42 aniversario del PVP: El futuro es lucha y compromiso
Publicado el 29/07/17 a las 6:51 pm
El viernes 29 celebramos el 42 aniversario del PVP. Compartimos las palabras de Raúl Olivera, algunas imágenes y algunos ecos de una actividad que salió redonda. Gracias a quienes nos acompañaron en la renovación de los compromiso comunes de lucha.
Queridos compañeros.
Empezar una intervención realizando aclaraciones previas, no está entre las mejores y recomendadas practicas de la dialéctica discursiva. Aún así, permítanme una que es sustancial para lo que modestamente pretendemos aportar esta noche en que recordamos y homenajeamos a un puñado de compañeros que llevamos en las entrañas, en lo mejor de nuestra historia.
Comencé diciendo “queridos compañeros”, y no fue para usar una formula convencional. Estamos convencidos de que cuando se esta luchando por un mundo mejor, por la libertad y el socialismo no es posible, otorgarle el titulo de compañeros a quienes no son merecedores de ser también queribles. De ahí que nuestro esfuerzo de hoy, el de ayer y el que aspiramos que sea el de quienes nos sobrevivan, es tratar de ser compañeros queribles, respetables, ejemplares, dignos de imitar.
La política y los instrumentos con los que se hace una autentica política de izquierda, no son como algunas empresas que por razones de mercado se les puede cambia de un día para el otro de firma y menos de su rubro de actividad. En este sentido, somos herederos, sucesores de la FAU, de la ROE, de la OPR 33 y del gigantesco esfuerzo de militantes libertarios y de otras corrientes como el FER, que dieron origen a este partido que somos hoy. Nuestro rubro de actividad, nuestros desvelos siguen siendo los mismos: la libertad y el socialismo. A la historia nuestra no la pasamos por el cernidor para quedarnos con lo que nos resulte mas políticamente correcto.
Con esta actividad y con la de todos los días, una organización revolucionaria realiza un necesario ejercicio público de la memoria. No es el único. Hay otro ejercicio de la memoria que es íntimo, resistente y que como tal se sustrae necesariamente de la mirada pública. Ninguna de las dos debe ser vivida y practicada como una suerte de striptease político, sino como un ejercicio para librarnos de las confortables y tentadoras vestimentas de la soberbia y ponernos el pesado ropaje de ser auténticos, modestos tejedores de un mundo nuevo que solo será posible construir si tenemos el propósito de intentar ser hombres y mujeres nuevos.
Una práctica de la memoria es bueno que tenga el atributo de ser resistente. Y para serlo no alcanza con que la adornemos con ese adjetivo, ese atributo.
Lo que hace a que la memoria sea un acto de resistencia, es si ella tiene la capacidad de poner en cuestionamiento y minar las relaciones de poder ideológico existentes, y darnos elementos, valores para resistir a las influencias de ellas en todas nuestras conductas. No es nuestro pasado el que va a darnos las respuestas a los desafíos de hoy, pero si nos da algo muy importante: el lugar desde donde pensarlos.
Tengamos muy claro compañeros queridos, que el hacer política no es mirarse en un espejo que solo nos muestra nuestra propia imagen.
Hugo Cores solía citar algo del cuento de Alicia en el país de las maravillas. Decía que debíamos tener un espejo para mirarnos y para que él nos recuerde quienes somos, de donde venimos y a donde vamos.
Sin duda en ese espejo se miraron Maria Emilia, Jorge Zaffaroni, Gustavo Inzaurralde, Washington Cram, Cecilia Trias, Elena Quinteros y muchos otros que dieron su vida por la libertad y el socialismo.
Otros compañeros se refirieron a la relación entre la trayectoria militante de estos compañeros y su tiempo. Es decir, las distintas etapas históricas en que trascurrieron sus vidas y sus múltiples facetas de militantes y educadores, y de su organicidad en las vertientes políticas que confluyeron en la formación del Partido por la Victoria del Pueblo.
Permítanme complementar eso, reafirmando que para nosotros, rescatar la memoria de nuestros compañeros, nos produce algo intransferible: la profundidad del dolor por sus ausencias física. Por ello estas reflexiones son algo más que un inofensivo e incontaminado ejercicio puramente intelectual. Nace de nuestra necesidad de superar las perplejidades políticas de estos tiempos, de nuestros transitorios desalientos y la necesidad de continuar luchando por las utopías.
El desafío para quienes pretendemos desarrollar una acción de política transformadora de la realidad, es tener en cuenta su historia, la que los compañeros en estos 42 años construyeron levantando las banderas del socialismo, la libertad, la verdad y la justicia.
Es desde allí, desde esa historia que nos interpela que debemos pensar y resolver desde su contingencia y su singularidad, las dilemas actuales.
El 26 de julio, se cumplieron 42 años de la fundación de la organización política a la que Jorge, Maria Emilia, Gustavo Elena y muchos otros entregaron sus mejores esfuerzos. En aquel 26 de julio de hace 42 años, culminaba un esfuerzo político importante de un grupo de gente, que lejos del país, de sus familias, con decenas de sus compañeros en las cárceles. Se trataba de un esfuerzo pensando para derrotar a una dictadura. Ese grupo de entrañables compañeros, que podían tener influencias ideológicas matizadas, tenían un capital humano indispensable: la solidaridad personal. Pero no eran héroes, ni superhombres, eran algo más que eso: personas, seres humanos con valores.
Quienes vivimos otra realidad en las cárceles de la dictadura, muchas veces nos preguntamos tratamos de encontrar una explicación de las razones políticas para que en las condiciones extremas que se vivían en la Argentina en 1976, la inmensa mayoría de los militantes del PVP permanecieron en la Argentina hasta su exterminio. Puede haber otras motivaciones que seguramente nunca lograremos desentrañar plenamente. Sin embargo hay una que si sabemos: siguieron allí en ese Buenos Aires terreno de operaciones de la coordinación represiva porque estaban animados por el impulso emocional de los compañeros torturados y asesinados y porque en ese contexto muy cargado emocionalmente fue más fuerte la perentoriedad de continuar la lucha desde allí.
Por eso recordar hoy esa fecha, implica para nosotros siempre recordar a los compañeros que no están y también reafirmar algunas cosas, entre ellas que los Gavazzo, los Corderos, los Silveira de la patota criminal de la dictadura, creyeron que eliminándolos físicamente, instalaba en aquellos momentos y los del futuro, el miedo y la derrota.
Tener entre nosotros a Mariana, tener a Simón, a Anatole, a Victoria son signos de que no nos derrotaron. Tener presos a algunos criminales de la patota criminal, es otra dimensión de que no nos derrotaron. Saber que la lucha continua es el mejor homenaje a nuestra historia porque le da un sentido a nuestro presente y nos proyecta hacia el futuro.
Haber contribuido en forma destacada para que fracasara la operación de no revisar el pasado de dar vuelta la pagina, el querer seguir mirando el pasado, para ver el presente y poder pensar el futuro de victoria, es otra dimensión de que no nos derrotaron.
Esas son las banderas que seguimos levantando con dignidad, con argumentos, aún en estos tiempos en los que el progresismo no ha logrado entender la importancia de las luchas contra la impunidad para la salud democrática del Uruguay.
Antes de finalizar esta modesta forma de rendir tributo a aquella generación que bajo la consigna de Arriba los que luchan y los colores rojo y negro, dieron vida y sentido a las luchas callejeras obreras y estudiantiles de los años 60 y 70, quiero incorporar a lo que fue el santo y seña de una época una, ultima reflexión.
Al fragor de aquellas luchas se templaron y se forjaron en un compromiso, sin límites, una generación de obreros y estudiantes en la que se aprendió que no era solo la lucha lo que importaba, sino, aquello que la hace posible, aquello que nos lleva a sentir y vivir la necesidad de luchar por algo y tener la organización adecuada para hacerlo. Por eso es importante seguir bregando hasta la victoria, una victoria que nunca será definitiva porque la vida siempre sigue siendo lucha y amansarse es morir.
Esperando que como reclamaba Gerardo, tengamos suficientes brujas para convocar al aquelarre: Arriba los que luchan por construir ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones.
ECOS DE PRENSA
http://www.carasycaretas.com.uy/partido-la-victoria-del-pueblo-celebra-los-42-anos-fudacion/