lunes 17 de febrero, 2025

Los trabajadores, las transformaciones democráticas y la izquierda en el Uruguay

Publicado el 01/05/14 a las 8:58 pm

1514Por Luis Puig*

La afirmación interesada de que Uruguay desarrolló al principio del siglo XX una legislación laboral protectora al solo influjo del pensamiento avanzado de José Battle y Ordoñez se desmorona al analizar el proceso de las principales leyes aprobadas y el contexto social en que esto se dio.

Los diferentes autores señalan que existe imprecisión en cuanto a los orígenes del movimiento sindical, Barrán establece que «el archivo de la Jefatura de Policía de Montevideo debe tener más pruebas sobre el problema obrero y su activo movimiento hacia 1900 que todos los diarios de Montevideo juntos, porque el problema obrero se resolvía en la esfera policial, lo que es otro índice, por demás elocuente, del primitivismo de la época y de la combatividad del proletariado.»

La fuerte influencia de trabajadores inmigrantes europeos con vasta experiencia de lucha nutrió desde su origen al movimiento obrero emergente en el país de sus aspectos más distintivos, su

independencia del poder, su internacionalismo y conciencia de clase. La marcada influencia de anarquistas y socialistas de experiencias acumuladas en las luchas del viejo continente, por ejemplo, obreros franceses protagonistas de las luchas de la Comuna de París, le dio un componente de fortaleza ideológica imprescindible.

¿Cómo se gestó la Ley de Ocho Horas?

El proyecto presentado por Battle y Ordoñez en 1906 y trabado durante años por su propio sector estuvo precedido de numerosas y duras luchas. Citemos por ejemplo hacia 1880 la huelga de los mineros de Cuñapirú, de los trabajadores de hospitales y del puerto en Paysandú, la huelga del gremio de los fideeros de 1884. La lucha de los gráficos que se resistieron a seguir trabajando de dieciocho a veintiuna horas diarias exigiendo la reducción de la jornada laboral a doce horas. Los trabajadores de la construcción mediante su lucha arrancaron a las patronales la jornada laboral de ocho horas ya en 1895. Los gráficos consiguieron reducir a siete horas la jornada de trabajo nocturno. El propio Battle y Ordoñez reconoció en 1911 que la lucha de los trabajadores había logrado reducir considerablemente la duración de la jornada de trabajo. Cuando la ley finalmente se aprueba a fines de 1916 la mayoría de los gremios organizados habían conseguido con su movilización la jornada de ocho horas.

Dos años antes, en 1914, se aprobó la Ley de Prevención de Accidentes de Trabajo donde se establecía la obligación civil del empleador de proteger la vida y la salud del trabajador. Desde este momento el empleador es deudor de seguridad y queda implantada su responsabilidad civil. Durante el proceso de discusión de la ley se producen importantes movilizaciones de trabajadores y duros debates con los empresarios y sus representantes políticos. Resulta claro que las mejoras en las condiciones de trabajo no fueron una graciosa concesión de las clases dominantes, sino producto de la lucha de los trabajadores.

Sin embargo, lejos de limitarse a aspectos corporativos la historia del movimiento obrero uruguayo está impregnada de una fuerte vocación de transformación social. La lucha por las libertades democráticas, la solidaridad con los que en lejanos rincones de la tierra enfrentan la tiranía, su fuerte papel en defensa de la república española y la búsqueda de la unidad de los trabajadores son aspectos permanentes a lo largo de la historia.

El proceso en la búsqueda de la unidad

Décadas de acuerdos y desencuentros, de actitudes sectarias y autocríticas y las experiencias de lucha y solidaridad conjunta van a lograr a mediados de los 60 la constitución de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT). Este proceso marca un aspecto fundamental de la identidad del movimiento obrero uruguayo donde diversas concepciones político-sindicales convergen en la construcción de la unidad.

El cisma producido en la izquierda internacional entre comunistas y anarquistas a partir de la guerra civil española parecía ser un obstáculo insalvable. Sin embargo, la fuerte convicción de que más importante que la divergencia entre dirigentes era la unidad de los trabajadores permitió dar este paso fundamental.

La fuerte gravitación de los trabajadores organizados en la lucha por la libertad, el salario y contra el autoritarismo marcará fuertemente el proceso de unidad de la izquierda política uruguaya y su lucha contra el terrorismo de estado. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la izquierda uruguaya se forja en las luchas obreras, en el compromiso de la Universidad con el movimiento popular, en las luchas estudiantiles, en la experiencia de los cooperativistas y el aporte de los intelectuales comprometidos con el pueblo.

La reciente aprobación de la Ley de Responsabilidad Penal del empleador nos demuestra la vigencia de las alianzas imprescindibles para seguir transformando el país.

Cuando en el 2010 nos pusimos a trabajar en una Ley de Responsabilidad Penal del Empleador lo hicimos a partir de una situación social que nos marcaba una dura realidad: la existencia de una crónica roja que pasaba totalmente desapercibida. Muere un trabajador por semana en accidentes de trabajo; cada dos días un trabajador queda con una discapacidad permanente; ocurren 50.000 accidentes de trabajo (registrados) por año y el aumento de los días de temporaria o sea los días de recuperación del trabajador accidentado, indicador del aumento de la gravedad de los accidentes, fueron elementos determinantes en la decisión de encarar este tema.

Los grandes medios de comunicación ocultaban esta realidad. No tenemos registro de que un equipo periodístico trasladara sus cámaras a la emergencia del sanatorio del Banco de Seguros del Estado para entrevistar al cónyuge de un trabajador gravemente herido o muerto en accidentes de trabajo para conocer el drama de esta familia obrera. Durante estos años, muy a pesar del silencio que quisieron imponer, logramos instalar el debate sobre la protección de la vida, la salud y la integridad física del trabajador. Dirigentes blancos y colorados a los que se le sumaron los del Partido Independiente gritaron a coro junto con los voceros de las Cámaras Empresariales: «no se debe legislar, todo está previsto en el Código penal». Luego de múltiples discusiones e intercambios y el aporte invalorable de juristas como Pablo Chargoña, desarrollamos un proyecto de ley basado en la experiencia de legislaciones avanzadas en el mundo que han permitido reducir de manera importante la accidentalidad y la muerte en el trabajo.

Dicho proyecto es una apuesta a la prevención, establece el delito de peligro y se adelanta la barrera punitiva. Su aspecto central está dado no en la sanción una vez que se produce el accidente o la muerte del trabajador sino que penaliza al empleador o a quien ejerciendo efectivamente el poder de dirección de la empresa no adopte los medios de resguardo y seguridad laboral previstos en la Ley y su reglamentación poniendo en peligro grave y concreto la vida, la salud o la integridad física del trabajador.

¿Cuál es el mensaje social que se pretende dar? Señor, usted que organiza el trabajo ajeno, ponga especial cuidado en la protección al trabajador. Asimismo en los artículos segundo y tercero se establecen los mecanismos a seguir para la presentación de las denuncias.

Cabe destacar que el proyecto emergente fue el resultado de la discusión entre todos los sectores del Frente Amplio y con la expresa aprobación de los jerarcas del Ministerio de Trabajo en el mes de octubre de 2013. El 6 de noviembre de 2013 el proyecto fue aprobado en Diputados con los votos de todos los sectores del Frente Amplio. Esta votación realizada con trabajadores concentrados frente al Palacio Legislativo y en numerosas ciudades y pueblos del interior del país siguiendo los debates que se producían en sala, ubicó al Frente Amplio del lado de la defensa de la vida de los trabajadores y a la oposición respaldando a las Cámaras Empresariales.
Cuando todo hacía esperar una actitud política similar del FA en el Senado, nos enteramos de la férrea oposición de algunos senadores del Frente Amplio que calificaron al proyecto de inconstitucional y anti-empresarial contrariando de forma manifiesta lo afirmado por diputados de su propio sector en la sesión del 6 de noviembre de 2013 (ver actas de la cámara).

Durante tres meses la resonancia en la prensa de los argumentos largamente sostenidos por las Cámaras Empresariales contribuyó a confundir a un sector de la población y a desdibujar el claro mensaje dado por el Frente Amplio en noviembre.

La inconsistencia jurídica y política de la línea argumental sostenida públicamente por algunos compañeros senadores quedó de manifiesto con los agregados que pretendían incluir en el texto que nada tenían que ver con la constitucionalidad de la norma.

La firme posición mantenida por algunos sectores frenteamplistas y la movilización de los trabajadores organizados en defensa del proyecto aprobado en diputados hicieron realidad la aprobación de esta herramienta fundamental en defensa de la vida. El día de la votación en el Senado en medio de sólidas argumentaciones, entre otros compañeros, de Constanza Moreira y Eduardo Lorier, algunos adjudicaron la aprobación de la Ley al efecto dominó desarrollado por dos diputados y la presión de los trabajadores movilizados.

¿Pero cómo? ¿No es un patrimonio de la izquierda, el trabajo conjunto entre los parlamentarios y los trabajadores organizados?

¿Acaso no demuestra la historia de nuestro país que para aprobar leyes obreras la movilización de los trabajadores es esencial para vencer las resistencias de la derecha?

Este debate está abierto en el Frente Amplio y de su dilucidación surgirá el rumbo del nuevo gobierno de izquierda para profundizar los cambios que avancen sobre las desigualdades, persistentes aún en nuestro Uruguay.

*Diputado por el Partido por la Victoria del Pueblo

Tomado de CUADERNOS DE COMPAÑERO, http://www.cuadernosdecompa.com.uy/cuadernos-de-companero/15-elecciones-internas/394-los-trabajadores-las-transformaciones-democraticas-y-la-izquierda-en-el-uruguay.html

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