Para Hugo
Publicado el 17/11/13 a las 11:53 pm
Te veo misterioso, como si construyeras
un mundo paralelo, un manantial de ideas,
un ávido ateneo de públicas polémicas,
un cabildo poblado de muchos cabildantes
que te habitan y andan entre tus pensamientos
como un fresno fecundo de historias y de verbos.
Firme como ese árbol, llano como sus hojas,
duro de tronco duro y como el tallo, tierno,
me falta tu sonrisa casi de niño eterno
de eternas juventudes que no machucó el tiempo.
Te nombro ahora y vuelves cual poema de Idea:
“Inútil decir más. Nombrar alcanza”. Es cierto.
Pero a pesar de todo me urge hablar contigo.
La muerte de un amigo es siempre prematura,
la partida al recuerdo es a horas tempranas
y la tuya me trajo dolor en las entrañas,
puntadas en el pecho, sudor de presión baja,
sensación de vacío, derogación del alba.
Hombre de pensamiento, reflexión en voz alta,
no está en las conclusiones la virtud de la idea
sino en el empedrado camino que la gesta,
lleno de otros caminos que forman la comarca
por donde va la gente que se cruza y que piensa,
que reconoce en otros los sueños que se crean.
Tu academia no tuvo pulcritud de academia.
Supo de compromisos, de opción de barricadas,
de pasos por veredas, por calles y por plazas.
Tus ideas no saben de neutrales ni asepsias,
son contagiosas, manchan, crecen y desperezan
la modorra del mundo que contigo despierta.
Tantas cosas quedaron pendientes de esta charla
que espero que me llames con tu voz apurada
y vengas a mi casa lleno de frases breves
o en medio de la idea tomes todas las pausas
y luego te levantes, te despidas, te vayas
con un bueno, nos vemos, con un hasta mañana.
No puedo resignarme a no verte en la calle.
Tendré que resolver la forma de encontrarte
en un libro, un periódico, detrás de un estandarte,
en el vuelo de ideas, de olas y de aves
o entre las multitudes o entre las soledades
o en la sombra del fresno o en la luz de la tarde.
No me alcanza nombrarte y sin embargo es cierto,
tal vez las cuatro letras de tu nombre me basten
para escribir el réquiem o la vasta elegía.
Quizá tu nombre sea la síntesis de todo
y ya no tenga heridas tu corazón abierto
y vuelvas con nosotros a ocupar tus espacios.
Ignacio Martínez
31.12.2006,
pocos días después
de la muerte de Hugo Cores