El Foro de Sao Paulo en Venezuela
Publicado el 09/08/19 a las 6:37 am

Por Ángel Guerra Cabrera
I
Venezuela, primera trinchera mundial hoy en la lucha contra el imperialismo estadunidense, las oligarquías y el neoliberalismo, fue sede de la 25 edición del Foro de Sao Paulo (FSP) entre el 25 y el 28 de julio. ¿Qué mejor escenario que la heroica patria de Bolívar y Chávez podían tener los debates de la organización, fundada por Lula da Silva y Fidel Castro, que agrupa a los partidos de izquierda y movimientos populares de nuestra región? Venezuela no sólo es el país al que las fuerzas democráticas y progresistas latinocaribeñas y del mundo entero, están en el deber y la necesidad impostergable de ofrecer la mayor solidaridad posible en su épica lucha contra la agresión imperialista y por el socialismo. Pues del desenlace que ella tenga dependerá en gran medida que la élite estadunidense pueda, o no, salirse con la suya en la redición de la Doctrina Monroe, dirigida a controlar férreamente los gobiernos y recursos naturales de América Latina y el Caribe, a la vez que continúa su insaciable ejecutoria de dominación de naciones y destrucción, no sólo de estados nacionales e identidades, sino de los cada vez más escasos medios de reproducción de la vida en la Tierra.
Venezuela, y tal vez ese sea su mayor mérito, ha devenido también un extraordinario, fecundo y creativo laboratorio de revolución y transformación social, donde hasta los militantes más experimentados de otras tierras pueden encontrar experiencias únicas de las que aprender por su esencia profundamente democrática, solidaria, comunal, de poder auténticamente popular, de revolucionarias experiencias educativas y culturales, de justicia social, de colorida y generosa diversidad, de rumbo antipatriarcal, de salud de masas, de defensa miliciana de sus conquistas.
Si no hubiera conseguido estos formidables logros y la ejemplar unión cívico militar, sería inexplicable que la revolución bolivariana hubiese derrotado hasta hoy cada uno de los embistes de la más cruel, sistemática y prolongada guerra híbrida que se haya desencadenado contra un pueblo. Una guerra que tiende a matar por hambre y enfermedades al pueblo venezolano, a destruir su Estado nacional, desmembrar su sociedad y, a la vez, inocularle, con millonarios recursos de guerra sicológica, el virus de la desesperanza, la desolación, la banalidad y el culto por el extinto american dream. La declaración final del FSP se propone la más estrecha unidad antimperialista como táctica y estrategia de la victoria. Y es que sin unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda no sería posible el irrenunciable objetivo superior de derrotar la feroz ofensiva actual del imperialismo estadunidense y las oligarquías contra el movimiento emancipador desencadenado en 1999, a partir de la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela.
Hemos sufrido derrotas, constató la 25 edición del FSP. Fueron derrocados mediante golpes de Estado los gobiernos progresistas en Honduras, Paraguay y Brasil. En Argentina, una desenfrenada campaña de terror mediático y errores de conducción propios desembocaron en la derrota electoral por estrecho margen del Frente para la Victoria. En Ecuador, la vil traición del candidato electo a la presidencia por Alianza País está llevando al desmantelamiento de las conquistas del correísmo y a uncir al país al carro de guerra imperialista corporizado en el Grupo de Lima y la Alianza del Pacífico. En El Salvador experimentamos otra sensible derrota electoral. Pero Venezuela, Cuba y Nicaragua resisten la más brutal embestida de Washington y además buscan soluciones frente a las odiosas, ilegales y dañinas sanciones. El modelo neoliberal hace agua y ya su magro arsenal de recetas se agotó. Piñera, Macri, Duque, Bolsonaro son detestados por sus pueblos y enfrentan situaciones insuperables. Pero a pesar de eso no es fácil derrotar a los neoliberales en las tres elecciones que vienen en octubre próximo. En el caso de Argentina, Macri recurrirá a la ingeniería electoral, al control mediático y el acoso judicial contra el dúo Fernández-Fernández; lo mismo harán sus adversarios contra la indispensable relección de Evo en Bolivia. También en Uruguay, el Frente Amplio tiene una cita en las urnas y la derecha recurrirá a cualquier truco para derrotar a su fórmula presidencial.
Las organizaciones que forman el FSP han gobernado gran parte de América Latina desde su fundación en 1990 y en varios casos han conseguido logros económicos políticos y sociales inéditos. Surgieron en medio de la desmoralización y las confusiones creadas a raíz de la caída del muro de Berlín, la desintegración de la Unión Soviética, el derrumbe del experimento socialista europeo y la euforia neoliberal. Su travesía arroja un balance muy positivo. Ahora, con el modelo neoliberal en crisis terminal y la experiencia adquirida de las derrotas y de los errores, podemos esperar que el FSP saque el mayor provecho del estado de rebelión que viven los pueblos de nuestra América.
II
Los 700 delegados de todos los continentes a la edición XXV del Foro de Sao Paulo (FSP), celebrada en Caracas, Venezuela, acordaron instituir el 9 de agosto como Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad. Ese día de 1945 Washington lanzó un artefacto nuclear contra Nagasaki, brutal acción -como la de Hiroshima dos días antes- de enorme crueldad, totalmente innecesaria desde el punto de vista militar. Esta propuesta y otras fueron formulada por la Red En Defensa de la Humanidad.
A 74 años de aquel crimen, el lunes 5, el presidente Donald Trump, emitió un decreto ejecutivo, que pretende dar visos de legalidad al bloqueo contra Venezuela, el cual se venía aplicando de hecho, y cuyo objetivo -como en Hiroshima y Nagasaki- es el genocidio en masa contra el pueblo venezolano. La nueva medida hace todavía más difícil para Caracas proteger la alimentación del pueblo mediante la adquisición de los ingredientes de las cajas CLAP; así como el abasto de medicamentos y el mantenimiento de servicios que dependen de piezas de repuesto de fabricación estadounidense.
Venezuela estaba ya de hecho fuera del sistema financiero internacional, lo que ha dificultado enormemente sus pagos aunque disponga de fondos. Ahora Trump refuerza esa carencia, roba los activos venezolanos en Estados Unidos, impide toda relación económica de entidades o personas estadounidenses con Venezuela y amenaza con sancionar a gobiernos, empresas o particulares de terceros países que mantengan relaciones de ese tipo con Caracas. Esto hará que infinidad de bancos y empresas extranjeros se abstengan de realizar operaciones con el Estado sancionado por temor a las millonarias multas que impone Washington, como ya se ha visto en Cuba e Irán.
Mientras, Trump, Bolton, Pompeo y demás bandoleros neofascistas de la Casa Blanca, argumentan cínicamente que el decreto está dirigido “contra el gobierno de Maduro”, no contra la población. Igual, la vendepatria oposición venezolana y el supertítere Guaidó apoyan la medida yanqui y le hacen el juego al imperio al tratar de ocultar los duros padecimientos que impondrá en la nación suramericana. He comprobado, en Cuba y en Venezuela, el daño que hacen a millones de personas los bloqueos, al obstaculizar el desarrollo económico e imponer la insatisfacción de necesidades humanas elementales. Por documentos estadounidenses desclasificados conocemos la deliberada intención de imponer miseria y desesperación con estos eufemísticamente llamados “embargos”.
A propósito, el FSP, que se autodefine como antimperialista y antineoliberal, rechazó enérgicamente el bloqueo a Cuba y la agresión económica imperialista contra Venezuela. En general, condenó “la guerra no convencional que aplica Estados Unidos contra los gobiernos que no se pliegan a sus intereses y órdenes” y rechazó “la Doctrina Monroe y todas las ideas de Estados Unidos acerca de que América Latina y el Caribe es su ´patio trasero´ “. También decidió concertar “en todo espacio que lo permita, acciones que enfrenten el dominio del imperialismo yanqui en América Latina y el Caribe”. El grito “Lula libre” resonó constantemente en Caracas.
Contrariamente a lo que afirma Bolton, la “oficialización” del bloqueo a Venezuela y el que se aplica contra Cuba no lograrán rendir a sus pueblos, cuya alta conciencia patriótica y política despierta admiración y creciente solidaridad en el mundo y sus izquierdas. Si seis décadas de bloqueo no han podido doblar el brazo a Cuba, ¿basado en qué peregrina idea piensa el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca que sí funcionará contra Venezuela y, ahora sí, contra Cuba? Bolton es un desajustado y un incompetente, que está cuidando el puesto ante los crecientes rumores de que va a ser despedido por su jefe. Este, a su vez, casi todo lo hace en busca de la reelección en 2020. La nueva agresión contra Venezuela y otras que planea contra Cuba obedecen principalmente al deseo de congraciarse con la extrema derecha venezolana y cubana en Miami, que le han prometido los votos de ese estado -váyase a saber cómo lo lograrán-, pero le exigen ser más duros contra La Habana y Caracas.
La reunión de Caracas fue cerrada con discursos combativos de los presidentes Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel. Maduro subrayó que el bolivarianismo surgió “como respuesta autóctona de Venezuela a la crisis del modelo de dominación pro imperialista”… y resaltó la importancia de la unidad de la izquierda latinoamericana y caribeña «desde el punto de vista moral, espiritual político. Tenemos que lograr la unión de todas las fuerzas progresistas con un gran proyecto que logre unificar las fuerzas populares”. Díaz-Canel a su turno: Estados Unidos amenaza y calumnia a Cuba y a Venezuela para no reconocer su fracaso en el intento por derrocar la Revolución Bolivariana… Ninguna mejor tribuna que este foro para ratificar que Cuba no renunciará ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela.
Tomado de La Jornada, 1º y 8 de agosto de 2019.