Es hora y es ahora: Universidad de la Educación Pública / Revista Compañero 5
Publicado el 09/08/17 a las 6:04 pm
Por Rosana Cortazzo
En víspera de la realización del tercer Congreso de la Educación, es relevante revisar lo que los congresos anteriores señalaron en relación con la creación de una Universidad de Educación, autónoma, cogobernada y pública.
En el debate del Congreso Nacional de Educación “Julio Castro”, casi todos los actores expresaron que la formación docente debía tener “carácter universitario”, pero las discrepancias emergieron al querer delimitar el alcance de esa expresión. Para algunos formar educadores significa formar profesionales, cuestión que es posible en una Universidad, para otros se debía mantener el sistema de institutos de formación docente, facultando a los mismos de mayor autonomía y cogobierno, propiciando el desarrollo de las tres funciones básicas: enseñanza, investigación y extensión.
Dentro de quienes argumentaron a favor de la creación de una Universidad Nacional Autónoma de Educación, se encuentra la Asamblea Técnico Docente (ATD) de Formación Docente, una voz pequeña en ese congreso. Sin duda, el no poder aunar las perspectivas, evidenció que aún no era la hora de la Universidad de la Educación.
Con el devenir de un sin número de acontecimientos en el quehacer de las políticas educativas, donde se destaca la Ley General de Educación n.º 18.437 aprobada en el año 2008, se establece la creación del Instituto Universitario de Educación (IUDE), un camino que quiso conformar a tirios y troyanos.
A los educadores, no nos conformó y en el segundo Congreso de Educación “Reina Reyes” se aprueba por mayoría, que la formación de los profesionales de la educación debe darse en una estructura universitaria, autónoma y cogobernada. Se reivindica el cogobierno desde los centros y a nivel nacional, así como las asambleas por orden tanto a nivel de centro como nacional.
Si bien este congreso no tuvo las repercusiones del primero, en el se expresa:
A la fecha se encuentran a consideración en el Parlamento tres Proyectos de ley para la creación de la Universidad de la Educación. Como se puede ver, en el presente existen propuestas de ir a más allá de la formación docente y de profesionales de la educación (que es más amplia que la primera): que se convierta en universitaria… En la actualidad se requiere una formación inicial (grado) que combine la experiencia previa con una tradición diferente, donde los docentes que forman a los futuros profesionales de la educación deben realizar tareas de investigación y de extensión como parte de su función profesional (Informe final del Congreso Nacional de Educación “Maestra Reina Reyes”, 2014, p. 53).
Ahora la voz es más fuerte, los sindicatos de la enseñanza y los gremios de estudiantes de formación docente se suman. Ahora bien, frente a tres proyectos de ley de creación de la Universidad de Educación en 2013, ¿qué hizo que nuevamente no fuera la hora de concretarlo?
Este recorrido, da cuenta que en los últimos diez años de forma persistente el tema está en la agenda pública. A pesar de ello siguen algunos actores cuestionando su creación, de ahí que una vez más se hace necesario reforzar los argumentos.
La complejidad creciente de las sociedades sin duda genera que se vuelva cada vez más complejo el campo de la educación. La multidimensionalidad de aspectos que abarca la educación en los procesos de transformación constante de la sociedad, demanda e interpela a la formación de los educadores. Las nuevas realidades y necesidades educativas nos convocan a formar profesionales que puedan actuar en diferentes ámbitos sociales, culturales y económicos. Requerimos de educadores que no sean ni indiferentes ni neutrales, una formación que puede estar pensada no para una función, sino para múltiples funciones y contextos y que tenga como finalidad la búsqueda de los mayores niveles académicos y científicos. Una Universidad de la Educación que entrame, sin fracturas, la tradición de formación de maestros y profesores, con la formación de educadores que transitarán por una multiplicidad de escenarios. Una formación que nos coloque en situación de revisar constantemente la cultura, la enseñanza y la investigación, tanto en los niveles de grado como de posgrado.
En el Uruguay de hoy, es buena cosa recordar que la formación pos-título de grado en el campo educativo está prácticamente restringida al ámbito de las Universidades privadas. En el ámbito público, léase la Universidad de la República, no tiene un desarrollo que se adecue ni cercanamente a las demandas ni a las necesidades de los educadores.
Sin desmedro de lo anterior, no podemos desconocer que la educación y, en particular, la educación terciaria y universitaria están inmersas en los actuales procesos de globalización. Ello nos coloca ante un escenario difícil donde es necesario un fuerte compromiso participativo de todos sus actores, docentes, estudiantes y egresados, que den el debate y promuevan la toma de decisiones que permitan cambiar lo que consideremos necesario y defender la permanencia de nuestras más caras tradiciones como cuestión de soberanía nacional.
Volvamos al escenario político, llegó la hora que el Frente Amplio se posicione con fuerza en el mismo. Si bien desde setiembre de 2016, diferentes actores políticos del FA hablan del tema, las acciones que acompañan a la decisión política deben ser efectivas. Aquí las responsabilidades son múltiples, desde los actores que gobiernan, así como desde la fuerza política que debería velar por el cumplimiento de su programa de gobierno. Es buena cosa recordarnos lo que expresan las bases programáticas para el tercer gobierno, donde en el capítulo referido a educación se señala dentro de los principales logros y los desafíos que deberá enfrentar un futuro gobierno del Frente Amplio:
Creación de la UTEC y trabajo hacia la UNED. Se crearon nuevas instituciones de enseñanza terciaria pública, teniendo en cuenta las tareas en esa dirección previstas en la Ley de Educación. Se creó la Universidad Tecnológica (UTEC) y se trabaja para crear la Universidad Nacional de Educación (UNED). (Bases programáticas tercer gobierno nacional del Frente Amplio 2014-2020, p. 69).
Es hora de tomar recaudo de lo ocurrido en 2014, la voz de las organizaciones sociales debe estar presente en la propuesta, para que se consagre una ley asequible que garantice efectivamente la autonomía.
Es hora, no solo porque la excelencia en la formación de educadores requiere de una Universidad de Educación autónoma, sino porque a su vez el que emerjan nuevas instituciones con estas características es potencialmente un aspecto pujante de mejora de la educación pública.
Es ahora la hora, la Universidad de Educación debe concretarse.
Bibliografía
Comisión Organizadora del Debate Educativo (2007). Informe final del debate nacional sobre la educación. Montevideo, Uruguay.
Consejo Directivo Central (2006). XIII Asamblea Nacional ordinaria de docentes de Formación y Perfeccionamiento Docente “Por una formación docente autónoma y participativa”. En < http://www.cfe.edu.uy/images/stories/pdfs/actas_atd/XIII_atd.pdf>.
Frente Amplio (2014). Bases programáticas tercer gobierno nacional del Frente Amplio 2014-2020. En <http://frenteamplio.uy/index.php/nuestra-voz/programa-de-gobierno-2015-2019>.
Ministerio de Educación y Cultura (2014). Informe final del Congreso Nacional de Educación “Mtra. Reina Reyes”. En <http://www.mec.gub.uy/innovaportal/file/63856/1/ii_congreso_nacional_de_educacion.pdf
Rosana Cortazzo es profesora de química, presidente de la Asamblea Técnico Docente (ATD) de formación docente, participó en la Unidad temática de educación en vistas a los congresos programáticos del Frente Amplio e integra el PVP.