Por una política para la vida
Publicado el 07/05/19 a las 4:04 am
Apuntes sobre los dichos de Gavazzo desde su prisión dorada, el silencio de Manini, la cuestión militar y la reivindicación partidaria.
“No vamos a polemizar con Gavazzo. Él debe polemizar con la Justicia y contar la verdad.”
El diario El País del domingo pasado vino con una entrevista a José Nino Gavazzo desde su cómoda prisión domiciliaria con frente, varias habitaciones, fondo, parrillero y piscina.
La contestación del Partido por la Victoria del Pueblo era ineludible (El País). Carlos Coitiño comentó:
“Lo que dice no es nada nuevo. Por ejemplo, mintió durante años diciendo que nunca había estado en Argentina y que no había participado en la coordinación represiva cuando claramente fue uno de los principales operadores de ladictadura uruguaya en la región.”
Sobre la personalidad de Gavazzo concluyó:
“Mintió siempre, tanto que la credibilidad de lo que dice está absolutamente cuestionada por los trámites judiciales. Acusó a elementos integrantes de las propias Fuerzas Armada, dejó que estuvieran presos y si no aparecían algunos elementos de su declaración al Tribunal de Honor hoy la responsabilidad seguiría siendo de otro.”
Por su parte, Luis Puig aseguró sobre el llamado “segundo vuelo”:
“Ese vuelo fue denunciado y comprobado por quienes han sido comandantes en Jefe de la Fuerza Aérea, como (José Pedro) Malaquín y (Enrique) Bonelli, que reconocieron el primero y segundo vuelos de los cuales ellos fueron copilotos en uno y otro. Reconocieron la existencia de un vuelo entre el 4 y 5 de octubre de 1976 donde se trasladaron presos políticos que habían estado en Automotores Orletti. Además, no se podría entender la presencia de María Claudia de Gelman en Uruguay, y que Macarena naciera acá con su madre en cautiverio.”
Puig esbozó a Gavazzo por sus crímenes probados:
“Gavazzo está procesado por más de 28 homicidios, con dos condenas de 25 años, una por el caso de Adalberto Soba (procesado en 2006) y por el secuestro de María Claudia de Gelman. O sea, tiene condenas superiores a 50 años, hace cuatro que está en su casa disfrutando de las comodidades. No hay en las cárceles uruguayas asesinos en serie de esta catadura.”
De aquí que Puig sostenga con firmeza:
“No vamos a polemizar con Gavazzo. Él debe polemizar con la Justicia y contar la verdad.”
El espíritu de Bolentini y el nuevo Partido del Proceso
El ex comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos Stratta, rostro visible de un nuevo partido militarista manifestó:
“No queremos más hablar del tema Gavazzo y del pasado. Creemos que hay que hablar del presente y del futuro. Cabildo Abierto en ese tema no se expide. No tenemos por qué hablar de temas que pasaron hace 50 años. (…) La gente ya está bastante harta del tema” .
Radio Uruguay
El candidato viene de la Logia o Legión de los Tenientes de Artigas. En su discurso refluyen continuamente los viejos conceptos de la “guerra psicopolítica” contra la izquierda. En el fondo, su prédica tiende a la defensa de los intereses corporativos de la oficialidad de las Fuerzas Armadas independientemente de los intereses del país. Sin embargo, la auténtica barra que lo vocea, pierde fácilmente la compostura de un oficial y se muestra brava con los periodistas. Un auténtico soldado entendería perfectamente de que hablamos.
Manini, luego de su destitución, había acusado al Presidente Vázquez de tener actitudes canallescas, irresponsables y débiles. De esta manera demostró sus dudosos valores cívicos. Según el nuevo Ministro de Defensa José Bayardi, el comandante Manini debió haber sido sancionado mucho antes por el “nivel de protagonismo político” que buscaba. No obstante y a pesar de los gruesos calificativos que tuvo Manini con el Presidente Vázquez, Bayardi consideró que “En mi opinión voy a privilegiar su derecho a ser candidato que el mio a poder sancionar”. ¿Habrá comprendido Manini el talante democrático de esta decisión? Manini podría recordarnos un poco a Néstor Bolentini, aquella figura de la dictadura que quiso fundar el Partido del Proceso y se presentó como Unión Patriótica en las elecciones de 1984 con los líderes más importantes del país proscriptos. La gran diferencia es que esta vez, el nuevo Bolentini se presentará a elecciones gracias a quienes aborrece.
Por todo esto vale la pena reflexionar sobre las razones del silencio del Sr. Manini con la nueva salida pública de José Gavazzo a través de El País, viejo vocero de la dictadura. Los efectos de la impunidad dentro del régimen representativo liberal están a la vista. El ex comandante no ha tenido el valor de hablar del proceso cívico militar. Quizás las contradicciones de Gavazzo y de Jorge «Pajarito» Silveira sean una molestia para quienes montaron la estructura de silencio y de justificación de los crímenes de Estado del pasado reciente. Como sea. No se pueden ocultar los hechos de una política de terror a todas luces censurable y repudiable. Quizás Gavazzo y Manini representen el mismo mal, la misma concepción de muerte pero pertenezcan a distintas generaciones.
En Uruguay no ha existido la voluntad política de acabar con la impunidad.
Entrevistado por Teledoce, Luis Puig explicó la cuestión de fondo que significa la impunidad reafirmando una vieja apuesta al futuro.
“En Uruguay no ha existido la voluntad política de acabar con la impunidad. La impunidad es una construcción de la derecha y los gobiernos de izquierda no han tenido la voluntad suficiente para terminar con la impunidad…
“Hay que plantearse no solo ante el pasado sino también hacia el futuro. Mantener la impunidad implica la posibilidad que se vuelva a repetir…
“Se está trabajando en el tema de la Ley Orgánica Militar. Como PVP no vamos a votar la continuidad de los llamados ‘Tribunales de Honor’ por aspectos obvios. Si para un Tribunal de Honor torturar, matar, asesinar, violar presas indefensas, secuestrar niños y utilizarlos como botín de guerra no lesiona el honor del ejército y esa actitud es amparada por los actuales mandos, creemos que en realidad hay un debe muy grande en cuanto a política militar, en el sentido que siguen alimentando las mismas cosas que hace cuarenta años y eso tiene que ver poco con la democracia.”
Esta entrevista marca la necesaria autocrítica que debe realizar la izquierda frenteamplista respecto a la cuestión militar. Implica también una línea polítca que el PVP ha marcado desde 1984. Estamos lejos de llamarnos a silencio. Son necesarias todas las voces y en particular, las voces de los que ya no están y nos siguen movilizando. De aquí la imprescindible reivindicación de nuestros orígenes y nuestro rumbo.
Por una política para la vida
El Partido por la Victoria del Pueblo fue engendrado en lucha mientras la dictadura cívico-militar azotaba al pueblo uruguayo. Sus integrantes son hijos de este pueblo. Fueron objeto de una persecución implacable del Plan Cóndor. Sus militantes actuales entienden que aquel martirologio los impulsa a nuevos horizontes.
Este origen implicó agregar nuevos elementos a los largos antecedentes obreros, socialistas, críticos y libertarios. Estos conceptos se refieren a la defensa de los Derechos Humanos en el más amplio sentido de la expresión. Por ello, siempre el PVP se definió de un modo humilde. Como un «vector» en lucha contra la dictadura y por un destino mejor, común y compartido. Un vector junto a todos los que intentan la unidad de las trabajadoras, los trabajadores y de todas y cada una de las múltiples expresiones populares y emancipadoras.
Por lo tanto no solamente se ha caracterizado como un “partido con memoria”. Tiene un presente y un futuro de luchas por la democracia en términos sustantivos. No admite la violación ni la flexibilización de los Derechos Humanos por parte de los poderes fácticos del mercado mundial y del Estado Neoliberal. La militancia adquiere sentido táctico y estratégico cuando se realiza por y para la vida de los seres humanos, por y para las fuentes naturales de la vida. Las luchas diarias, cotidianas, buscan la justicia y la ampliación de los derechos comunes de los pueblos.
Seguimos teniendo un mundo nuevo que ganar.