EN CONTRA DE LA AMBIGÜEDAD.
Publicado el 08/11/10 a las 1:14 am
Cuando en la misma sesión del Consejo de Ministros el Presidente Mujica dice: “hay que concentrarse en gobernar», e insta a los secretarios de Estado a priorizar el discurso en la equidad y la indigencia y dejar de lado tema de la ley de Caducidad, “que es de la fuerza política” y que, a modo de ejemplo, deberían rebajarse los sueldos, puesto que “podemos estar más ricos y la sociedad estar más pobre en valores», tenemos una demostración del grado de confusión que Mujica tiene respecto del momento político que se vive, de la cabeza de los frentistas y de la situación en que se encuentra la fuerza política que comanda.
Mujica parece no haberse percatado de que sus ambigüedades con la ley de caducidad y la posición pública de unos cuantos senadores, no solo ha dejado en evidencia que la ley se mantiene más por culpa propia que por extraños, sino que, además, eso ha decepcionado a una gran cantidad de los frentistas, (posiblemente al sector más consecuente) y eso no lo arregla por más viviendas y lucha contra la indigencia que se realicen.
Mujica y junto con él una parte de la dirigencia del FA, parece no haber entendido que para la inmensa mayoría de los militantes y simpatizantes, la erradicación del la ley de impunidad no solo es una cuestión de principios, porque es una causa justa, sino que, porque es una causa justa, es que se ha convertido en el núcleo moral en el que fundamentan su adhesión, permanencia y militancia. Que esa causa, es la base sobre la cual se asientan otros valores, (solidaridad, respeto por la vida, desprendimiento personal, etc.) que aparentemente tanto preocupan y que van a contrapelo con “el hacé la tuya” o “a mi que me importa si yo no soy familiar”, más acorde con la cultura individualista y consumista que nos aplasta.
Sería un error pensar que todos los frentistas están igualmente indignados y comprometidos en erradicar la ley; pero no sería menos erróneo subestimar la importancia que ese pensamiento tiene para la inmensa mayoría de los militantes, especialmente para los más jóvenes. Es importante en tanto que los moviliza, pero también es importante en tanto que fundamento de una cultura política diferente. Es imposible determinar lo que mueve a una masa tan grande de gente, tan diferente en edad, condición económica, ubicación geográfica, y demás; pero suponer que la mayoría de los que han militado o sencillamente votado al FA lo han hecho por motivos puramente egoístas, pensando exclusivamente en su futuro bienestar material y que es a partir de ahí (del bolsillo) desde donde juzgarán la actuación del gobierno, es un error garrafal de incalculables consecuencias.
Pero subestimemos a los frentistas y supongamos que así fuera; que según les vaya personalmente por la feria, mañana se pronuncien. ¿Qué habríamos transformado en sus valores? ¿Sería con esos compatriotas cuyo sentido de la solidaridad no traspasa el teletón que pensamos una colectividad diferente?
Es verdad que “no solo de pan vive el hombre” pero tampoco alcanza con rebajarse el sueldo para predicarlo.
5/11/2010