Los objetivos sanitarios del próximo período (3)
Publicado el 04/03/13 a las 2:32 am
Por Pablo Anzalone, Secretario General del PVP.
En dos artículos anteriores abordamos algunas grandes prioridades para la salud en el próximo período. En uno de ellos destacábamos las mal llamadas “enfermedades crónicas no transmisibles” con sus altísimas cifras nacionales de mortalidad y su vinculación con estilos de vida sedentarios y los malos hábitos de alimentación.
En otro artículo desarrollábamos los graves problemas vinculados con el embarazo y la primera infancia, sobre todo en los sectores sociales más vulnerables. Déficit en la captación precoz y los controles del embarazo, sífilis congénita, anemia infantil, malnutrición por déficit y también obesidad, falta de estímulos y cuidados adecuados para el desarrollo en los primeros años de vida.
En estas líneas nos interesa abordar un problema vinculado con la salud mental de la población, el suicidio, que presenta niveles muy altos en nuestro país.
Uruguay tiene las mayores cifras porcentuales de suicidios de toda América del Sur. Fueron 537 casos en 2011 (16,6 cada cien mil habitantes) y subieron a 574 (17,5) en 2012. Es segundo en A. Latina, aunque debe tenerse en cuenta que los registros de las causas de muertes son mejores en nuestro país.
Al mismo tiempo, de las diversas formas violentas de fallecimiento, el suicidio constituye la principal, seguida por los accidentes de tránsito (499 casos en 2012) y finalmente los homicidios (267 en 2012).
En Uruguay las cifras de suicidio cada 100 mil habitantes se incrementaron de 10.06 en 1963 a 13.18 en 1993. Era 8.7 en 1987.Sin embargo la tasa de suicidio se elevó drásticamente hasta llegar a 20.01 en el año 2002. Chile, por ejemplo, tenía 6.2 casos de muerte por suicidio cada 100 mil habitantes en 1997, elevándose a 10.8 en 2004.
Dentro del país, ciudades como Castillos, departamento de Rocha presentaron cifras extremas de 102.1 en el año 2007 descendiendo hasta 28.03 en el 2010.
En barrios del Oeste montevideano como Cerro Norte, La Boyada, Maracaná, La Paloma, llegó a 40.39 en el año 2000. Por esta razón la Intendencia realizó un convenio con la organización Último Recurso para generar un dispositivo de prevención en el Cerro.
A lo largo de estos años Ultimo Recurso y la Intendencia mantuvieron una línea telefónica de crisis, realizaron talleres mensuales de prevención con la comunidad, implementaron puestos centinelas, organizaron grupos de rehabilitación con sobrevivientes de intentos de autoeliminación. También asesoraron a profesionales y trabajaron en la prevención con escolares, liceales y sus docentes. Muchas de estas actividades son coordinadas con las Policlínicas de la Intendencia, con el Centro de Salud del Cerro, con Liceos y Escuelas de la zona. Se realizan en forma permanente estudios sobre factores de riesgo y de protección de la zona. Las tasas de suicidio descendieron desde la aplicación del proyecto de Último Recurso/Intendencia. En 2004 las tasas de suicidios en mujeres eran de 12 por cien mil habitantes y bajaron a 9,6 en 2006. En hombres la tasa en 2005 era 38.3 y en 2006 descendió a 30,6.
En los últimos años se llevaron a cabo talleres de capacitación en Policlínicas de la Intendencia de todo Montevideo con los equipos técnicos y los usuarios en sala de espera.
Esta problemática social va más allá de las muertes por suicidio ya que se producen una cantidad mucho mayor de intentos de autoeliminación, que dejan a su entorno socio familiar con graves secuelas a nivel emocional.
Los suicidios son una de las expresiones más extremas de sufrimiento social. No son solo actos individuales sino que emergen de un proceso colectivo, de profundos e irresueltos conflictos sociales y familiares.
La elevación de las cifras en la crisis del 2002 muestra las interrelaciones múltiples con la situación económica y social. La disparidad territorial indica una mayor presencia de factores de riesgo y la carencia de factores protectores en esos ámbitos.
La soledad, la depresión, la violencia doméstica, el abuso y la explotación sexual, la discriminación por orientación sexual, por capacidades diferentes, la ausencia de oportunidades de desarrollo personal, el desempleo, el uso abusivo de sustancias psicoactivas , son algunos de los factores de riesgo que encontramos.
Las políticas de prevención todavía son débiles en relación con la dimensión del problema. El tema merece una revisión a fondo y la implementación de nuevas líneas de acción de prevención general y específica. Estas políticas deben incluir a la comunidad en sus diversas formas de organización para fortalecer los factores protectores que ya existan.
La asistencia telefónica a las situaciones de crisis se sostiene hoy desde la Intendencia de Montevideo y Ultimo Recurso con el nº * 8483 (*VIVE) gratuito para celulares de Antel y Movistar y 0800-8483 de 19 a 23 hs). Existen esfuerzos para ampliar a nivel nacional el alcance de la línea de crisis generando un convenio interinstitucional que le dé soporte.
La formación de promotores comunitarios ha dado buenos resultados también en esta área. El Ministerio del Interior ha llevado adelante Cursos de Consejeros de Pares para su personal con apoyo de Último Recurso. El MSP ha resuelto recientemente el registro obligatorio de los intentos de autoeliminación junto con el apoyo y seguimiento de estos casos. La elaboración del Plan Nacional de Prevención del Suicidio 2011-2015 fija metas de reducción de 10% al 2020.
Es destacable la aprobación por la ley 18.097 del Día Nacional de Prevención del Suicidio, 17 de julio, como reconocimiento de la importancia del tema y de la necesidad de incrementar las medidas al respecto.
El suicidio no es un problema médico o de salud mental solamente sino que, se trata de uno de los mayores cuestionamientos que una sociedad puede recibir. La sobrevivencia de nuestra especie está ligada a la capacidad que tengamos de cuidar y proteger a cada uno de sus miembros independientemente de sus peculiaridades individuales.
El suicidio, en tanto comportamiento destacado en nuestro país, nos obliga a cuestionarnos acerca de qué tipo de sociedad estamos construyendo. Y pensar acerca de qué tipo de sociedad queremos para nosotros y para nuestra descendencia.