MONTEVIDEO NO SE DETIENE
Publicado el 26/01/15 a las 12:33 am
I EL MONTEVIDEO DEL FUTURO ES UNA TAREA DE TODOS
Iniciamos con este artículo una serie de reflexiones sobre Montevideo y sus perspectivas.
Nunca tuvimos tantas condiciones para crear un Montevideo diferente. Luego de 25 años de gobierno frenteamplista los montevideanos y montevideanas tenemos la oportunidad de construir un departamento y una ciudad distintos, una sociedad diferente. Un Montevideo nuevo que recoja todo lo que se ha acumulado por los gobiernos frenteamplistas departamentales y nacionales y lo proyecte hacia las posibilidades más amplias que tiene hoy el Uruguay. Superando con una construcción colectiva las desigualdades, las fracturas y los problemas que arrastramos como sociedad. El Plan Goes, el Parque Liber Seregni, la plaza Casavalle son señales de ese Montevideo del futuro.
Pasamos la etapa de la crisis, el aislamiento y la discriminación Superamos la enorme crisis de 2002 que expulsó a decenas de miles hacia la periferia y disparó la desocupación, la pobreza y la indigencia. Aunque la fractura social que generó todavía tiene consecuencias sobre la ciudad. Las políticas sociales de la IM, la descentralización participativa, las inversiones en infraestructura, fueron un sostén para una gran parte de la población frente a las consecuencias catastróficas de las políticas neoliberales. Dejamos atrás los años que gobierno nacional en manos de blancos y colorados discriminaba a la población del departamento retaceando recursos a Montevideo mientras apoyaba al resto de las intendencias.
Venimos de 10 años de gobierno nacional frenteamplista que condujo un crecimiento económico sostenido, aumentó 46% el salario real, llevó la desocupación al punto más bajo de la historia, bajó la informalidad laboral a la mitad, generó leyes sociales para domésticas y trabajadores rurales, promovió la cultura e inició la construcción de una matriz de protección social.
Iniciamos la recuperación de Montevideo aumentando la cantidad y calidad de los espacios públicos, realojando asentamientos, mejorando las policlínicas, promoviendo actividades culturales en los barrios, en las salas teatrales, con un Solís renovado, con la Movida Joven. La transformación del asentamiento 25 de agosto en el Parque de Andalucía y el parque lineal del Miguelete es un símbolo de este cambio que hoy muestra resultados en distintos barrios. Los presupuestos participativos llenaron la ciudad de obras, de proyectos comunitarios, mejoras propuestas por los vecinos y votadas por ellos. Iniciamos la estrategia del reciclado, un cambio revolucionario para el medio ambiente, para recuperar el valor de lo desperdiciado y para generar condiciones dignas a quienes trabajan en eso.
Hoy tenemos que ir a más para construir una ciudad y una ruralidad diferentes. Los próximos 15 años no pueden ser la reiteración de lo que ya hicimos, tenemos la posibilidad de un Montevideo que haga de la convivencia su principal valor. Más moderno, más integrado, menos violento, más solidario e innovador. Un Montevideo menos gris. Todavía somos una sociedad demasiado conservadora, injusta, violenta. Sigue habiendo demasiados niños con anemia, con malnutrición, sin cuidados. Mujeres golpeadas y asesinadas. También adultos mayores solos, familias desintegradas, vínculos tóxicos. Las cifras de suicidios y los problemas de salud mental son consecuencias. 10% de los adolescentes planificaron autoeliminarse. Mejores servicios sí pero también mejores valores, vínculos más sanos, estilos de vida más saludables, más participación ciudadana, más alegría y color. Debemos poder erradicar la violencia doméstica, de género y generaciones,
Alimentación saludable y actividad física. Hemos cuidado la calidad e inocuidad de los alimentos que consumimos pero no alcanza. Necesitamos promover hábitos más saludables de alimentación disminuyendo los consumos excesivos de grasas, azúcares y sodio, aumentando el de frutas y hortalizas, promoviendo la agricultura familiar y la producción agroecológica. Proteger nuestra salud y cuidar de la salud de nuestros hijos requiere un cambio cultural, que disminuya el consumo de comida chatarra. Como todo cambio cultural requiere múltiples actores institucionales, sociales, empresariales, académicos, y también iniciativas permanentes. Los gimnasios al aire libre que poblaron rápidamente Montevideo son una gran oportunidad para generar una dinámica distinta en la ciudad y estilos de vida más saludables.
No queremos volver atrás y como decía hace poco un compañero, Montevideo no se detiene.
II Montevideo: Una revolución contra el sedentarismo y la contaminación
En el próximo período y mirando hacia el 2030 Montevideo puede llevar adelante una serie de cambios revolucionarios. Nunca como ahora fue posible realizar transformaciones de fondo en la sociedad montevideana, en la ciudad y la ruralidad. Trataremos en este artículo una de ellas.
Montevideo inicia una revolución contra el sedentarismo y por una movilidad sin contaminación. La proliferación en todos los barrios de “equipamientos saludables” va más allá de una iniciativa puntual del Departamento de Desarrollo Social, la secretaría de Deportes o algunos municipios. Cuando en el año 2012 mostrábamos entusiasmados las fotografías de estos equipamientos en ciudades brasileñas, y promovíamos su instalación en Montevideo, estábamos lejos de pensar que en dos años llegaríamos al centenar de estos juegos instalados en la capital. Al poco tiempo coordinábamos con Secretaría de deportes y la Comisión de Salud Cardiovascular para la instalación del primero de ellos en el Parque Líber Seregni. Hoy estamos ante un cambio en el escenario montevideano con impactos crecientes en los estilos de vida.
La Intendencia fue un actor fundamental de esta transformación de la ciudad pero no el único. La Comisión de Salud Cardiovascular, los municipios, y varias otras instituciones jugaron un rol importante. Pero sobre todo la apropiación por parte de la comunidad fue determinante para que esta expansión continúe al día de hoy. Las predicciones pesimistas de su destrucción rápida por vandalismo resultaron fallidas. El deterioro constatable en algunos deviene de su uso y se revierte con mantenimiento.
Con la utilización de las bicicletas como medio de transporte, recreación y ejercicio está empezando un proceso similar. Cada vez hay más organizaciones de ciclistas que luchan para que la ciudad sea más amigable a esta modalidad. En el último presupuesto participativo se presentaron por primera vez seis proyectos de creación de bicisendas y cinco fueron aprobados por el voto ciudadano. Para quienes pensamos que las políticas públicas deben incorporar cada vez más a los ciudadanos y sus organizaciones, no es un hecho menor. En el proyecto Unibici, la Intendencia y la Universidad sumaron fuerzas para construir circuitos de bicisendas que unan distintas facultades. El sistema de bicicletas públicas en la Ciudad Vieja está dando buenos resultados y su expansión a grandes parques y otras zonas de la ciudad colocando nuevas estaciones de bicicletas por ejemplo en los grandes centros comerciales, es una perspectiva prometedora. El llamado “Desafío intermodal” realizado recientemente por la Universidad mostró que la bicicleta es uno de los medios de transporte más rápidos en horas pico de tránsito, superando al ómnibus y al automóvil. Es un sistema más amigable con el medio ambiente, que no contamina el aire y que disminuye la violencia y la agresividad en el tránsito. Hay que adecuar la infraestructura urbana con una red de bicisendas en toda la ciudad.
“Movete por tu Salud” fue un consultorio médico gratuito para indicación de ejercicio físico que hicimos funcionar en la Ciudad Vieja, para reforzar la alianza entre Salud y actividad física.
Son incontrastables los argumentos científicos para recomendar un estilo de vida activo como medida de prevención de enfermedades y promoción de salud. Nuevos estudios reafirman esta estrategia sanitaria constantemente.
Hace pocos años se demostraban los efectos del ejercicio para la mejora del sistema inmunológico y en especial en la prevención general de tumores y la reducción de las posibilidades de recaídas en casos de pacientes con cáncer. Las células encargadas de la defensa del organismo rejuvenecen y cumplen con su función de otra forma.
Más de la mitad de los uruguayos/as (57%) padecen de sobrepeso u obesidad, en todos los estratos sociales, y cada vez más desde la infancia. Uno de cada cuatro niños es sedentario. Las llamadas enfermedades crónicas transmisibles, la mayor causa de muerte en nuestro país, tienen al sedentarismo entre sus determinantes principales.
Como señala la Comisión de Salud Cardiovascular realizar actividad física moderada reduce la incidencia de enfermedad cardíaca y presión arterial alta en aproximadamente 40%. Reduce la mortalidad y el riesgo de cáncer de mama recurrente en un 50% y de sufrir cáncer de colon en más de 60%. Reduce el riesgo de Alzheimer en un 40% y de accidente cerebrovascular en un 27%. Disminuye el riesgo de desarrollar la diabetes tipo II en un 50%. Por último, el ejercicio muscular contribuye a depurar al organismo de sustancias nocivas vinculadas con la depresión.
Actividad física saludable (no es lo mismo que deportes) es una de las claves para enfrentar esta epidemia. Otras son la cesación de tabaquismo, la reducción del consumo nocivo de alcohol y la alimentación saludable.
Levantemos la mira para definir la ciudad que queremos. Montevideo no se detiene.
III Montevideo sacude su convivencia
A pesar de las mejoras notorias en la situación económica y los ingresos de los montevideanos nuestra ciudad sigue teniendo problemas graves de convivencia.
Hay fracturas sociales que perduran y desigualdades que se reproducen. La pobreza infantil, la emergencia habitacional, la violencia contra las mujeres, la inseguridad, son las puntas del iceberg de una convivencia lesionada, que vulnera los derechos de muchos y muchas. No es solo Montevideo, pero también es en gran medida Montevideo, porque las desigualdades por razones de riqueza, de género, de generaciones, de orientación sexual y etnia son formas de fragmentación social que dividen la ciudad y la ruralidad montevideanas. Desde 2004 con los gobiernos del Frente Amplio esas heridas del tejido social han comenzado a suturarse, pero no han desaparecido y sus efectos se reproducen.
¿Son temas de las Intendencias y los Municipios?
Hay visiones que reducen los temas departamentales y municipales a la limpieza, el tránsito y los espacios públicos. Para ellas las políticas sociales, las culturales y el apoyo al desarrollo económico deben encararse desde el gobierno nacional. No comparto estas concepciones por dos argumentos principales: en primer lugar los gobiernos locales aportan fortalezas de las que carecen los gobiernos nacionales y en segundo término los problemas de la ciudad y también sus posibilidades de desarrollo interactúan entre sí, no deben ser encarados como compartimentos estancos, como feudos institucionales.
El territorio de cada departamento, de cada municipio, de cada barrio es el escenario de esa acción conjunta. Los gobiernos locales tienen posibilidades mayores para encarar esa dimensión territorial, están más cerca de la gente.
Al mismo tiempo si queremos avanzar en profundidad la gente no puede ser solo destinataria de los servicios públicos sino protagonista, constructora de ambientes saludables, partícipe y responsable. Y eso se logra desde los ámbitos locales. Para la izquierda romper la distancia entre gobierno y población, informar, debatir, consultar, saber escuchar, tener en cuenta, cogestionar son formas de participación fundamentales. La descentralización participativa, seña de identidad del Frente Amplio en Montevideo, es precisamente transferir poder a la comunidad.
A diferencia de quienes piensan en un Estado mínimo, subsidiario del mercado, o de quienes conciben el Estado como una única y enorme institución, creo que la articulación entre los tres niveles de gobierno, el trabajo en red entre instituciones públicas y con la sociedad civil son formas más democráticas y eficaces de gobierno. Por eso la convivencia es también un tema departamental y municipal.
El Montevideo de la Convivencia pasa por los espacios públicos integradores como el Parque Líber Seregni, la Plaza Casavalle, el Plan Goes, el SACUDE y tantos otros ejemplos fuertes de una ciudad disfrutable por todos los sectores sociales. Con todo lo que se ha hecho en este plano, generalizarlo a todos los barrios es un gran objetivo alcanzable. Embellecer, dotar los espacios públicos de más equipamientos, gimnasios al aire libre, plantas y flores, múltiples rincones donde compartir, es una plataforma para integrar a las distintas generaciones y culturas. La situación general de los espacios públicos ha mejorado mucho y eso es reconocido por la población. La creación de parques y plazas emblemáticas muestra un camino de innovación y de planificación territorial hacia una convivencia diferente. Sin embargo se requiere más conciencia ciudadana y ambiental para que la gente se apropie del espacio, y también de los cuidados y seguridad necesarios. La cogestión de los espacios públicos con los vecinos como en el Parque Punta Yeguas, es una de las mejores formas de lograrlo. Las Mesas de Seguridad y Convivencia son instrumentos valiosos para esa construcción. Tenemos que erradicar la violencia de género y de generaciones, la violencia en el tránsito y en el deporte, los entornos de riesgo.
SACUDE en todos los municipios. Una medida fuerte para avanzar en la convivencia es crear nuevos complejos SACUDE (Salud, Cultura, Deporte y Educación), como ejemplo de integración de servicios en barrios, incorporando en esa microred a los centros educativos. La salud, la cultura, el deporte y la educación, son áreas que se complementan y potencian en los barrios. Hay quienes los piensan como compartimentos estancos, no compartimos esa visión.
La experiencia de cogestión con los vecinos en el SACUDE actual en el barrio Municipal del Municipio D es exitosa y deberían incorporarse a esa cogestión los organismos pertinentes del gobierno nacional. Aumentar la cantidad de SACUDE no requiere siempre de una edificación conjunta pero sí exige la creación de una microred local, con órganos de cogestión y complementación de las prácticas de cada institución. Es posible abrir nuevos SACUDE en Casavalle, en el Cerro y progresivamente en todos los municipios y en muchos barrios integrándolos en los programas habitacionales como el PIAI. En el marco del proyecto de la Cuenca del arroyo Casavalle existe un SACUDE posible con la nueva Plaza, la nueva policlínica, las tres escuelas, el CAIF , el nuevo Centro Cívico además de la Comisaría 17. En el Cerro comparten el mismo predio el nuevo Liceo 70, el nuevo policlínico odontológico Yano Rodríguez, el Apex, con el gimnasio y la cancha de futbol, el CCZ y escuelas próximas, así como cursos de UTU en el PTI.
El Montevideo que queremos viene por allí, con la mirada en el 2030. No queremos volver atrás ni detenernos, sino revolucionar nuestra convivencia, sacudirla, construir otra nueva.