Un compromiso nacional y personal con los derechos humanos y el derecho internacional.
Publicado el 05/09/11 a las 12:02 am
Discurso de S.E. la Sra. Laura Dupuy Lasserre, Embajadora y Representante Permanente del Uruguay ante la Oficina de las Naciones Unidas y otros Organismos Internacionales con sede en Ginebra al asumir la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Ginebra, 20 de junio de 2011
Señor Presidente,
Señora Alta Comisionada,
Excelencias,
Distinguidos Delegados,
Señoras y Señores,
Deseo agradecer a todos los países la confianza depositada en Uruguay, y en mi persona, para ocupar tan alto cargo, y en particular agradecer a la región de Latinoamérica y El Caribe, por nominarme como su representante en esta mesa, en el sexto ciclo del Consejo de Derechos Humanos.
Quiero manifestarles que el acceder a la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en tanto principal órgano en esta materia, constituye un gran honor para mi país, el Uruguay, así como para mí.
UN COMPROMISO NACIONAL Y PERSONAL
Uruguay, es un país miembro fundador de las Naciones Unidas, respetuoso del derecho internacional y comprometido con la promoción y protección de los derechos humanos.
Sin embargo, como tantos otros países de la región, padeció hasta hace algo mas de dos décadas atrás, una muy triste dictadura que conculcó derechos y libertades, inherentes al ser humano ; derechos y valores que estuvieron siempre presentes en nuestra vida nacional, desde la conformación misma de nuestra nacionalidad, cuyo bicentenario celebramos este año.
Por eso, valoramos esos derechos y libertades y sabemos que su defensa se hace en el día a día, por cada uno de nosotros, como simples ciudadanos.
Mi compromiso personal con esta causa, además de nutrirse de los valores nacionales compartidos, donde democracia y justicia social van de la mano, también pasa por haber vivido de cerca las injusticias de la dictadura, que afectó directamente a mi familia, con mi padre preso político y torturado, como tantas otras víctimas, que hoy quiero honrar.
Visualizo mi humilde trabajo desde la presidencia como un trabajo en esencia colectivo, para el cual espero la colaboración y el compromiso de todos y cada uno de ustedes, con el objetivo de poder llegar a influir donde se requiera, para aliviar situaciones preocupantes en el terreno. Esa es nuestra tarea principal, como consejo y como sistema internacional de derechos humanos.
La cooperación con el sistema es esencial y la confianza en el mismo también. Esperamos poder fortalecer el rol central que juegan los procedimientos especiales y la Oficina del Alto Comisionado de N.U. para los Derechos Humanos (OACNUDH), por su alcance universal, mas allá del valioso rol que cumplen los órganos de tratados con los estados parte. El sistema también incluye a las Ongs y las instituciones nacionales de derechos humanos, con sus contribuciones específicas y valiosas.
LA PRIMERA MUJER
Permítanme decirles –y entiendo es un mensaje que el GRULAC quería dar al postular a una mujer a este cargo-, que el hecho que sea la primer mujer Presidente del Consejo de Derechos Humanos debe ser una fuente de inspiración para otras mujeres y en particular para aquellas que aún se debaten para acceder a derechos básicos como la educación, la salud, y contra la discriminación que naturaliza la violencia en sus múltiples expresiones; un mal que afecta a todos los países, incluido el mío, donde aún la violencia doméstica se cobra tantas víctimas.
Además de recordar hoy la labor de mis cinco predecesores, los representantes permanentes de México, Rumania, Nigeria, Bélgica y Tailandia, deseo agradecer especialmente a usted, su excelencia emb. Sihasak Phuangketkeow, representante permanente de Tailandia, por su destacadísimo desempeño en la Presidencia del Consejo este último año, aportando la transparencia necesaria y toda su paciencia y savoir faire para llevar adelante exitosamente el proceso de consultas para la revisión del Consejo, y también para apoyar o favorecer otros logros, como los que se han dado en el abordaje de distintas situaciones que pueden requerir la atención de este órgano.
Permítame decirle que este sentir hacia su labor, este reconocimiento es unánime. Comparto todos los desafios identificados en su discurso hoy y espero excelencia seguir contando con su apoyo y experiencia para abordarlos.
LAS TAREAS FUTURAS
Ahora tenemos por delante algunas tareas ya pautadas en el proceso de revisión del Consejo, pero imagino también que, con la riqueza de ideas y debate que se dio, seguramente surgirán nuevas ideas, que eventualmente alcancen consenso gradualmente y lleguen a facilitar y mejorar nuestro trabajo en pro de los derechos humanos.
Además, en 2012 iniciaremos el segundo ciclo del examen periódico universal (EPU) y estimo que sera una muy buena ocasión para asentar este mecanismo tan valorado por todos y para evaluar constructiva y conjuntamente situaciones y seguir buscando las formas de facilitar cooperación y asistencia técnica para atender algunas necesidades prioritarias para cada país, para que el esfuerzo nacional sea en alguna medida también apoyado por la comunidad internacional.
Respecto al tema cooperación, tendremos un panel con agencias de N.U., iniciativa que puede contribuir a una mayor integración de la perspectiva de derechos humanos en el trabajo de las mismas y a la vez a favorecer la sinergia de esfuerzos, en monitoreo y en creación de capacidades nacionales, cada una en las áreas de su competencia.
Este año celebramos el año internacional de los afrodescendientes, lo que nos invita a seguir reflexionando sobre la implementacion del principio y derecho a la no discriminación y sobre las medidas necesarias para promover el desarrollo personal con dignidad.
Asimismo celebramos el aniversario de la declaración sobre el derecho al desarrollo, en un momento aun de crisis económico-financiera internacional y de reclamos populares legítimos de mejoras sociales. Tendremos dos oportunidades para compartir experiencias y reflexionar sobre como se da esa interrelación entre todos los derechos humanos, que en definitiva propicia el desarrollo de los países, de sus pueblos, de los individuos.
Para finalizar, permitanme agradecer el apoyo permanente de mi familia, de mi marido aquí presente, la presencia del Director General para asuntos Políticos del Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, como un gesto de ese compromiso país con la causa de los derechos humanos, y el trabajo diario del equipo de mi misión.
Muchas gracias.
Ginebra, martes 20 de junio de 2011.
Nota: el título y los subtítulos son del editor.