México y el fracaso de la estrategia de “Guerra contra las drogas”
Publicado el 25/11/14 a las 9:19 pm
Los crímenes de Iguala están generando una enorme indignación en el mundo y una rebelión ciudadana en México. La desaparición de personas es un crimen de lesa humanidad que perpetraron las dictaduras latinoamericanas.
En Uruguay hay más de 170 desaparecidos cuyo paradero se sigue escamoteando a sus familias y a la ciudadanía. Incluso en democracia bajo la presidencia de Lacalle se hizo desaparecer a Eugenio Berríos.
La desaparición de 43 estudiantes forma parte de una masacre sistemática donde el narcotráfico, los cuerpos represivos y el poder político tienen una responsabilidad compartida. El narcotráfico ha traído más muertes para América Latina que el consumo de todas las drogas.
En todas las civilizaciones ha habido consumos de sustancias con fines recreativos, religiosos, medicinales y muchas formas de lidiar con esos consumos. Estados Unidos preconizó desde la segunda mitad del siglo XX un discurso prohibicionista y moralista y una estrategia represiva. Ambos están fracasando notoriamente con un altísimo costo para los países de América Latina.México nos duele hoy.
La estrategia de “Guerra contra las drogas” no ha logrado detener o debilitar el narcotráfico ni el consumo y se omite respecto a las drogas legales como el alcohol o el tabaco.Ha contribuido a una estigmatización de los consumidores que ahonda las desigualdades existentes de clase, de género y etnia. Elevó los niveles de violencia y canalizó enormes recursos económicos hacia la represión, quitándolos de otros fines posibles. Favoreció la corrupción política, policial y militar, afectando las democracias débiles que surgieron luego de las dictaduras y sufrieron las consecuencias del tsunami neoliberal.
Hoy, muchas y calificadas voces se han levantado para generar un debate serio y franco sobre esta estrategia. La OEA ha presentado escenarios donde la regulación estatal de la marihuana aparece como un camino a explorar en el marco de una estrategia distinta.
Uruguay es seguido atentamente por sus políticas en este plano. Acá se inició en 2005 una estrategia integral basada en la no estigmatización de los consumidores, el énfasis en las personas y sus vínculos más que en las sustancias, el enfoque de reducción de riesgos y daños,la actitud de búsqueda y no de espera, la inclusión del tema en las políticas de salud pública.
Las drogas como compromiso de todos fue un concepto clave para la descentralización de las políticas, el involucramiento de las familias y la comunidad, actores departamentales, locales y movimientos sociales. El sistema de salud y el educativo son dos protagonistas relevantes si trabajan en alianza estrecha. Desde la Secretaría Nacional de Drogas y las Juntas Departamentales de Drogas se ha trabajado mucho para construir respuestas cercanas a la gente, generando redes en los territorios, donde articular todos los recursos que tiene la comunidad. La JDD de Montevideo, por ejemplo, tiene redes en el oeste, este y centro que funcionan mensualmente con amplia participación.
Al mismo tiempo la represión al narcotráfico alcanzó logros inéditos en el país, con duros golpes a las redes internacionales y, por primera vez, a responsables del lavado de dinero. ¿Por qué nunca hubo procesados por lavado de dinero anteriormente?
Recordemos.En el gobierno de Jorge Batlle, en un caso de lavado que llegaba a Danilo Arbilla entre otros, una orden presidencial no solo detuvo la investigación sino que disolvió la unidad policial encargada.
La ley de regulación estatal del mercado de la marihuana es un paso importante para quitar este consumo de la esfera del narcotráfico. No es legalización sino regulación de la marihuana porque en Uruguay los consumos de drogas no son ilegales. La gran diferencia es que ahora los consumidores podrán optar por tres formas de acceso a consumos topeados: el autocultivo, los clubes cannábicos y la compra en farmacias, en lugar de tener que ir a una “boca” y enriquecer los circuitos del narcotráfico. Es un camino de implementación en diálogo con las organizaciones sociales. Dos aspectos a atender especialmente son el consumo por parte de menores, que no está incluido en la ley, y la baja de la percepción del riesgo en los consumos problemáticos, que surge de una mala interpretación de la ley. Las políticas de educación en drogas, previniendo los efectos perjudiciales del consumo problemático tienen ahora un escenario de mayor accesibilidad para los usuarios.
El tema atravesó lateralmente eldebate electoral con llamados del Dr. Larrañaga a que nadie plantara porque iban a derogar la ley, del Dr. Bordaberry en el mismo sentido y delDr. Lacalle para eliminar parcialmente sus contenidos. Sería bueno que el ejemplo terrible de México ayudara a tomar consciencia de la necesidad de un camino distinto.
TOMADO DE http://www.republica.com.uy/mexico-y-el-fracaso-de-la-estrategia-de-guerra-contra-las-drogas