DE LA ORGANIZACIÓN DE USUARIOS Y USUARIAS DE SALUD DEL OESTE
Publicado el 06/04/21 a las 2:47 am
La Organización de Usuarios/as de Salud del Oeste quiere comunicar su preocupación por el grave riesgo al que están expuestos amplios sectores de nuestra población, en este contexto de alarma pública por el crecimiento exponencial de la pandemia de covid 19 en nuestro país y la circulación no controlada del virus en nuestro territorio.
La pregunta que sigue interpelando es: ¿todas las vidas pueden cuidarse igual en medio de esta pandemia? No, no pueden, ni en el Oeste ni en otras zonas de Montevideo y del país. Desde el comienzo de la crisis sanitaria –también económica y social–, hemos planteado que la pandemia impacta diferente de acuerdo a los recursos económicos y sociales que se tengan (trabajo, vivienda, salud, etc.). Decir “quedate en casa” era y es muy difícil para muchos uruguayos y uruguayas si no hay decisiones de apoyo social del gobierno para poder afrontarlo.
Hoy en las policlínicas de nuestro barrio vemos familias que se atienden por mareos en niños causados por el hambre. Hay largas colas en las ollas y merenderos populares, la mayoría de familias numerosas con niños, niñas y adolescentes, que muchas veces viven hacinados en viviendas inadecuadas. Las y los trabajadores que todavía mantienen el empleo–y no pueden darse el lujo de faltar–deben viajar largos trayectos todos los días en ómnibus a sus lugares de trabajo, también tienen graves problemas para encontrar donde dejar cuidados a sus hijos e hijas. A esto se suman los problemas para el acceso a las vacunas, por dificultades en el manejo de los medios digitales, o para recargar la tarjeta del celular, en una zona donde los trabajadores y cuentapropistas han perdido gran parte de sus ingresos, o perdieron sus trabajos. Además, en el Municipio A son escasos los lugares de vacunación y no están necesariamente destinados a sus habitantes. Estos son solo algunas pinceladas de una realidad muy dura, en una zona donde la crisis ha pegado con fuerza sobre nuestra gente.
Esta crisis social desatada por la pandemia, deja como dato oficial la existencia de cien mil nuevas personas arrojadas a la pobreza, sin embargo, esto se debió haber evitado con una inversión económica y social del Estado comprometida con la vida de la gente. La asistencia social a estos sectores es absolutamente insuficiente y desde el gobierno nacional no se muestra sensibilidad para brindar las ayudas indispensables, largamente reclamadas por gran cantidad de organizaciones sociales (renta transitoria de emergencia a cuentapropistas y trabajadores que queden sin trabajo, frenar desalojos, etc.).
Ante esta realidad no podemos, no queremos cerrar los ojos. Desde hace ya un año, la comunidad se ha puesto al hombro responder a muchas necesidades de la gente, son cientos los colectivos que se hacen cargo de brindar ayuda a través de ollas y merenderos solidarios, también usuarios y vecinos crean redes de apoyo a familias con covid, buscan caminos para afrontar los impactos en salud mental, son solidarios con quien quedó sin trabajo, crean huertas comunitarias. También el enorme compromiso de las y los trabajadores de la salud en su labor, y los aportes de otros actores como la Udelar, los científicos, los sindicatos, etc.
La situación actual de la pandemia exige decisiones del gobierno para afrontar la crisis sanitaria a la altura de la gravedad. Por razones de justicia y de derechos, para que no hayan ciudadanos de primera y de segunda en los cuidados frente a la pandemia, a las necesidades alimentarias y a la salud integral, también son urgentes las medidas económicas y sociales largamente planteadas de apoyo a la población más golpeada por la crisis.
Montevideo, 5 de abril de 2021.