La futura estructura productiva.
Publicado el 29/03/13 a las 12:24 am
Uruguay ha tenido un elevado dinamismo económico en los últimos años que se ha reflejado en mejoras sustantivas en el empleo y en la distribución del ingreso. El crecimiento económico es muy importante, pero también lo es el contenido de dicho crecimiento, que en la actualidad es decidido por el libre juego del mercado. En la medida que no existe una estrategia de desarrollo que marque el rumbo de la actividad económica, es difícil influir sobre el contenido del crecimiento y sobre la propia estructura productiva.
La intervención del Estado junto a los principales actores económicos y sociales resulta imprescindible para avanzar hacia los objetivos vitales que marquen la estrategia de desarrollo. La futura estructura productiva debe tener en cuenta los avances internacionales en materia de conocimientos, de innovaciones y de contenido tecnológico. La estructura productiva es muy influyente sobre la inserción económica internacional, el empleo, la complementariedad productiva en el ámbito regional, la distribución del ingreso, la concentración de la propiedad, las propias relaciones de poder, el papel de la inversión extranjera directa y sobre la orientación de la política macroeconómica.
Los avances tecnológicos son fundamentales para mejorar el contenido del crecimiento y alcanzar el desarrollo. La estrategia de desarrollo debe elegir los rubros ganadores que la política económica debe estimular, para lo cual los contenidos tecnológicos son uno de los principales criterios a tener en cuenta. Por eso son fundamentales las políticas sectoriales que generen los apoyos necesarios a los rubros elegidos y al tamaño de las empresas correspondientes. Los avances que lleva adelante el Ministerio de Industrias en la elaboración e implementación de cadenas productivas de valor, con los consejos sectoriales correspondientes, se enmarcan en estas necesarias definiciones para la futura estructura productiva.
La estructura productiva es determinante para una dinámica inserción económica internacional. Estamos exportando recursos naturales, en algunos casos con importantes avances tecnológicos, pero con poco valor agregado. Estos son más de dos tercios del total de exportaciones de bienes que requieren más valor agregado y en muchos casos más contenido tecnológico. En estos días, se anuncia que Brasil fijaría impuestos a las exportaciones de soja en granos para incrementar el valor agregado de las exportaciones de dicho rubro. Cerca de un tercio de las exportaciones se colocan en el ámbito regional, especialmente en el Mercosur, donde más del 60% son de industria manufacturera, y cerca de un tercio son de alta y media tecnología. Las políticas sectoriales deberían apoyar los rubros que incorporan contenido tecnológico y valor agregado.
Para eso, es central la complementariedad productiva en el ámbito regional, lo que requiere acuerdos políticos que permitan a los países más pequeños enfrentar las actuales asimetrías. Esta complementariedad productiva es vital para colocar en el campo internacional rubros de alta y media tecnología. En estos imprescindibles acuerdos políticos, se deben definir las formas de participación de las grandes empresas transnacionales, que en la actualidad tienen una enorme influencia en la conformación de las estructuras productivas de los distintos países y, especialmente, predominan en la complementariedad productiva regional. Las definiciones de estas empresas transnacionales pueden o no coincidir con los intereses nacionales y regionales de los distintos países de la región. Es por eso que la intervención del Estado es vital en la elaboración de la futura estructura productiva, en las políticas sectoriales y en los correspondientes acuerdos políticos para encarar la necesaria e imprescindible complementariedad productiva regional.
La estructura productiva es primordial para atender la problemática del empleo. Por un lado, para que las políticas sectoriales apoyen a aquellas empresas y rubros más generadores de empleo productivo directo e indirecto. Por otro lado, para enfrentar la heterogeneidad estructural y debilitar las diferencias de productividad, empleos calificados y niveles salariales que existen en el ámbito intersectorial e intrasectorial y en determinados rubros específicos. Nuevamente las políticas sectoriales son indispensables para apoyar los rubros y tamaños de empresas para alcanzar estos objetivos de empleo, como los descensos del desempleo abierto, la subocupación y la informalidad.
La futura estructura productiva es vital para atender los objetivos de enfrentar la desigualdad de ingresos y, en consecuencia, para mejorar la distribución del ingreso y acercarnos a los vigentes en el mundo desarrollado. Hay dos factores vitales para enfrentar: la heterogeneidad estructural y la concentración de la propiedad. Avanzar en la resolución de la heterogeneidad atendería las actuales diferencias salariales. Enfrentar la concentración de la propiedad no es un tema sencillo. El Estado puede utilizar diversos instrumentos. En casos excepcionales, la nacionalización dentro del Estado de derecho y sin afectar las necesarias inversiones del sector privado. Por la vía tributaria, con el necesario equilibrio de mitigar la concentración de la propiedad y no desestimular la participación del sector privado en el proceso de acumulación de capital. Lógicamente, se requieren regulaciones y controles sobre la participación de las inversiones directas extranjeras, que deben ser funcionales a la futura estructura productiva. Uno de los temas más difíciles de resolver en el plano regional es la definición de acuerdos sobre la inversión extranjera directa. Hoy los países de la región compiten, inclusive con rebajas tributarias, por los destinos de dichas inversiones. Acuerdos de localización y de estímulos serían muy importantes para el futuro. Ello significa también las necesarias definiciones de su participación en el proceso de complementariedad productiva, como analizamos con anterioridad.
El análisis de la concentración de la propiedad nos lleva, necesariamente, a abordar el tema de las relaciones de poder, para lo que son imprescindible nuevos estudios e investigaciones sobre el tema. Junto a ello, para gobiernos de izquierda, son imprescindibles definiciones sobre el sujeto social de transformación de esta matriz productiva. En este plano, las carencias nacionales e internacionales son evidentes y notorias, y afectan las posibilidades de superación del régimen capitalista.
La extraordinaria relevancia de la futura estructura productiva marca claras orientaciones para la política macroeconómica, que no puede reducirse a atender exclusivamente la estabilización de precios, e inclusive tomar decisiones que afectarán esta nueva matriz productiva, como la actual política cambiaria. Junto al objetivo antiinflacionario, deberá contemplar el crecimiento económico, el contenido del mismo, la competitividad, los criterios sobre el empleo e inclusive sobre la distribución del ingreso. Este es un enfoque heterodoxo, inclusive en el plano de las políticas macroeconómicas, pero que consideramos vital debatir en la fuerza política para lograr objetivos más amplios y profundos en un tercer gobierno del FA.
TOMADO DE LA REPÚBLICA, 28/38/13, http://diariolarepublica.net/la-futura-estructura-productiva/