Andrade expresa las ideas de izquierda
Publicado el 02/04/19 a las 8:09 pm

Conforme avanza la campaña electoral se van profundizando los posicionamientos en un panorama político que nos enfrenta a una dura pelea no solo en lo nacional sino que también en toda la región, aquí traemos algunas impresiones de nuestro compañero el diputado Luis Puig, El Espacio 567-PVP-Frente Amplio.
¿Por qué el Espacio 567 resolvió apoyar la precandidatura de Oscar Andrade?
Tenemos coincidencias con Andrade al analizar la situación de Uruguay y la región. Estamos en un escenario donde no están las condiciones de aquel pacto no escrito del progresismo que permitía desarrollar políticas sociales sin tocar el privilegio de los grandes capitales. La baja de los commodities, principales productos que exporta Uruguay, generó una baja en las arcas del Estado. En este contexto definir un programa que profundice políticas de mayor igualdad tiene necesariamente que afectar privilegios de quienes han acumulado capital en todos estos años. Esto no sólo requiere voluntad política, también necesita acumulación para vencer la resistencia de la derecha. En América Latina cada vez que se intenta afectar intereses de los poderos, por más leve que sea, hay una reacción muy importante de los poderes fácticos: Los medios de comunicación, los mandos militares y las representaciones políticas y sociales de la derecha. Poder vencer esas resistencias requiere de la movilización de los actores sociales que históricamente han sido motor del cambio, sindicatos y cooperativistas, pero también debemos incorporar a otros actores que están demostrando capacidad de movilización y de importante cuestionamiento al sistema, como los movimientos feministas, de diversidad y ecologistas, aspecto que ha estado ausente en estos períodos del FA –tal vez porque la prioridad era el trabajo– pero es necesario asegurar la calidad de vida de generaciones futuras.
Andrade plantea fortalecer los vínculos con estos movimientos y al mismo tiempo una opción clara de afectar los intereses de los poderosos para poder llevar adelante la política de transformación del Uruguay, y no sólo plantearse una administración de la situación actual. Esto nos hace afirmar que es el mejor candidato porque expresa ideas de izquierda. El PVP y el Espacio 567, como fuerza política que intenta proyectarse en todo el país, vamos hacia junio respaldando la candidatura de Andrade manteniendo la identidad como Espacio 567.
La derecha también ha salido con sus ideas. ¿Qué derecha estamos viendo?
Hablamos de una derecha restauradora, está pasando en la región, tiene que ver con el retroceso en los años 90, con una concepción fascista, misógena, racista –en Brasil–, por eso decimos restauradora. Es una derecha que quiere volver al neoliberalismo, pero además hoy esas políticas toleran muy pocos gramos de democracia. En Brasil eso es muy claro, las fuerzas armadas en las calles, la militarización de las favelas, el cuestionamiento y estigmatización de los pobres; pero también en Argentina donde se avanza sobre los trabajadores y el pueblo, donde lo que acá llamamos agenda de derechos tiene enormes resistencias, donde se han dado situaciones aberrantes de niñas violadas que las han obligado a parir, significa el avance de las posiciones más oscurantistas. Cuando los trabajadores ocupan una fábrica que va a cerrar, les mandan dar palo, por eso decimos que además de restauradora es antidemocrática.
Lo que surge a primera vista es la necesidad de defender los logros democráticos alcanzados por el FA: La negociación colectiva, avances en el reconocimiento de la diversidad, la decisión de enfrentar al narcotráfico con la regulación del cannabis, los derechos de la mujer, entre otros tantos, y hay que defenderlos a fondo.
¿Cuáles son los apuntes, los aprendizajes, para los/as uruguayos/as mirando a los países vecinos?
Existe la tentación en Uruguay y el mundo de correrse hacia el centro, de limar las aristas más comprometidas con las transformaciones sociales para no asustar al electorado. Hay experiencias que debemos observar en los renunciamientos del Partido de los Trabajadores, en Brasil. Dilma Rousseff ganó con un programa de izquierda, y el mismo día se produce una fuerte presión de los mercados, el sistema financiero y sectores cercanos a la embajada norteamericana para ingresar al gabinete de Dilma. Ahí el PT cede, ese momento es el comienzo del golpe en Brasil. Después hubo un error de análisis de las movilizaciones del 2012 y 2013, el PT no entendió el reclamo popular y eso los alejó de la gente. El problema de los gobiernos progresistas cuando se corren hacia el centro, producto de los ataques de la derecha, es que quedan desprotegidos, desprovistos de calor popular. Le había pasado a Fernando Lugo en Paraguay, le pasó a Dilma con el Impechment y luego el procesamiento de Lula. Debemos sacar aprendizajes con los renunciamientos de la izquierda.