar de las dificultades hay que ubicar las vividas en el propio seno del movimiento popular y de la izquierda política al discutir la oportunidad, el camino, y la selección de aquellos artículos a ser objetados e ir por la derogación de los mismos.
Objetivamente puede afirmarse que han caído los pronósticos y vaticinios que le asignaban a la recolección un resultad negativo y lo catalogaban como un intento infructuoso. Ya se han colectado un número relevante de signaturas, superando la insignificancia que algunos le atribuían a la campaña.
Las limitaciones que impone la difícil situación sanitaria no han sido menores, pero con voluntad, inventiva y tesón se han superado. Porque la pandemia se convierte de esta manera en la excusa perfecta para imponer una nueva doctrina del shock que legitime políticas neoliberales cada vez más autoritarias y violentas para allanar. De ese modo, el camino a una nueva oleada de privatizaciones y a la pérdida de derechos.
La Comisión Pro Referéndum, sustentada en la alianza de sindicatos, organizaciones sociales, y agrupamientos políticos y de otras diversas entidades, reunidos todos ellos en torno a la intersocial convirtiéndose así en los impulsores reales de esta acción han anunciado días atrás que ya cuentan con a mas de 450 mil firmas Pero no puede ignorarse que en verdad son necesarias, por lo menos 750mil y que solo restan 40 días. La voluntad de firmar existe y está en la ciudadanía, el problema ha sido el que a veces no se ha contado con los instrumentos necesarios y adecuados para concretar esa predisposición con el hecho material de registrar la adhesión firma mediante.
Cada día que pasa la aceptación y la disposición para firmar se asocia mas con una actitud de desconfianza, recelo o de desacuerdo abierto y franco con respecto a la forma como el gobierno maneja la realidad sanitaria y especialmente la dimensión social y económica asociada a ella.
En el esfuerzo final en el que estamos embarcados no debemos renunciar a plantear que en esta instancia mediante la firma lo que se logra es habilitar la consulta popular, ya que se convierte en un factor clave habilitar la apertura de un canal para discutir y reflexionar, en torno a una ley que nos fue impuesta en forma exprés, por el contrario, se trata de nutrir la vida democrática.
Después vendrá la instancia de la consulta popular, allí habrá que ir a discutir visiones, de este gobierno que mas allá de algunos amagues iniciales, optó por el silencio para no discutir y dejarnos pedalear solos y sin rivales pero en esa instancia de consulta tendrá que salir al ruedo a polemizar y defender su propuesta. Posiblemente, cuando llegue el momento de esa consulta, los escenarios económicos y sociales, lamentablemente para la mayoría de los uruguayos, sufrirán un mayor deterioro y las fortalezas en materia de respaldo en la opinión pública de la coalición y su jefe presidente, se habrán agrietado.
No es menor subrayar que la recolección, impulsada en un comienzo por reducido núcleos militantes, sirvió para abrir un camino de resistencia a un programa modélico, que la coalición supo y pudo condensar en su primer acto en la LUC. La recolección activó las capacidades resistentes, las catalizo en una etapa inicial. ¡Si inicial! porque el camino es y será largo, son muchos los actos o capítulos que habrá que enfrentar; también ante nosotros tenemos el entreguismo que se observa con la extensión a Katoen Natie en la terminal de contenedores del puerto, y sobre todo la lucha por la defensa de la seguridad social, no lucrativa, sin mercantilismo, publica y solidaria que al impulso de ATSS viene creciendo desde el pie y que será determinante en los tiempos que se avecinan.
El neoliberalimo nos complica lo más posible para lograr un activismo, clave para convocar a desarrollar acciones contra sus políticas. Pero esa es su estrategia de bloqueo social además de todo el desarrollo de medidas a favor del capital ya que de ese modo se asegura que la resistencia a vencer será para ella y sus intereses la menor posible, pues la precariedad laboral, la baja de salarios, la desocupación, los medios de comunicación, las vacilaciones y los discursos confusos de lo que se supone es la oposición y en fin sin olvidar además las acciones generales que la gente intenta resolver –algo que es bien difícil hoy en día- priorizando sus necesidades básicas, parece razonable en este marco político realmente existente y que naturalmente genera prescindencia de lo político en general y modifica en términos culturales la escala de valores de la población. Esto implica una baja de militancia que es clave para cualquier desarrollo de resistencia al modelo, cualquier transformación requiere lucha, conflictos, movilizaciones, no se produce con la inacción sino con las acciones conjuntas desde lo social y político.
Alcanzar el número de firmas necesarias está bien claro que es algo posible y no se pueden escatimar esfuerzo en su concreción, lo logrado ya es importante, pero no se trata de contentarse con lo alcanzado, sino colocarlo en línea con un proyecto global de resistencia, unificador de las luchas, que coloca lo central del combate en la lucha social; reconociendo que las alternativas de reducción de daños, oposición responsable, llamado a los diálogos nacionales, tal vez en ciertos contextos no son descartables, pero que no son lo esencial. La apuesta debe ser a actuar y catalizar los procesos de lucha de clases abierta y de protesta de masas.
Algunos en política creen que se puede generar transformaciones sin participación de la gente organizada y contraponen activismo o militancia a expresión electoral y desarrollan y supeditan las acciones a estas expresiones, que en términos prácticos no existen, ya que no es posible desarrollar políticas de fondo a favor de los intereses populares sin tocar al capital. No vemos cómo podrá ser posible construir otro proyecto político opuesto a la derecha sin una lucha de clases de fondo, pues advertimos claramente que las políticas del progresismo consensuadas con la derecha van camino al abismo.