Hablemos de trabajo con Luis Puig
Publicado el 02/09/19 a las 6:30 am
Diputado del PVP-Espacio 567-Frente Amplio
—Nuevamente el tema del trabajo vuelve a ser una de las preocupaciones de los uruguayos y uruguayas. ¿Cómo estamos de laburo?
—El trabajo es un tema que preocupa a los y las uruguayas y debe ser central en la campaña. De 2005 para acá Uruguay es un país profundamente más democrático, incorporó a partir del Frente Amplio una visión más inclusiva, sumó derechos, se propuso que no sobraran un millón de uruguayos, como sobraban previo a la asunción del FA. En la década de los 90 al mismo tiempo que crecía la economía, se concentraba la riqueza y cerraba una fábrica todos los días. Hoy la oposición dice “lo que pasa es que el gobierno del FA tuvo viento a favor, no fue fruto de sus políticas, sino de una realidad internacional favorable”. Pero la realidad internacional cambió desde hace unos cuantos años, hay una situación de menos requerimientos y de baja de los precios de los productos que Uruguay exporta. Por tanto, sin duda que ha habido méritos en las políticas del FA.
La derecha vaticinaba en 2005 que si el FA avanzaba en negociación colectiva, en los derechos de los trabajadores, en discutir condiciones de trabajo y salarios eso iba a provocar desocupación y evasión de las inversiones en nuestro país. Se demostró esa premisa como absolutamente falsa. Se demostró que era posible generar un proceso de crecimiento con distribución y un proceso democrático de mayor participación.
Se crearon 300.000 puestos de trabajo, se llegó a niveles récord de baja de la desocupación con el 6%, hoy estamos en un 8%. Lo cual no nos lleva a desconocer que se han perdido últimamente fuentes de trabajo, que a nivel de los jóvenes el promedio de desocupación es tres veces superior a la media nacional, anda en torno al 24 o 25%. Y si hablamos de las mujeres jóvenes ese porcentaje es mayor. Por tanto tenemos una dificultad que gobiernos anteriores intentaron palear con leyes aprobadas sobre trabajo juvenil para poder acortar esa brecha. Avanzar en esta línea de promover el trabajo, en especial juvenil y para mujeres sigue siendo un desafío central.
Hay que destacar que después de 100 años de la aprobación de la ley de 8 horas en el país, recién a partir de la acción del FA, de los sindicatos rurales y del movimiento sindical empiezan a aplicarse las 8 horas en el campo. Empiezan a aparecer los recibos con horas extras de los trabajadores rurales. La negociación colectiva de los y las trabajadoras domésticas conjuntamente con los rurales es una seña de identidad del FA.
—Por todas partes se dice que la tecnología nos va a sacar el laburo, ¿vos que decís?
—Durante el desarrollo de la humanidad se han incorporado cambios tecnológicos desde que se construyeron herramientas para transformar la naturaleza, pero los mayores cambios tecnológicos se dan a partir de la revolución industrial, los podemos asociar con la aparición del capitalismo. Hace unos años atrás la informática genera otra gran revolución tecnológica que es en tiempos mucho más cortos. Estos cambios desde mi punto de vista merecerían algunas precisiones.
En primer lugar se asocia el avance tecnológico solamente a los innovadores y empresarios. En realidad los cambios tecnológicos vienen a sintetizar avances en los que participan diversos actores de la sociedad. Esta participación de diferentes actores de la sociedad hay que tenerla muy en cuenta porque el paquete viene armado para que los beneficios de los cambios tecnológicos sean apropiados por los sectores sociales propietarios. ¿Qué quiere decir? Que tenemos que impulsar la propuesta de reducción de la jornada de trabajo que tenemos en el Programa del FA si la incorporación tecnológica –que es bienvenida– permite desarrollar en diversos campos de actividad la producción en menos tiempo. ¿Por qué tenemos que aceptar que esos cambios solo pueden beneficiar a las clases dominantes? En todo caso los beneficios de los cambios tecnológicos tendrían que ser distribuidos entre los diferentes actores de la sociedad.
Si uno analiza el tema de las aplicaciones como Uber y Pedidos Ya! ahí sí conviven –en particular en Pedios Ya!– un desarrollo tecnológico del siglo XXI con relaciones laborales del siglo XIX. Volvemos a la tracción a sangre de antes de la revolución industrial de mediados del siglo XVIII. ¿Quién no ha visto a los gurises y gurisas en bicicleta en medio de una tormenta eléctrica, sin ninguna condición de seguridad? ¿Cómo nos paramos ante esta problemática? El movimiento sindical y el Estado deben participar en auxiliar y proteger a los más débiles. Hay que reafirmar los derechos de las y los trabajadores.
Hay que combatir la idea de los empresarios que asustan diciendo “miren que se van a perder los puestos de trabajo, entonces hay que flexibilizar condiciones de trabajo, hay que dejarse de tanta exigencia”, en realidad lo que quieren es profundizar el proceso de precarización que está existiendo. A lo largo de la historia, por más que estos cambios sean más vertiginosos, se ha demostrado que ha habido reconversión en los puestos de trabajo. En el 1900 el 40% de los trabajadores estadounidenses trabajaban en la agricultura, hoy son el 2%, sin embargo se han creado otros puestos de trabajo. Hoy existe más trabajo que hace 100 años.
—Y además vienen en auge las tercerizaciones…
—Nosotros presentamos un proyecto de ley sobre las tercerizaciones en el Parlamento que apunta a un promover proceso de destercerización de las tareas permanentes dentro de cualquier entidad productiva pública o privada y que esas tareas deben ser realizadas por trabajadores permanentes. Esto nos parece fundamental y es uno de los desafíos centrales que tenemos planteado poder concretar.
¿Se puede decir que es más barato tercerizar que contratar trabajadores en forma directa? Eso no es así, por lo menos hay algunos ejemplos concretos, podría citar el del Palacio Legislativo donde los y las trabajadoras de limpieza en condiciones de precariedad durante muchos años, mejoradas por las últimas administraciones del FA, se ha demostrado con un estudio que incorporándolos al escalafón del Poder Legislativo y aumentándoles el salario en 70%, en algunos casos hasta el 100%, contratándolos en forma directa el Poder Legislativo ahorra plata.
Para nosotros es fundamental realizar un estudio en serio si necesitamos toda esa intermediación de empresas en el Estado, que muchas veces no cumplen con los aspectos básicos de las leyes laborales, de respeto a la organización sindical, de pago del salario. También está en nuestro programa la realización de un registro de las empresas infractoras que contratan con el Estado, que un día generan una situación de no pagarle a los trabajadores de ASSE y al otro día los vemos cumpliendo funciones en otra área del Estado. Y esa es una preocupación que debemos atender como frenteamplistas.
—¿Qué otras propuestas?
—La de concretar la duplicación del presupuesto de vivienda que anuncia el programa del FA que junto con dar respuesta a una necesidad social promueve la creación de muchas fuentes de trabajo directas e indirectas. Este será un compromiso muy fuerte nuestro.
También cuando hablamos del tema trabajo debemos impulsar con mucha fuerza a la Economía Social y Solidaria, que incorpora a las empresas recuperadas, autogestionadas, cooperativas que han sido bombardeadas por la derecha a partir de cosas que se hicieron mal. Lo que se hizo mal no es puesto en la misma medida que cuando las empresas del capital generan situaciones peores. Y no se valorizan los logros.
La Economía Social y Solidaria es una herramienta fundamental para la creación de trabajo, hay que discutir a fondo de qué manera potenciarla seriamente, con un marco institucional adecuado, con un respaldo técnico y también financiero firme como un banco de fomento. Es un aspecto que tiene que estar arriba de la mesa cuando nos proponemos generar trabajo de calidad que es una herramienta fundamental para un proceso de mayor igualdad.
TOMADO DE CHISPA N° 5, AGOSTO/2019