miércoles 15 de enero, 2025

La salud y sus gobiernos

Publicado el 25/06/18 a las 6:30 am


Por Virginia Cardozo

Balance y perspectivas de los progresismos.

Avances sociales, reformas estructurales, cambios culturales. Fin de ciclo, derrotas, parates, fracasos puntuales, continuidades. Se puede caracterizar de muchas maneras la suerte de los progresismos de la región en el siglo XXI. El propio término “progresismo” no tiene una definición unívoca, como tampoco es clara su relación con las izquierdas. Este mes, en Dínamo, nos abocaremos a realizar balances del período que sirvan de base a nuevas concepciones y propuestas de transformación social.

***

Nunca se valora suficiente lo que se tiene hasta que se pierde. Los gobiernos de izquierda y progresistas de la región han logrado muchos avances en derechos para los sectores más vulnerables. Han llevado adelante, en general, una estrategia de conciliación de clases, marcando los límites intrínsecos a estos gobiernos. Los sectores poderosos sólo van a permitir avances en materia de justicia social –como la disminución del desempleo y de la pobreza, o la autonomía económica de las mujeres– mientras esto les permita desarrollar otras estrategias de enriquecimiento. Cuando esto cambie, no van a tener ningún prurito en morder la mano que les dio de comer. Porque hay que decirlo: el progresismo llenó de guiso los platos de los más pobres, pero también de caviar los de los más ricos.

Pero ellos no pierden nunca su reflejo de clase, así que apenas cambia el clima económico y ya no es redituable un crecimiento con justicia social, inmediatamente sueltan la mano a estos gobiernos. Dejamos ingresar el caballo de Troya. En los países de la región podemos ver que la derecha emerge para recuperar el gobierno desde las entrañas mismas del gobierno progresista. Un claro ejemplo lo podemos ver en Brasil con Michel Temer; la misma derecha a la que desde la izquierda le fuimos concediendo lugar es la que consolidó el golpe de Estado contra Dilma Rousseff.

Nuestros gobiernos han hecho avances, pero necesitamos reformas estructurales que consoliden otro modelo de país que sea sostenible en el tiempo. Los retrocesos que los gobiernos de la derecha han representado en cuanto a los derechos de los más vulnerables son la muestra más clara de esto. La salud es un ejemplo. Todos los gobiernos de izquierda o progresistas han implicado, en mayor o menor medida, mayor equidad en el acceso a la salud, y la restauración conservadora ha significado un retroceso en estos avances.

En Uruguay, la reforma de la salud ha sido importante; la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), entre otros avances, ha permitido la disminución de la mortalidad infantil a cifras históricas. En Brasil, las medidas llevadas adelante por el gobierno del Partido de los Trabaja- dores –que al igual que en Uruguay apostaban a fortalecer el primer nivel de atención y a garantizar el acceso igualitario a la salud– llevaron a que la disminución de la mortalidad infantil pasara de 30,1 por 1.000 nacidos vivos en el año 2000 a 14,3 cada 1.000 nacidos vivos en 2015. En 2016, debido a los retrocesos del gobierno de Temer, la mortalidad infantil por primera vez revirtió esta tendencia y aumentó a 14,9 por 1.000 nacidos vivos. Los recortes en las políticas sociales, el techo al gasto público y la reducción de la Bolsa Familia son algunas de las causas de este aumento. Los recortes presupuestales al Programa de Salud de la Familia, dirigido a una estrategia de atención primaria de salud (APS), y el congelamiento de inversiones públicas por 20 años en el área de la salud, aprobado en 2016, seguramente colaborarán en la persistencia de este impacto negativo, con mayor efecto en los territorios con mayor pobreza. La pobreza extrema aumentó 11% entre 2016 y 2017 en Brasil; esto lleva a que los niños y niñas tengan mayor riesgo de muerte por diarreas, desnutrición e infecciones respiratorias.

Por otro lado, en el hermano país de Argentina la restauración de la lógica neoliberal en la salud con el gobierno de Mauricio Macri tuvo también impactos negativos. Otra vez la estrategia fue debilitar y recortar los recursos de los equipos de salud a nivel territorial, atacando el primer nivel de atención. El gobierno de Argentina avanza hacia la creación de la Cobertura Única de Salud (CUS), que es parte de una estrategia arcaica, criticada y revisada, de atención a la salud, que entiende que se debe brindar una canasta de prestaciones médicas básicas a los más pobres. Esto implica que los que no acceden a las obras sociales o a la medicina prepaga por estar desempleados tendrán limitado su acceso a la salud a algunas prestaciones definidas por el gobierno y no a toda la atención a la salud que puedan necesitar a lo largo de su vida. Lo que quede por fuera de esta “canasta” deberá pagarse. Este proceso de reforma va en contra del acceso equitativo a la salud. Este modelo retoma temas ya conocidos y superados en Uruguay, como el que solíamos llamar “carné de pobre”, ya que para atenderse los beneficiarios de la CUS tendrán un carné de identificación. Una atención en salud limitada, fragmentada, lejos de la necesaria atención integral, una salud pobre para pobres.

En Uruguay, la creación del SNIS, con el cambio de modelo de financiamiento, permite el acceso a la atención a la salud de forma integral a todas las personas del país. El cambio de modelo de atención que lidera la Administración de los Servicios de Salud del Estado se basa en la APS con un fuerte primer nivel de atención de modo de garantizar la atención integral de las personas a lo largo de toda su vida. Un modelo de atención a la salud con equidad y atención de calidad para todos y todas, que aún tiene debes y que debe tener un presupuesto adecuado para continuar los avances, algo que los primeros anuncios del Poder Ejecutivo sobre la Rendición de Cuentas en estos días nos muestra que está lejos de ocurrir.

Esta es claramente una etapa difícil para nuestros países, que precisan que el malestar y el descontento se transforme en movilización popular, gobierne quien gobierne. Nuestro gobierno debe entender que la estrategia de conciliación de clase ya tocó su límite, que los sectores poderosos ya recurrieron a su reflejo de clase apostando a derribar al gobierno progresista, y el movimiento en el ámbito rural pidiendo un ajuste de la inversión pública es un claro reflejo de esto.

Solamente profundizar los cambios y reafirmar nuestra alianza con los sectores populares hará sostenible al frenteamplismo en el gobierno. Esto implica un cambio en las reglas de juego, apostando a que los más ricos hagan los aportes necesarios para profundizar en la inversión social. La sociedad organizada en su forma más amplia debe entender que tensionar el gobierno hacia la izquierda es necesario para la propia supervivencia de un proyecto progresista, y que la inercia hacia la derecha será su fin. Debemos entender que el gobierno no está en disputa; la verdadera disputa sólo la puede dar la movilización popular reclamando que el Frente Amplio sea fiel a su alianza histórica con los sectores populares.

Virginia Cardozo integra el Secretariado Ejecutivo del Partido por la Victoria del Pueblo y es senadora suplente del Frente Amplio.

TOMADO DE https://salud.ladiaria.com.uy/articulo/2018/6/la-salud-y-sus-gobiernos/

3 Comentarios para “La salud y sus gobiernos”

  1. Dante Fulco

    Jun 26th, 2018

    El «Progresismo «tiene como objetivo característica fundamental, la pretensión de gestionar el capitalismo en su etapa neoliberal, intentando mitigar sus efectos mas perversos. Entré sus concepciones esta una lectura lineal del desarrollo y del progreso ,omitiendo de exprofeso que una de las características fundamentales del capitalismo es el desarrollo desigual y combinado expresado en la división internacional del trabajo, así como en las distintas lógicas del modo de producción capitalista en las formaciones socio-económicas especificas. No reconocer las sustantivas diferencias de las experiencias de los auto denominados gobiernos «Progresistas, Uruguay ,Brasil,Argentina,de los gobiernos populares como Bolivia, Venezuela y Ecuador con un perfil mas anticapitalista que procuran la creación de espacios contra hegemónicos orientados a disputarle el poder al capital. Soslaya la autocritica al no visualizar las importantes diferencias programáticas y estratégicas. Reitero gestionar el capital o cuestionarlo en sus fundamentos, nadie niega los avances producidos en los gobiernos del FA pero ellos no apuntan crear las condiciones subjetivas y políticas para una transformación social radical, sobre todo porque no han sido acompañadas por acciones que apunten al poder popular. Otro elemento que distingue al discurso «progresista» es su consistente aceptación acrítica de la globalización, sin reconocer ni decir que esta es, en realidad la generalización a escala planetaria de la relaciones mercantiles. Como lo afirma correctamente Daniel Bensaid «:Antes que armonizar un mundo en el que los últimos se acercarían a los primeros, esta universalización mutilada ahonda en nuevas desigualdades, en nuevas divisiones……..El vertiginoso desarrollo de la ciencia y la técnica nos abre inéditos caminos de emancipación ,pero el imperativo del lucro y de la rentabilidad trasmuta de inmediato ese potencial en nuevas servidumbres, en insospechadas miserias físicas y morales» Cabe reiterar que el progresismo se sitúa conscientemente en el reconocimiento del potencial emancipatorio de la ciencia y la tecnología, ocultando o ignorando el marco histórica y de clase en donde se manifiesta. Una izquierda que se denomine marxista nunca hablara de conciliación de clases, puede procurar en ciertas circunstancias históricas establecer alianzas, pero no abandonar la centralidad de la lucha de clases, como una centralidad de las contradicciones del capitalismo. Creó honestamente que los compañeros del Partido han acompañado en ciertos momentos acríticamente la aplicación de las medidas neoliberales del los gobiernos frenteamplistas, lo que a impedido al mismo transformarse en una referencia clara de la exigencia del giro a la izquierda para determinados sectores del Frente claramente desconformes con el curso actual del mismo. Al mismo tiempo tal actitud nos separa del sector obrero y de las masas asalariadas que demandan un cambio radical. Cuestiono la noción de progreso en clave capitalista y defiendo la concepción de progreso realmente humano, que propicie la realización de cada individuo sin formas alienantes de dominación y explotación. Un revolucionario es un subversivo cultural y el progresismo carece de dicha cualidad fundamental. Un saludo fraterno. SOCISALISMO O BARBARIE. Arriba los que luchan por la victoria del Pueblo.

    • Angel

      Jun 27th, 2018

      Bienvenido el aporte. Tenemos preocupaciones similares. Las contradicciones de las formaciones sociales periféricas y las vicisitudes del ciclo económico mundial atraviesan particularmente a los gobiernos «progresistas», «nacional-populares» o de «centro-izquierda». También a los sindicatos, al cooperativismo y a las asociaciones territoriales. El proceso de conformación política ha tendido a subsumir las diversas experiencias de lucha. Sin embargo, las políticas de conciliación encuentran sus propios límites en las contradicciones de la estructuración capitalista. Al respecto puedes releer el artículo que comentas o el balance del Congreso del PIT-CNT en el último número del boletín del Frente León Duarte. Observa la correlación interna en el Frente Amplio. Por ejemplo, las posisiciones de los distintos grupos ante la firma de nuevos TLC, la política exterior, las nuevas leyes obreras, las políticas de salud… Están a la vista las posiciones que el PVP sostiene en los distintos ámbitos populares. También nuestros análisis de los nuevos movimientos de la derecha latinoamericana. Si algo nos ha caracterizado históricamente ha sido la crítica y la autocrítica. Comprendemos la importancia estratégica del momento a escala mundial. Por eso seguimos sumando nuevas prácticas de lucha a la memoria y a las experiencias populares acumuladas. ¿Conciliación en una sociedad antagónica? Aquí y ahora, atacamos el problema de raíz, desde nuestra propia realidad, tal como reflexionaba el «joven» Karl en 1844.

  2. Dente FULCO

    Jun 28th, 2018

    Estimado Angel saludo con entusiasmo el dialogo y tu respuesta, referencia yo rechazo rotundamente cualquier tipo de conciliación de clase, mi mirada se sustenta en la actualidad de la revolución como horizonte estratégico y como contenido imprescindible de las acciones tácticas .Soy plenamente consciente de la correlación de fuerzas al interior del Frente, especialmente en el ámbito dimensional de la coalición, pero me pregunto si no es pertinente generar una explicita lucha político-ideológica al interior del misma ,de cara a la sociedad, contra las expresiones que plantean abiertamente como el único espacio posible administrar el capital. Si reconocemos el carácter policlasista del FA,una consecuencia lógica es admitir la necesidad de la lucha ideológica en su seno, batalla que tiene que ser publica en su sentido mas amplio posible. Esto tiene que ver como las corrientes hegemónicas del Frente, se mueven en las lógicas del gobierno o la conservadora «gobernanza» y excluyen la cotidianidad de la lucha por el poder. Las clases subalternas pueden arribar a la categoría de clases dominantes, en tanto construcción de cierto tipo de dirección cultural y moral en la sociedad. Desplazando en algún momento a la clase dominante del poder estatal. El FA y el «Progresismo «no se muestran orientados a constituirse en portadores del nuevo poder, una de las causas fundamentales de su notorio desgaste se encuentra en dicho razonamiento, o para decirlo de otra manera en el perverso aceleracionismo que pretende ilusamente generar las condiciones para un capitalismo «maduro «no entendiendo o ocultando que la madurez de el capitalismo en nuestro país se da en relación directa a nuestra situación de dependencia dentro del sistema-mundo capitalista ,hago referencia en la ausencia completa de políticas tendientes ha reducir paulatinamente las condiciones de reproducción del capital, sus formas de vida se este demasiado lejos de una sociedad, no capitalista. Si recamamos el giro a la izquierda somos responsables de proponer los contenidos programáticos y políticos de ese giro. Soy profundamente consciente que la distancia no me permite ver con claridad ciertas especificidades de la problemática en cuestión, pero mis planteamientos se orientan a discutir la raíz del problema, dado que esta radicalidad es necesariamente condición necesaria de nuestra praxis política. Un abrazo fraterno. SOCIALISMO O BARBARIE

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