Economía: la opción por el ajuste
Publicado el 13/02/17 a las 3:50 pm
El «Informe de SERPAJ 2016» incluye un ensayo de Jorge Notaro con el título de esta entrada que merece una lectura atenta. Aquí nos limitamos a reproducir las Conclusiones. Sin embargo, la lectura completa resulta ineludible ya que a partir de las determinaciones estructurales, las condiciones, la caracterización de la política económica, sus resultados y la acción de los agentes económicos, el autor aborda las respuestas populares y la evolución de las luchas de clase en la coyuntura. Más abajo dejamos los vínculos en dónde encontrar el ensayo completo.
Por Jorge Notaro
La contención de los aumentos de salarios y del gasto público fueron acompañados por aumentos en los ingresos del capital, como lo indican la recaudación sobre los mismos, del pago de intereses de deuda externa y de utilidades de IED, a lo que se agrega el aumento de los depósitos de residentes en el exterior.
La convergencia de las condiciones internacionales, la política macroeconómica y de promoción de inversiones, el respaldo del FMI y de las calificadoras de riesgo, lograron un importante crecimiento de la IED para exportar productos de la explotación de los recursos naturales del país, promoviendo el aumento de la concentración y la extranjerización del capital. Es un crecimiento dependiente que implica el aumento de la producción necesaria en los países dominantes, limita la capacidad de acumulación y el cambio en la matriz productiva consolidando la estructura primario – exportadora, e implica una creciente pérdida de autonomía sobre áreas de la actividad económica.
El aumento de la demanda de China y de los precios internacionales, en particular de soja y celulosa, contribuyeron al aumento de las exportaciones primarias y a acelerar el ritmo de crecimiento. Se repite con China una forma de dependencia como la que se apreció con Inglaterra durante las primeras décadas del siglo XX, con un crecimiento promovido por una demanda de productos primarios y la venta de productos industriales.
La abundante oferta de fondos a bajas tasas permitió captar un importante flujo de capital, reperfilar la deuda externa y aumentar la inversión; los mercados financieros internacionales evidencian que hay más recursos disponibles que oportunidades de inversión y el capital se dirige a explotar recursos naturales así como a comprar valores públicos de los gobiernos con buena calificación. Cada IED implica que esa porción de la actividad económica pasa a integrar la estrategia de una empresa transnacional, debilita el poder del Estado, limita el ámbito de acción de la política económica y en el mediano plazo la repatriación del capital y de las utilidades generará un efecto negativo en la balanza de pagos. La crisis internacional provocó un enlentecimiento durante un par de años del crecimiento de la IED, del PIB y del número de personas trabajando, sin que la economía entrara en recesión.
En torno a las actividades en expansión surgieron nuevas alianzas en un complejo agro exportador que articula a las principales transnacionales comerciales, a los dueños de la tierra, a las empresas transnacionales que ejecutan la IED y al capital bancario que participa financiando las distintas etapas del proceso. En torno al capital se desarrolló una lumpen burguesía de consultores, asesores, corredores de bolsa, directivos y gerentes, que por su función logró altos ingresos y con sus apariciones en los medios contribuyó a justificar la situación.
La aceleración de la inflación y el aumento del déficit fiscal, resultados muy diferentes de los objetivos perseguidos desde 2005, permiten concluir que la política macroeconómica fracasó. La inflación supera el doble de la meta acordada con el FMI en 2005 a lo que se suma una valoración equivocada ya que el aumento de los precios por encima de las metas no impidió el aumento del PIB, la inversión, el número de personas ocupadas y el salario real.
En el plano social, la mejora en las condiciones materiales de vida de los sectores populares no aumentó la inclusión social y la tercera parte de la población tenía alguna necesidad básica insatisfecha. La inclusión social no se logró con la mejora de las condiciones materiales de vida y la construcción de poder popular no se logró aumentado el consumo. La exclusión tiene una dimensión territorial, la pobreza se concentra en algunos barrios y una dimensión educativa, los problemas de la educación no empiezan ni terminan en el aula, están condicionados por el contexto social y se manifiestan en la deserción. Las condiciones materiales de vida de los excluidos por el capitalismo generan una cultura con valores diferentes que reacciona con la violencia contra la sociedad excluyente, su conciencia, la subjetividad, la forma de sentir, la forma de ver el mundo. La combinación con los valores de la clase dominante como el individualismo, el egoísmo, el consumismo, llevan por un camino sin salida. Hay un triángulo de las Bermudas en el que naufragan las políticas sociales, que tiene como vértices la exclusión social, la violencia de los excluidos y el aumento de la represión.
Presentadas las conclusiones que comprenden todo el período es posible analizar los cambios que comenzaron en 2015. La política económica siempre admite opciones, no hay una sola forma de resolver los problemas con medidas de los gobiernos. Las distintas medidas afectan positiva o negativamente a los distintos grupos sociales de modo que la elección entre unas y otras no es técnica, es el resultado de valores y de ideologías, son decisiones políticas. En esta coyuntura era posible priorizar el nivel de actividad y de empleo adoptando medidas anticíclicas o por el contrario, priorizar la reducción del déficit fiscal y la inflación con una política de ajuste. Se optó por esta segunda.
Los indicadores que permiten afirmar que se está aplicando una política de ajuste son la contracción de la demanda interna con un consumo privado estable y profunda caída de la inversión pública, la utilización de la tarifas para aumentar los ingresos públicos, los salarios reales casi congelados, la pérdida de capacidad de compra de las pasividades, la reducción del número de personas trabajando y la estabilización del número de personas pobres. Simultáneamente aumentaron los ingresos del capital local y extranjero en forma de intereses de deuda y utilidades; también aumentaron los depósitos bancarios de residentes en el exterior. Los objetivos declarados, la reducción de la inflación y del déficit, fiscal no se alcanzaron, la inflación aumentó y el déficit se mantuvo alto.
En un contexto de caída de la demanda externa la política no se propuso compensarla con un aumento de la demanda interna, que se podría lograr con mayores impuestos al capital y sus ingresos, aumentos de salarios y de la inversión pública. Los lineamientos salariales propuestos por el Poder Ejecutivo suponen una relación directa entre los aumentos de salarios, la aceleración de la inflación y la pérdida de puestos de trabajo, lo que no está comprobado por la experiencia del país. Por el contrario, la información disponible muestra que salarios reales y el empleo aumentan simultáneamente cuando aumenta el PIB y por lo tanto las medidas con este objetivo serían las adecuadas; desde 1985 a 1998 aumentaron el número de ocupados y el salario real, cayeron ambos entre 1999 y 2003, desde 2005 aumentaron simultáneamente el número de trabajadores asalariados y el salario real. Por otra parte, no se adoptó una política activa de empleo que contribuya al objetivo declarado como prioritario.
Las reivindicaciones del movimiento sindical cambiaron del aumento del salario real al mantenimiento del mismo, aceptando la desindexación y proponiendo sin éxito el correctivo anual. La Universidad de la República que en el presupuesto aprobado en 2015 logró el 30% de los recursos solicitados, en 2016 se movilizó para impedir que los recursos asignados fueran recortados.
La lucha popular durante 2015 y 2016 no pudo derrotar las propuestas de las clases dominantes en la política fiscal y en la política salarial, obliga a una reflexión y a plantear interrogantes ¿la acumulación de fuerzas del movimiento sindical es insuficiente para derrotar la presión de las clases dominantes sobre el gobierno? ¿se cometieron errores? ¿que debería cambiar en la movilización y las medidas de lucha para lograr mejores resultados? La lucha por el aumento del gasto en educación ¿requiere una mayor participación de los docentes, de los estudiantes y de los padres? En salud ¿de las familias asistidas en ASSE y el Hospital de Clínicas? Las medidas ¿deberían tomarse en acuerdo de este conjunto de organizaciones?
Las propuestas que expresan los intereses del capital nunca tienen en cuenta la posibilidad de aumentar los impuestos al capital y a sus ingresos, no aceptan que los salarios aumenten su capacidad de compra, deterioran las condiciones de vida de los sectores populares que precisan más gasto público en educación, en salud y en vivienda, descargan los costos sobre los trabajadores y aumentan la plusvalía.
Con el ajuste el gobierno cumplió con las recomendaciones del FMI y las calificadoras de riesgo pero se deterioraron las relaciones con el movimiento sindical y popular. La opción es un ejemplo del ejercicio de la hegemonía de las clases dominantes que señalaba Gramsci, se manifiesta en la aceptación por parte del gobierno progresista del punto de vista de las clases dominantes, el discurso estructurado por la teoría neoclásica y transformado en recomendaciones de política macroeconómica por el FMI, las calificadoras de riesgo y las consultoras al servicio del capital.
El gobierno del FA se propuso no confrontar con el capital, local o transnacional, productivo o financiero, al que le permitió una alta rentabilidad, seguridad y libre movilidad. Es inevitable respetar al capital porque de sus decisiones dependen los niveles de inversión y de empleo, pero al mismo tiempo este reconocimiento obliga a los gobiernos progresistas a utilizar al máximo los márgenes disponibles para erosionar su poder progresivamente, reducir su espacio económico avanzando en la desmercantilización de actividades, promoviendo nuevas formas de propiedad y de gestión que contribuyan a fortalecer la solidaridad y la cooperación, si se aspira a construir una sociedad sin dominación ni explotación.
Si se acepta que no se ha agotado el desarrollo de las fuerzas productivas en el marco de las relaciones de producción capitalistas y que la dependencia condiciona pero no determina las decisiones de los gobiernos, que tienen un margen de autonomía que aumenta según el respaldo de los sujetos colectivos del campo popular, es necesario diseñar una estrategia y propuestas de medidas de política económica que contribuyan a la construcción de una coalición de sujetos colectivos del campo popular que con sus luchas enfrenten la dominación y la explotación, modifiquen las relaciones de poder, mejoren las condiciones de trabajo y de vida, construyendo el camino para la superación del capitalismo, transitando por una senda que no está trazada hacia un destino que no está escrito.
Tomado del libro Informe SERPAJ 2016, http://www.serpaj.org.uy/serpaj/index.php/documentos-de-interes/file/53-infserpaj16 .
El ensayo de Notaro también puede leerse en https://es.scribd.com/document/339222135/Economia-la-opcion-por-el-ajuste-Jorge-Notaro .