sábado 12 de octubre, 2024

Un libro sobre el futuro y nuestra relación con el pasado.

Publicado el 11/11/12 a las 12:28 am

Palabras de Sara Méndez en el Homenaje a Gerardo Gatti y la presentación del libro «Gerardo Gatti, Revolucionario» de Ivonne Trías y Universindo Rodríguez, organizado por el PIT-CNT y Editorial Trilce.


Mi agradecimiento por invitarme para presentar este libro que trata sobre la vida, de un militante revolucionario, que gravitó sobre la historia de nuestro país, de la izquierda uruguaya, y muy especialmente, en la fuerza política de la que fue dirigente y de la que fui parte. Cuando acepté, sentí que asumía una tarea que no iba a poder satisfacer, pero a la que no podía negarme.
Ni bien tuve el material, pensé en su historia de construcción. Ivonne tomo esa iniciativa en el año 2005 que interrumpió por la muerte sorpresiva de Hugo Cores (2006). Escribió, entonces, el libro: Hugo Cores, Pasión y Rebeldía en la Izquierda Uruguaya que finalizó en el 2008. Al tiempo de retomar la escritura del libro sobre Gatti, se unió a este trabajo Universindo Rodríguez, El Yano, en el transcurso del trabajo se le diagnostica la enfermedad que no puedo superar, dedicando los últimos momentos de su vida a finalizar el libro junto con Ivonne.
Gerardo Gatti, revolucionario, fue confeccionado a partir de entrevistas grabadas, a 60 compañeros y voluminoso material extraído de periodísticos, de boletines sindicales, publicaciones clandestina, con la desgravación de parte de decenas de cintas y documentos de la fuerza política de Gatti , material que fue preservado y por su conservación sufrieron riesgos y prisión, muchos militantes. Los documentos fueron el gran botín. El botín de ideas, de compromiso escrito, de análisis y propuestas, de programas de lucha contra la dictadura, de proyectos revolucionarios por la construcción de una sociedad de libertad y justicia social. El botín cuidadosamente conservado contiene años de lucha de cientos de hombres y mujeres que Ivonne y Universindo comenzaron a desenterrar, a dar a luz, para entregarnos hoy en este libro.
Treinta y seis años hace del secuestro y desaparición de Gerardo Gatti y nos debíamos el rescate colectivo de su memoria. .Ojalá que sea un aporte, especialmente, para las nuevas generaciones. La tarea no era fácil. La revisión del pasado, el mirarnos a nosotros mismos, es un desafío siempre. Hablar del pasado, dar cuenta de él y hacerlo público, en materia política, lo es mas aún. Pero la tarea fue tomada con responsabilidad por cada uno de los que participamos, actitud que hay que resaltar, primó un sentido de cuerpo. Traer al presente la vida de GERARDO GATTI y de su tiempo revolucionario para reflexionar sobre sus significados actuales, es uno de los objetivos que se plantea este trabajo. Tiempo de los grandes proyectos nacionales y continentales de carácter revolucionario.
Para hablar de la vida de Gatti, tenemos que recorrer varias décadas de estos tiempos de los grandes proyectos.45 años tenía Gatti, cuando el terrorismo de estado dispuso hacerlo desaparecer. Este no es un libro condescendiente, ni con la época de Gatti ni con la nuestra.
Hijo de una familia de clase media, ingresa al colegio Elbio Fernández, donde realiza sus primeros años de estudio. Los Preparatorios los cursa en el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, IAVA.
Estudio, trabajo, periodismo y militancia marcaron el pasaje de Gatti por ese centro que, en esos años, integraba la dirección de la FEUU. A su vez la militancia de la FEUU estuvo siempre muy cerca de los trabajadores que en ese período enfrentaban la frecuente intervención tanto de la Marina como del Ejército en los gremios en conflicto, donde sustituían a los trabajadores en huelga.
Comienza a escribir en el periódico. Lucha, que según relata Hugo Cores, tenía cierta semejanza temática con Marcha: antiimperialista, tercerista, pacifista, antimilitarista. El lema del periódico era un pensamiento de Romain Rolland:
“Todo hombre que lo sea de verdad debe aprender a quedar solo en medio de todos, a pensar solo por todos, y si fuera necesario, contra todos”.
En el libro se reseñan una serie hechos que influyeron en el imaginario intelectual e ideológico de Gatti: La fuga de la Carbonería, la larga huelga de los gráficos en la dictadura de Terra como de las raíces de algunos parteaguas entre los trabajadores -como la figura del carnero-Gatti sacó enseñanzas y valores que afianzó en su corta vida.
Va a formar parte de “la camada del 50”, una tanda de jóvenes que empezó su militancia en Juventudes Libertarias, muchos en la FEUU, que defendían el cogobierno y la autonomía universitaria, se mezclaban con el movimiento huelguístico con los trabajadores y eran terceristas en política internacional.
Dicen los autores de este libro: En ese período que esos jóvenes se lanzaron a la militancia, se enamoraron, eligieron profesiones y tomaron decisiones vitales que en la década siguiente fueron sometidas a duras pruebas de madurez.
En los años 50, Gatti se perfiló como dirigente estudiantil y político, participó en un congreso estudiantil en Turquía. Se enamoró, se casó y tuvo dos de sus tres hijos (el tercero nació en el 67). Estudió literatura, en el IPA, y dejó un cómodo puesto en la administración pública para hacerse linotipista. En estos años se entregó en cuerpo y alma definitivamente a la militancia estudiantil, sindical y política.
En torno a la huelga de los gremios solidarios (1952), los anarquistas habían discutido la necesidad de darse una organización política propia. En 1953, el periódico Voluntad, con el apoyo de Juventudes Libertarias y del Ateneo Libre, fue el medio elegido para organizar las fuerzas de los anarquistas. Y a ese esfuerzo se incorporó Gatti. En el año 56 empieza a sesionar el Congreso Constituyente de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU).
En diciembre del 58, frente a la embestida gubernamental por reglamentar la actividad sindical, la FAU plantea que “como nadie habrá de resolver sus problemas, el proletariado deberá seguir bregando por resolverlos mediante su propio esfuerzo, ello demandará la imprescindible unidad de acción de los trabajadores”
Gatti escribe en Lucha Libertaria en ese mismo año: “El movimiento sindical no ha podido construir su Central, absolutamente representativa, abarcativa del conjunto. Ha creado sí su convención a imagen y medida de lo que es hoy el movimiento reflejo de sus avances grandes y sus limitaciones graves, pero programáticas y estructuralmente abierta, por lo tanto realidad fértil par el trabajo tenaz y consecuente de los militantes sindicales”
En mayo del 59 la visita de Fidel Castro a Uruguay y el proceso que estaba viviendo Cuba produjeron sobre la militancia anarquista un impacto importante.
En ese momento, en Gatti y en general en la FAU “había una gran apertura hacia la reunión de las orillas, hacia el surgimiento del tercermundismo, la revolución tercermundista, lo que pasaba en Argelia, en África, en EEUU, contestación a la vida cotidiana del capitalismo. Esa apertura a lo nuevo que estaba pasando ante los ojos del siglo. Muchos anarquista quedaban apegados a una contestación contra el Estado, contra Stalin, contra el capital, un esquema demasiado duradero, Gerardo no, afirma Cores.
Estas posiciones que aparecían en Lucha Libertaria, publicación de la FAU, mereció la apreciación del sociólogo argentino Julio Mafud: “He recibido Lucha Libertaria, es el mejor periódico libertario que hoy se edita. La posición de los compañeros en esa me parece la más adecuada y la más ubicada en la realidad de toda Latinoamérica. No sé si ustedes se dan idea de lo que han logrado. Lo que pocas veces los libertarios han hecho, hacer coincidir los problemas libertarios con los problemas esenciales del país donde se vive. Esa me parece la pauta fundamental para barometrar la realidad de un movimiento”.
Aunque en su Congreso constitutivo la FAU, había acordado centrar la acción en el desarrollo del movimiento obrero, ajustar estrategia y táctica a las particularidades de cada país y validar la acción directa revolucionaria, hubo sectores que mantuvieron una concepción diferente. Algunos anarquistas consideraban el viraje centralista, estatista y autoritario de proceso cubano y consideraron la hora de las definiciones. En 1960, con discrepancia internas, la FAU declara su decidido apoyo a la Revolución cubana. Y no eran solamente los núcleos obreros libertarios los que apoyaron la Revolución desde el comienzo, sino también los de la cultura. En el 62 ya las posiciones estaban tomadas y entre noviembre y diciembre del 63 se produce la división de la FAU.
Gatti que a comienzo de los 60 había empezado a trabajar como linotipista, desarrolla una intensa actividad como dirigente gráfico en los plenarios obrero-estudiantil y en las coordinaciones preunificación sindical. En esos años había ingresado a trabajar en el diario Época.
En abril de 64 llegó a Montevideo una segunda marcha cañera que sufre la represión de fuerzas policiales. Se intensificó el esfuerzo de los sindicatos, entre ellos el Congreso Obrero textil, Funsa, bancarios, gráficos, para rodear de solidaridad a los cañeros.
En el proceso de unificación orgánica y programática del movimiento sindical se reconocen como fechas clave setiembre de 1964, cuando se creo la Convención Nacional de Trabajadores, como organismo coordinador; agosto del 65 cuando se realizó el Congreso del Pueblo y en octubre del 66 con el congreso de unificación, que transformó a la CNT en el organismo de unidad nacional de los trabajadores. Cada uno de esos pasos representó la mejor síntesis posible que las distintas tendencias alcanzaron para actuar juntas. Y en cada una de ellas Gatti tuvo un papel destacado.
POR LA LIBERACIÓN TOTAL, titulan los autores al capítulo que va del 66 al 67: se define en este período, a grandes rasgos, una aspiración masiva al cambio. Para las izquierdas el cambio buscaba la unificación de las organizaciones populares antiimperialistas, el apoyo a los procesos revolucionarios. Estas ideas tuvieron su centro en las conferencias Tricontinental (1966) y de Solidaridad (1967) ambas con sede en La Habana. Es en estos años que surge en la izquierda de varios países un movimiento político del cambio pero muy crítico de los modos en que la izq. tradicional lo había procesado hasta el momento. En nuestro país este movimiento será denominado “Tendencia Combativa”, o simplemente “Tendencia”.
En proyectos editoriales de la FAU, destinado al análisis de la Tendencia, en que Gatti trabajó con Cores se señala que con sus errores y carencias, le Tendencia significó una concepción de la acumulación de fuerzas que buscó desarrollar al máximo el potencial de lucha de los trabajadores y el pueblo, no para ganar nuevos escaños en el Parlamento, sino para producir una ruptura revolucionaria.
El diario EPOCA publicó su primer número en junio del 1962, con comités de apoyo en todo el país. En la publicación participaron casi todos los grupos de izquierda, salvo el PC. En su primer número se presentó así: Época no es el órgano de una fracción política, ni de un partido, ni siquiera de una empresa comercial. Y no tiene, no admite ni reconoce, vinculación alguna con nadie” Sus directores en forma rotativa fueron Carlos Quijano, Gutenberg Charquero, Guillermo Chifflet, Eduardo Galeano y Gerardo Gatti. En febrero del 67 Época decide suspender la aparición acosado por sus problemas financiaron, especialmente cuando se eliminó el subsidio a la prensa. Finalmente Época reaparece en diciembre de ese año publicando en sus páginas centrales lo que la define como una empresa común de los partidos y agrupaciones definidos expresamente dentro de las coordenadas revolucionarias de la Conferencia de la OLAS.
El 12 de diciembre los talleres y la redacción de Época fueron allanados, la policía detuvo a decena de personas y confiscó la edición y ocupó los locales partidarios de los grupos firmantes. Época y El Sol fueron clausurados, los grupos firmantes del acuerdo ilegalizados y los 6 miembros del consejo editor requeridos y procesados. Las organizaciones que conformaban el proyecto Época. Fueron ilegalizadas.
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Yo detengo acá esta síntesis de alguno de los principales hechos acontecidos en los primeros años de la militancia de Gatti, por un problema de tiempo (los 15 minutos de exposición) y casi con la certeza de que no fue el mejor camino elegido. Quedan sin reseñar para iluminar nuestra memoria, muchos e importantísimos años de la vida política y social de nuestro país, donde GERARDO GATTI estuvo presente, en el debate de intercambio de ideas siempre, buscando la reflexión, la precisión del concepto y la unidad de clase. Cuando elige ser un obrero, (su trayectoria de vida lo demostró) no responde a posturas de falsa proletarización. Esta convencido de su papel revolucionario de los trabajadores.
La revolución que estaba en el horizonte de la acción de hombres como Gerardo Gatti, es hija de la época que le toco vivir. Es la construcción teórica, y el esfuerzo militante de una generación de compañeros, como León Duarte, de Raúl Cariboni, de Hector Rodríguez, de Raul Sendic, de Gerardo Cuesta, de Vivián Trías, de Hugo Cores y tantos otros.
Hoy, nos separan de ese empeño en el que a muchos de ellos se le fue la vida, un periodo de nuestra historia cargado de nuevos desafíos, que sólo podrán ser resueltos revolucionariamente si resolvemos de forma adecuada nuestra relación con nuestro pasado, con nuestra historia. De eso trata este libro.

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