Argentina: Despidos
Publicado el 11/05/16 a las 6:30 am
En una reunión del Taller de Estudios Laborales (TEL) con varios activistas y dirigentes sindicales realizada el 6 de mayo se paso revista a la información que cada uno manejaba sobre despidos en el sector público y privado. Este relevamiento a pesar de no ser sistemático nos puede dar una idea de lo que esta ocurriendo. Podemos decir, con alarma y preocupación, que en todos los sectores de la economía y en la mayoría de las empresas se están produciendo amenazas de suspensiones, anuncios de “reestructuraciones”, y despidos. Nos queda la impresión que esta ola de despidos es mucho mayor que lo divulgado. Son muchos los casos que no están teniendo difusión pero donde los despidos y las suspensiones ya se están concretando. Tal vez eso explica la preocupación por el empleo que empieza a extenderse por sectores cada vez más amplios y variados de la población.
Se golpea primero a los tercerizados, contratados, becarios y pasantes, o sea a los mas vulnerables y desprotegidos (incluso abandonados por la mayoría de los propios sindicatos) aprovechando así la precarización contractual generada en los 90 y nunca rectificada por los gobiernos posteriores, ni siquiera en el propio Estado. Pero en muchos casos los despedidos son de la planta de efectivos. Es el caso de los 15 despedidos sin causa de Tenaris-SIAT de Valentín Alsina. Estos trabajadores, además de tener una larga trayectoria en la empresa, alta calificación y experiencia laboral, todos son reconocidos activistas y hasta ex-delegados, consecuentes defensores de sus compañeros frente a la empresa y críticos de la conducción del sindicato. Es por eso un despido discriminador y político, y por lo tanto, ilegal. Se sospecha que la empresa busca, a río revuelto, al desprenderse de trabajadores “conflictivos” y cuestionadores, allanar el terreno para nuevos despidos, que ahora sí serían masivos e indiscriminados. Hasta ahora, cuando había una merma en la producción, la empresa aplicaba un sistema de suspensiones rotativas acordado con los trabajadores. Ahora parece que se abre una nueva etapa donde la política de la empresa es la reducción de personal.
Se coincidió en la reunión que esta ola de despidos no tiene solo las motivaciones económicas habituales de reducir costos. Se la entiende como un primer paso disciplinador de un plan más general que apunta a establecer nuevas formas de flexibilización y explotación laboral. Este plan tendría incluso para el capital una proyección continental, donde la Argentina juega un poco de punta de lanza y experiencia testigo, dada la fuerza y trayectoria de su movimiento obrero y popular.
A pesar de lo abrumador del panorama, hubo coincidencia que el gobierno tienen muchas debilidades y hay fuerza acumulada en el campo popular que harán que este plan encuentre muchas dificultades para imponerse. Ha habido denuncias, reclamos y luchas desde el principio en todo el país. Siendo el acto del 29 de abril el mas masivo y significativo, pero de ninguna manera el único. Se han conseguido así reincorporaciones, rectificaciones y marchas atrás de las autoridades, en muchos casos, que obviamente no trascienden en los grandes medios que ya sabemos son cómplices de esta ofensiva del gobierno de claro corte empresario en sus objetivos y sus formas. Por eso la represión judicializada contra manifestaciones y dirigentes sociales y sindicales que se va extendiendo por todo el país, donde los casos de Jujuy, Río Negro y Tierra del Fuego, son solo los mas resonantes.
El movimiento sindical y en particular sus direcciones han respondido hasta en forma muy parcial, tímida y tolerante. La mayor respuesta se ha dado por abajo, con mucha creatividad y despliegue, pero con resultados que podrían ser mucho mayores si la lucha estuviera unificada y centralizada por arriba. La eventual aprobación de la ley anti-despidos, algo que seria muy positivo, no va a resolver el problema de fondo, que es la crisis capitalista y la política del gobierno que busca resolverla perjudicando a los trabajadores. Debemos mejorar la lucha defensiva, mejorando las formas de coordinación y de solidaridad con los que luchan, creando mecanismos centralizados de recabar información y hacer denuncias, aprovechando los recursos dispersos de los trabajadores organizados, defendiendo a todos sin permitir que nos dividan por ninguna razón. Pero además debemos asumir el desafío de dar una lucha política y programática que es la clave de esta etapa que recién empieza. Debemos prepararnos para discutir la salida a la crisis, proponiendo una salida que contemple a todos y cuide los intereses nacionales. Que incluya un balance crítico de las experiencias progresistas y ponga sobre la mesa los cambios mas profundo, estructurales, que en esta etapa decadente y excluyente del capitalismo se vuelven no solo necesarios sino impostergables. Tenemos que discutir y proponer un programa desde los trabajadores, algo que es difícil pero que el movimiento obrero argentino supo hacer en otros momentos, dándole un sentido y una razón a las aspiraciones y luchas populares. Eso implica hacernos un tiempo, en medio del fragor y las urgencias de las luchas, y crear espacios de estudio, formación y debate creativo. Es difícil, pero debemos y podemos hacerlo.
Manos a la obra y arriba los que luchan.
Lic. Daniel Ximénez Sáez
Buenos Aires, 8 de Mayo de 2016