Raúl Olivera: “El desafío en ciudades como Durazno -respecto a la Dictadura y sus crímenes- es recordar”
Publicado el 14/10/19 a las 2:59 am

Por Dino Capelli
El Observatorio Luz Ibarburu interpela desde sus folletos y su página web. Son cientos de rostros que preguntan desde el fondo de la memoria, manteniendo viva la interrogante. ¿Dónde están?, parecen decir.
Aquellos y aquellas que componen esta organización son los que buscan las respuestas, y poco a poco, las encuentran.
Sus hitos se cuentan con los dedos de la mano, pero cada vez que se pueden contar resultan emociones a raudales difíciles de contener.
Un ejemplo es Eduardo Bleier, desenterrado desde el olvido de la tierra en el Batallón Nº 13, en Montevideo.
Este martes, cuando Uruguay y el mundo hablaban de un detenido desaparecido en dictadura que ya tenía nombre y pronto tendría tumba, en Durazno se continuaba recordando. Así, todos juntos, decían al unísono ‘presente’.
Acción y búsqueda
Definido como un espacio de acción social, fue creado “para vigilar el cumplimiento de las políticas públicas a las que está obligado el Estado por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman y por el derecho internacional. Para exigir y alentar al Estado a que desarrolle políticas en ese campo. Para organizar la información sobre el tema y transformarla en conocimiento útil para el fortalecimiento de la sociedad civil”.
¿Qué es el Observatorio Luz Ibarburu?
Se trata de una red de organizaciones de la sociedad civil que trabaja en los derechos humanos relacionados con el pasado reciente en Uruguay. Se creó en los primeros meses de 2012, a iniciativa de la Secretaria de Derechos Humanos y Políticas Sociales del PIT CNT para impulsar una ley que asegurara el cumplimiento de la sentencia del caso Gelman vs Uruguay. Inicialmente esas organizaciones fueron el Grupo de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos; HIJOS; SERPAJ, CRYSOL, las fundaciones Mario Benedetti y Zelmar Michelini, la Mesa Permanente Contra la Impunidad; FUCVAM, FEUU, ONAJPU, el Movimiento de Educadores por la Paz, el Colectivo Pro Derechos, el Colectivo de Denunciantes del 2011 y la Comisión por la Memoria de los Fusilados de Soca. Luego se sumaron el INAS y la Asociación ¿Dónde Están? de Francia. La presentación pública del OLI fue el 10 de octubre de 2012 en el Palacio Legislativo.
Sus representantes llegaron ayer a Durazno para testimoniar homenaje a Célica Gómez y Héctor Giordano. Su actual coordinador es Raúl Olivera Alfaro, quien integra la comisión de DDHH de la central obrera Pit Cnt. Respondió las preguntas de El Acontecer en amena charla, en la sede de AEBU, a la tarde.
No era un día más. Se había formalizado la identificación de los restos de Eduardo Bleier ante sus familiares. Había pasado mucho tiempo, y finalmente los antropólogos hicieron su trabajo. Encontraron los restos en el Batallón Nº 13, y los analizaron en la ciudad de Buenos Aires. Allí donde muchos habían sido detenidos y desaparecidos, allí se encontró la identidad del desaparecido.
Raúl opinó en esa misma línea, ‘no es un día más’
“El hecho de que hayamos conocido en estas horas de quien eran los restos que se encontraron en el 13 de Infantería, también da a esta actividad que se hizo en Durazno un elemento muy particular. Creo que encontrar los restos de los desaparecidos era encontrarnos con nosotros mismos, y esos restos nos estuvieron diciendo durante muchos años ¿cuándo van a llegar? Al final llegamos y eso tiene una significación muy importante. En el caso de Durazno en relación al recuerdo de dos duraznenses que se educaron en ese centro de estudios y que también fueron víctimas del terrorismo de Estado, constituyen dos elementos que hay que vincularlos para que las nuevas generaciones –muchas estuvieron presentes en el Instituto Rubino- entiendan algo que no vivieron pero que tenemos la obligación de trasmitirles”.
La colocación de una placa, el hallazgo e identificación de los restos de Bleier, la existencia del Observatorio Luz Ibarburu, ¿nos da la tranquilidad de que se siguen haciendo cosas para encontrarlos?
“Creo que nos plantea un desafío y una obligación que tienen los seres humanos con la Humanidad. Muchas veces han ocurrido en el mundo hechos muy graves que han afectado la vida de los pueblos, que han traído sufrimiento, y el hecho de que haya generaciones que sobre ese tema reflexionen y saquen conclusiones sanas para la vida democrática, es un elemento fortalecedor de la democracia y de nuestra condición de seres humanos. Estas cosas que sucedieron y que son impensables que otro ser humano las pueda hacer, merecen una manifestación del ser humano para la vida en sociedad”.
Llegan a Durazno, ven y observan la comunidad con fuerte arraigo hacia la tradición militar a partir de la presencia de batallones y bases aéreas, y con desaparecidos. ¿Qué notan en estas comunidades? ¿Hay grietas? ¿Se puedan saldar esos temas?
“Más que grietas son heridas que pueden cicatrizar pero no desaparecen. El cuerpo humano tiene algo positivo, que las heridas que sufre las mantiene en su memoria, en los genes de la nueva sociedad. El desafío en ciudades como Durazno, y recuerdo cuando mi esposa buscaba a Simón (su hijo desaparecido), es recordar. En Durazno se hizo una Llamada de tamboriles muy grande, en su búsqueda. En todas las sociedades existe alguien que se para bien, aunque sean minorías, y son las que construyen las cosas sanas. Lo que pasó en Dictadura… muchos opinaron que había que dar vuelta la página, pero otros no. Y seguimos buscando. Se decía que los desaparecidos no existían porque habían sido tirados al mar, cremados, y los seguimos buscando y los seguimos encontrando. Es una reivindicación al esfuerzo, la memoria y a una parte de esa sociedad que construye muy trabajosamente y a veces muy dolorosamente, los cimientos que sirven para que las nuevas generaciones se paren con mayor firmeza ante algunos hechos. Ante una amenaza de autoritarismo tienen la visión de lo que eso significa. Es una suerte de pedagogía del sufrimiento lo que nosotros traemos, pero es necesario”.
En tiempos políticos hubo recuerdos de figuras políticas hacia Eduardo Bleier. ¿Esto se puede llevar por fuera de banderías políticas?
“Hay un elemento que sí, que me parece que sí, por algo la Humanidad cuando ve la necesidad de crear determinados instrumentos para afrontar los crímenes de lesa humanidad no lo hace desde una condición partidaria. Las convenciones que han construido la ONU, OEA, la CIDH, no pueden catalogarse de hechos políticos partidarios, pero son hechos políticos profundos. Concebimos la política como la acción transformadora de la sociedad y cuando se debe hacer eso es porque el ser humano tiene la necesidad de estar siempre disconforme con la sociedad en la que vive, si no nos achanchamos. En tal sentido la política está detrás de todo esto y dentro de los sectores de gente que no está muy afín a este tema, espero que el hecho de encontrar los restos de un desaparecido, los conmueva. Hay algo que nos enseña mucho más que una clase, un discurso o un libro escrito y fue por ejemplo la foto cuando apareció Julio Castro. Los huesos en la tierra… que la gente vea eso, enseña”.
Has vivido de cerca la búsqueda, tanto en lo familiar como a través del Observatorio. ¿Qué se siente con estos hitos de hallazgos, cuando una familia puede cerrar un duelo?
“Las familias han tenido la necesidad en estos años de búsqueda de crear los anticuerpos que les han permitido sobrevivir. Que estas cosas hayan sucedido y que de alguna manera se no se aclaren, puede llegar a la conclusión de que estamos viviendo en una sociedad enferma. Pero se crean anticuerpos, y no son paralizantes. Llevar la paz a una familia desde el punto de vista de saber que ha terminado una etapa, es un elemento invalorable. No lo viví en relación a un desaparecido, sí en relación al hijo de mi esposa. No termina todo ahí, empieza una etapa. Ninguna de las familias que ha estado buscando cierra el capítulo, lo abre con una perspectiva nueva”.
Estamos hablando de una búsqueda que dio sus frutos, sin embargo se decía que no había que buscar ahí. ¿Cómo se continúa desde este punto?
“Hace muchos años nos vendieron una verdad posible, la versión de la Comisión para la Paz. No había que buscarlos más, se terminó el problema porque no existen los restos. Si nos hubiéramos creído eso, esa verdad, el cuerpo de Bleier seguiría esperando que un día lo encontráramos por casualidad. Vamos a tener que seguir buscando, construyendo muy trabajosamente. En situaciones cada vez más difíciles porque muchas familias que buscaban a sus hijos se han muerto, porque los que saben también se mueren. Estamos en una batalla contra el tiempo, y en esa lucha el Observatorio lo que intenta es en el ámbito judicial tratar de ser una herramienta que ayude al esclarecimiento de esos hechos, a encontrar elementos que permitan seguir buscando. Recuerdo cuando en 2001 presentamos por vez primera ante un Juzgado un recurso para que no se innovara en el 13 de Infantería, muchos dijeron ‘ahí no hay nada’. Bueno, primero busquemos, si no encontramos nada no habrá nada, pero no hay que creer a un comportamiento que han tenido y siguen teniendo desde las Fuerzas Armadas, que es la conducta de un delincuente, esconder la prueba de su delito”.
Raúl, ¿te preocupa el hecho de una figura de ese Ejército hoy nos proponga ser Presidente de la República? ¿Y que tenga seguidores que le voten?
“Sí, me preocupa, por supuesto. Porque de alguna manera atrás de eso uno puede decir y llegar a la conclusión que está bien que la vida democrática ofrezca a los ciudadanos la posibilidad de hacer política y de ofrecer su concurso, y que la gente lo vote. En ese caso y en el caso de cualquier político siempre es bueno saber quién está ofreciendo. Cuando leo una declaración de militares que trabajaron en el 13 de Infantería y dicen que a las mujeres en realidad las desnudaban porque querían conservar su ropa, y que les secaban el pelo… era porque antes les habían hecho un submarino. Decían ‘nosotros tratábamos bien a los presos’, los trataron tan bien que murió Bleier, ajusticiaron a Julio Castro, que desaparecieron a Elena Quinteros. Estos hechos que vivimos acá en Durazno esperemos que sirvan para que las decisiones que deba tomar el pueblo uruguayo con relación a esa propuesta sea la más sana posible y la mejor para el país”.
TOMADO DE EL ACONTECER, 09/10/2019