Un Frente Amplio con discusión política de fondo que salga al encuentro con la gente
Publicado el 12/07/16 a las 1:43 pm
Entrevista a Carlos Coitiño
por Álvaro Berro
La compleja coyuntura por la que atravesamos obliga a reflexionar sobre el papel del Frente Amplio, como uno de los principales artífices de este tercer gobierno de izquierda. Es por ello que dialogamos con nuestro presidente honorario: el compañero Carlos Coitiño. El mismo da cuenta en la siguiente entrevista, de las razones que llevaron al PVP no solo a apoyar, sino también a impulsar la candidatura de Roberto Conde, para las elecciones internas del 29 de mayo.
¿En qué consisten las elecciones del próximo 29 de mayo y cuál es su importancia para el desarrollo del Frente Amplio como partido político de izquierda y transformador?
Primero corresponde aclarar que el Frente, desde el año 2012, no ha modificado la constitución de su estructura orgánica. Quienes están hoy representando la dirección son el resultado de la decisión de alrededor de 177 mil frenteamplistas, que participaron en esa elección interna. En esa oportunidad se modificaron criterios estatutarios por los cuales la presidencia del Frente Amplio surgía de la voluntad del congreso. En 2012 se pasó a un sistema de participación abierta de todos los frenteamplistas con más de 16 años, que simplemente con adherirse adquirían, ese mismo día, el derecho a votar, elegir y convertirse en el soberano que decide quienes deberían estar en la dirección de la fuerza política.
Es una elección que tiene varias simultáneas. Se elige al presidente de la fuerza en lo nacional, pero en los diecinueve departamentos también se elige presidentas o presidentes para las direcciones departamentales. El votante en cada departamento va a poner una hoja que identifica a la persona que quiere como presidente en lo nacional y simultáneamente otra para el departamento.
También se realiza la elección del plenario nacional, que en el funcionamiento de la orgánica es el organismo máximo, con una integración de aproximadamente unas 174 personas. Las que en un 50% son representantes del movimiento y se distribuyen 41 lugares para la estructura montevideana, 10 lugares para la estructura del departamento de Canelones y los otros restantes 31 lugares se distribuyen de acuerdo a la cantidad de votantes en cada uno de los departamentos. En Montevideo la organización está formada por Coordinadoras, y esos 41 lugares que tiene Montevideo se van a distribuir entre las 18 Coordinadoras. En Canelones la organización es distinta, es zonal y los 10 lugares que le van a corresponder son en función de la distribución de votos que cada zonal tenga. En el resto del país, la distribución es exclusivamente en función de la cantidad de votos que hay en cada departamento. El otro 50% se distribuye entre los sectores, en proporción directa a los votos que obtienen. Es decir, que ese organismo de dirección, es un organismo de múltiple integración con representantes de sectores pero también representantes de las bases de los distintos departamentos.
En cada departamento a su vez, hay un plenario departamental. Ese plenario departamental se constituye en función de criterios de integración que el último plenario del régimen vigente definió que va a tener. La distribución va a ser siempre: 50% de representantes de sectores, 50% de representantes del movimiento.
Vamos a tener entonces cuatro hojas en cada departamento para: un candidato a la presidencia nacional, otra para un candidato a la presidencia departamental, al plenario nacional y al departamental.
Para el plenario nacional el PVP, va a presentar la lista 567 que se va a votar en todos los departamentos. Mientras que para la parte departamental, va a presentar la lista 1567, también en todos los departamentos.
Vamos ahora a la segunda parte de la pregunta, sobre la gravitación de esta elección para el desarrollo del Frente Amplio.
Primero la gente común, segundo los que han estado votando al Frente Amplio y tercero todos los que participan en los Comités de Base han venido acumulando un diagnóstico absolutamente cuestionador del funcionamiento de la orgánica del Frente. Cuando un militante, un adherente, está desconforme, necesita alternativas para poder expresar esa disconformidad. Las últimas elecciones en el Frente fueron en el 2012 y quedamos atados a la responsabilidad de la dirección elegida. El frenteamplista va a poder modificar la acción de la orgánica del Frente, a partir de un balance que le clarifique si estuvo bien o estuvo mal, recién en este año.
¿Cómo ve el PVP la situación del Frente en la actual coyuntura?
Nos importa como guía el pensamiento de la gente. No va a haber cambios profundos en el Uruguay en la medida en que la gente no sea el partícipe principal de la lucha.
La gente no comprende que la fuerza política Frente Amplio en su orgánica, no es la que define las acciones que le disgustan. Las acciones las define el Poder Ejecutivo. Los gobiernos nacionales del Frente Amplio –el primero en el 2005 con el compañero Tabaré Vázquez, el segundo con el compañero Pepe Mujica, el tercero en el 2015 nuevamente con el compañero Tabaré– fueron el resultado de la orgánica del Frente Amplio convenciendo a la gente que los votara. Pero la orgánica del Frente Amplio no ha tenido una participación activa en todas las decisiones de gobierno. Las muchas decisiones buenas serían una referencia a un programa que la fuerza política definió. Las no buenas, las innovaciones no han pasado jamás por la participación y el análisis de la fuerza política. Ese es el problema principal que está visto desde el PVP: el relacionamiento.
En la fuerza orgánica estaba establecido lo que el gobierno podía llegar a hacer. Primero que nada debe cumplir el programa, en segundo lugar todas las dificultades discutirlas en el marco de esto. Nosotros nos hemos referido permanentemente a una decisión unánime del plenario nacional del 19 de abril de 2004, que estableció como debía ser la relación entre la fuerza política, el gobierno, el Parlamento, los intendentes, los ediles, la sociedad civil organizada y los trabajadores (documento “Fuerza política, gobierno, trabajadores y organizaciones sociales”).
El balance que hace el PVP es que no se ha respetado en absoluto ese compromiso que asumimos todos. La gran pregunta es: ¿Por qué si hay que aplicar eso, que sigue manteniéndose como un documento guía de la acción del Frente Amplio, no se pone a discusión? ¿Qué es lo que hay que cambiar? Y no aplicar el cambio a paladar de cada uno que tiene el poder de decisión, sino a partir del organismo madre, que es la orgánica. La que gana batallas es la organización política –no los candidatos–, y tiene el derecho, no reivindicado por las direcciones que ha tenido hasta ahora, de que los presupuestos quinquenales deban pasar por el debate y participación de la fuerza política, que el plan de gobierno obligatoriamente, antes de ejecutarlo, deba pasar por una discusión. Para eso se creó una herramienta política –que se han negado muchos de los Presidentes del Frente Amplio a aplicarla–, que es la Agrupación nacional de gobierno. Integrada por representantes del Poder Ejecutivo, del Parlamento, de la orgánica frenteamplista, de intendentes frenteamplistas y de ediles frenteamplistas. Es en ese marco dónde se debe discutir, en vez de hacer lo que se hace ahora donde algunos que se creen caudillos, porque tienen mucha adhesión popular, sustituyen el respeto a la participación en la orgánica por el peso que tienen a través de los medios de comunicación.
Hasta ahora tenemos muy profundizado el tema de la relación del Frente con el gobierno, ¿qué me podés decir de la vinculación del Frente con la sociedad civil organizada?
Este es uno de los problemas centrales. Fuimos actores, como representantes del PVP y también individualmente, del proceso previo a las elecciones de octubre de 2004. En ese proceso el programa se fue construyendo en diálogo directo con las organizaciones sociales y con los trabajadores. El Frente desde la comisión que integramos y que construyó este documento que se votó, el 19 de abril de 2004, organizaba instancias de debate programático e incorporaba, fundamentaba y buscaba la síntesis. Eso fue lo que construyó la alianza, que el Frente Amplio debe mantener. La alianza con los trabajadores organizados, construyó toda la propuesta en esa etapa. El Frente la empezó a desarrollar pero parece que algunos actores perdieron la memoria y no son capaces de ser coherentes con lo que votaron.
¿Cómo ves el estado de esta alianza ahora?
Con un enorme desgaste que plantea dudas, sobre alguien que no ha discutido en la orgánica, ni en un congreso, ni en la mesa política, ni en los plenarios y empezó a entender que era más importante la alianza con las clases empresariales que con los trabajadores. Esa duda, por supuesto que desalienta al trabajador organizado, nuestro aliado principal hacia una política de transformaciones de fondo, donde los más necesitados sean los más privilegiados. Esta es una discusión que hay que dar.
El PVP viene planteando sistemáticamente en la Mesa Política, la importancia de un debate a fondo. Para el congreso de setiembre hay planteado un documento con el título de “Actualización ideológica”, que viene muy demorado, parece que nadie tiene interés, pero es una decisión de congreso. De ninguna manera pensamos que alguien se atreva a expresar que es mucho más importante en el mediano y largo plazo, la estrategia con el empresariado que con la clase trabajadora y los sectores sociales. Este el gran debate que desde el punto de vista estratégico debe estar.
¿Cuál es el papel que debería cumplir el Frente Amplio, los obstáculos que enfrenta y los apoyos que cuenta?
El Frente debe ser absolutamente fiel a su programa y cuidar que los planes de gobierno reflejen avances claros hacia su cumplimiento. El objetivo principal es cambiar la forma de comunicación que tenemos con la gente. La gente no puede estar confundida. Si vos no podés cumplir algo tenés que explicarlo. Tenés que hacer política y priorizar lo que vas a cumplir con lo poco que tenés. Si la fuerza política no puede explicarlo, lo segundo que debe de hacer es plantarse ante el Poder Ejecutivo y romper esa idea de que quien se sienta en el sillón de Presidente de la República manda todo, manda las instituciones, manda la fuerza política, manda la gente.
Cuando el Poder Ejecutivo se equivoca, ya sea en la acción concreta de gobierno o en la acción de comunicación, tenemos que decirle que se está equivocando. Para eso hay que usar las herramientas que se tienen. No hay que dejar que las herramientas se herrumbren, hay que usarlas y hay que reivindicarlas. Cualquiera que esté sentado en un lugar institucional debe cuidar que la fuerza política cumpla y utilice sus herramientas. No puede impedir que se usen, y si lo impide hay una situación de crisis. ¿Hay alguien que no quiera estar más en el Frente? El Frente es una puerta de entrada y de salida, lo ha demostrado, por tanto nadie puede alegar que lo que está haciendo no lo puede explicar a la fuerza política. Ese es uno de los factores del desconcierto general que hay en la militancia, en el movimiento, en los sectores y en la gente.
Y para ese papel cuestionador que tiene que tener el Frente, ¿cuáles son los obstáculos y los apoyos?
Los obstáculos que veo es que la orgánica del Frente Amplio entró en una dependencia total de los espacios institucionales. La fuerza política no actúa. No tiene participación sobre la definición de criterios, con respecto a quién puede ser mejor para una tarea o para otra. Cuando se analiza eso se debe mirar el escenario frenteamplista. Importa que se esté comprometido y dispuesto a no creer que cuando se lo designa a un cargo institucional se independizó de su obligación política. Debe asumir que sobre lo que está haciendo, la fuerza política tiene el legítimo derecho de estudio, de evaluación y de trasmitirle una opinión.
El contacto con la gente solo desde un acto de gobierno no se puede resolver. La fuerza política es la que está diseminada a lo largo del país y que tiene la posibilidad en el boliche, en el estadio, en todos lados, de conversar con la gente y eso es una escuela: poder oír a la gente. La fuerza política tiene que salir a la gente y no tener temor por el hecho de cometer errores. Al contrario, ahora es cuando más debemos ir a la gente. Es con la gente que cambiamos esto.
El presidente y el vicepresidente los eligen el padrón electoral, pero hay entre 2000 y 3000 cargos en la dirección de distintas instituciones, que los elige el Presidente de la República, por tanto están obligados a dar informes.
El ejemplo es lo que pasa en ANCAP. En el Plenario expresamos que el tema del compañero Raúl Sendic era un efecto colateral de un análisis que el Frente todavía no ha discutido. No lo discutió la fuerza política. No lo discutió la bancada. Cómo no vamos a quedar indefensos frente a una oposición que pega, pega y pega. Claro que su proyecto no es nacional, no es uruguayo, pero la lucha con la derecha se va a plantear siempre en esos términos. Todo va a depender de tu debilidad. No los vas a convencer nunca de que sean frenteamplistas si mantenés un proyecto de izquierda. Se van a acercar a vos en la medida en que tu proyecto pierda cafeína, se debilite. Entonces los empresarios te van a aplaudir. Ahora, ¿podemos tener en una fuerza de izquierda un proyecto que sea aprobado por las transnacionales y las grandes empresas nacionales? ¿O tenés que ganarte ese sector medio y chico empresarial, que come a duras penas?
El Frente Amplio se creó para participar en luchas electorales, pero también para la acción permanente. La lucha contra la dictadura fue un ejemplo, el Frente resistió. También lo fueron la lucha en algunos plebiscitos: la defensa de las Empresas Públicas y la lucha para la anulación de la Ley de Caducidad. Este proceso se fue debilitando paulatinamente, habiendo importantísimas figuras del Frente Amplio, que públicamente expresaban opiniones en contra. Es el caso de la lucha contra la asociación de ANCAP con privados, donde compañeros como Astori se opusieron. La lucha por la anulación de la ley de caducidad, donde el compañero Pepe Mujica se expresó en contra. Si bien firmó para la convocatoria, salió de la reunión en el PIT-CNT declarando que no estaba de acuerdo, que firmaba para que se expresara la ciudadanía. Estos elementos, son una prueba de que la acción permanente se fue debilitando y que muchos creyeron que la única manera de hacer política era la institucional, tener un diputado, un senador, un ministro, un subsecretario, un asesor.
La correlación de fuerzas hoy es totalmente desfavorable, porque en el Frente hegemoniza la idea de que lo único que hay que hacer es ganar elecciones. Como PVP estamos de acuerdo con ganar elecciones, pero queremos que se conteste para qué queremos ganar las elecciones. Lo que estamos tratando, y hacemos permanentemente en todos los organismos en que el PVP participa dentro del Frente Amplio, es de promover la acción permanente: el contacto con la gente, la explicación y la discusión política. Nos da la impresión de que más allá de las posiciones sectoriales, estamos coincidiendo con algunas individualidades que representan a los distintos organismos, al Movimiento, en el intento de realizar un esfuerzo para construir una base sólida de elaboración y discusión.
La realidad ha cambiado. El capitalismo sigue funcionando, pero tiene contradicciones internas fuertes, porque tampoco tiene mucha avidez de reparto entre ellos. Se comen los unos a los otros. Nuestra mirada es construir junto a los aliados estratégicos políticas hacia las contradicciones de ellos, pero por ahora predominan ellos actuando sobre nuestras contradicciones. Si será importante la discusión política y la síntesis.
¿Cuál sería para el PVP el perfil que deberían tener las nuevas autoridades?
Primero que nada encontrar formas de contacto directo con la gente, no solo a través de los medios de comunicación. El Frente lo hizo dentro de una línea de acción permanente. Salíamos y recorríamos el país. Visitábamos a la gente. Nos metíamos en la casa de todo el mundo. Nunca tuvimos dificultades, opiniones en contra sí y debates e intercambios también, pero recorríamos todo el país. Íbamos a los barrios. ¿Se está haciendo eso ahora? ¿Quién lo está haciendo? Entonces, primero retomar la comunicación a partir de una realidad, que no es la misma de antes del 2005. Llevamos 12 años consecutivos en el gobierno. Ahora hay que ir con respuestas. Por qué no hicimos esto y por qué no hicimos lo otro. Que es lo que le hacíamos a otros adversarios, cuando estaban en el gobierno. Para eso hay que corregir cosas, esas que te fui detallando.
Primero debe cambiar la relación dentro del gobierno, ente el Poder Ejecutivo y el Parlamento. El Frente tiene 66 parlamentarios, 50 diputados y 16 senadores, es una boca de resonancia que debe ser aprovechada, pero vos tenés que preguntarte: ¿Porqué no hablan de los temas que a la gente le están preocupando? ¿Por qué no hablan? Porque no saben qué decir. Porque no conocen. No hay detalles de la política del Poder Ejecutivo. No tienen respuesta a los reclamos y en muchos casos, probablemente coincidan con las demandas de la gente. Pero es sacrílego aquel que públicamente no comparta alguna acción del Poder Ejecutivo. Peor todavía la fuerza política que dice amén en sus declaraciones, pero cuando discutimos en la Mesa Política la cantidad de disgustos que se expresan son enormes.
¿Es conveniente que las nuevas autoridades trabajen para la interna del Frente, o es mejor que sean políticos para ser luego relanzados a cargos electivos?
Las diferencias no están ahí. La única diferencia de simultaneidad con cargos en el gobierno, es el candidato a la presidencia, el resto de los cargos que se van a poner en disputa no tienen ninguna prohibición.
A mí me preocupa qué plan tiene. Yo lo que le pido a los sectores es que digan: “queremos hacer esto y esto”, que la gente los vote sabiendo para qué quieren estar. Eso es lo que hay que llevarle a la gente, porque si no hacemos lo mismo que con la elección del Presidente de la República. Confundimos a la gente con la idea de que él es un dios que puede resolver todos los problemas del mundo y estamos mintiendo. No hay Cristo, por más inteligente y trabajador que sea, que pueda hacerlo solo. Por algo él elige 2000 y pico de acompañantes que la gente no sabe ni quiénes son. Entonces, acá no se trata de eso. Los que integren las listas de un sector, deben integrarla para cumplir esa plataforma de cosas a hacer en la fuerza política y tienen que tener relación con el Frente. Ahora un parlamentario que no se acerca a un Comité a una Coordinadora, o a un plenario nacional: ¿Para qué lo querés en tu lista? Obvio que cada sector debe elegir gente que esté dispuesta.
La tarea de una fuerza política es una tarea de militancia permanente. No se puede entrar en contradicciones, entre los deseos personales y la responsabilidad. Uno desearía que quienes integraran las listas, tuvieran la responsabilidad de estar conectados con esa orgánica. Sigan yendo a un Comité, a una Coordinadora, a la Mesa Política, al Plenario Nacional y a los Congresos. Que no vayan para levantar el brazo según un jefe les indica. Ese es el mal funcionamiento del Frente actual. Por lo tanto, lo que el PVP tiene que presentar son compañeros o compañeras no tan conocidos, pero que le aseguren que van a defender la línea que ofrezca el PVP con la 567, para el trabajo dentro del Frente Amplio.
¿Porqué el apoyo del PVP a la candidatura de Roberto Conde?
El PVP conversó con Conde en cinco oportunidades para conocer su pensamiento, que haría y para ver si estaba dispuesto a discutir lo que el PVP entendía. No para imponerle, sí para saber hasta dónde estamos de acuerdo. Fue el único con el que el PVP conversó y lo presentó ante el plenario del Frente, como un nombre a ser tenido en cuenta, porque vimos que él está dispuesto a abrir la discusión política. No es poca cosa que haya alguien que esté dispuesto a discutir, a buscar síntesis. Cambia la vida interna de nuestra fuerza política.