viernes 29 de noviembre, 2024

Construcción de Políticas Publicas en Drogas: Cogestión desde los entramados vinculares o fetichizacion de «la droga»

Publicado el 27/08/10 a las 12:04 am

Lic. Milton Romani Gerner (1)

Es preciso insistir en la complejidad de fenómeno de las adicciones. Término que alude al campo siempre ambiguo de lo patológico. El fenómeno de las drogas, tiene un capitulo problemático, no únicamente en el registro adictivo. Y tiene una historia donde el placer y el goce, el re-ligare y la necesidad de calmar los dolores del cuerpo y del alma, registran un uso cultural de drogas con un sentido y con un control auto construido. Culturalmente también, el tema ha sido capturado por la literatura, la sociología, incluido los mitos, y fundamentalmente por la clínica medica y psiquiatrica dentro de la soberanía de la sustancia toxica y solo en sus efectos problemáticos.

Traducido, instalado y potenciado por la Vulgata (2) mediática como representación social y comportamiento cultural en clave de alarma social. La sociedades parecen necesitar de un Fetiche que se transforma en chivo expiatorio, cordero ritual que libera los pecados del mundo. En clave postmoderna “mis pecados”. La de los otros, la del Otro, que se arreglen como puedan. Luego tiene la tendencia a ocultarse como si fuera un tabú que no se puede analizar, pensar, debatir y abordar en términos ciudadanos. Dolor, malestar cultural, “hechizo” colectivo que parece revelar que las drogas y los comportamientos adictivos están más allá del consumo individual de sustancias. Producción de subjetividad que es inherente a las necesidades humanas de la sociedad y cultura actual.

Síntoma de un malestar, construye sus propias defensas en forma colectiva y arma sus propias configuraciones. El complejo entramado vincular parece ser una clave explicativa que trasciende la triada “sustancia-sujeto- contexto”. Se eleva como episteme que guía tanto la clínica como algunas líneas explicativas. Regístrese que a veces la mirada es solo dual (sustancia sujeto) y generalmente circula solo con la soberanía absoluta de la sustancia.

La experiencia que hemos realizado desde la construcción de políticas publicas hecha algunas luces sobre la complejidad enunciada. Da algunas pistas, solo algunas, para su abordaje con una mirada productiva y con la pretensión de reducir los aspectos dolorosos, riesgosos y emergentes que involucran a toda la polis. Nosotros partimos de un enfoque vincular, donde el entramado social, la construcción cultural y el enfoque político multidimensional, son constitutivos del problema. Definido así, lo acerca al desafío humano, a la construcción colectiva de la convivencia y de lo cultural. Tomamos distancia de lo que llamamos “teoría flagelar” que en un mismo movimiento coloca el problema fuera de los sujetos humanos y lo coloca “en lo infeccioso”, ajeno a la potencia de nuestros vínculos, definido a partir de la “voluntad” y de la moral. Flagelo viene de castigo de Dios, y luego de las plagas infectocontagiosas, donde los sujetos somos huéspedes involuntarios. La salud pública ya ha demostrado que incluso en estas, el papel de los colectivos y las políticas de salud son algo más que medidas preventivas. Explican el fenómeno.

En la Estrategia Nacional sobre el Problema Drogas definida por la Junta Nacional de Drogas plasmamos nuestra concepción:

“(…) Se trata de un problema social complejo, multidimensional y multicausal, fuertemente anclado en los factores políticos y culturales de la sociedad y la comunidad, que exige una presencia activa del Estado en sus obligaciones fundamentales y una participación activa y protagónica de la sociedad, desplegando un fuerte compromiso en todas las áreas de la administración y las redes sociales de organizaciones de la sociedad civil

“(…) abordar la complejidad del uso problemático de drogas y el trafico ilegal de drogas y el lavado de dinero, en un enfoque de continuidad y complementación de acciones de las diversas áreas de intervención, bajo el concepto de responsabilidad compartida estado y sociedad. De presencia rectora del Estado impulsada desde la Junta Nacional de Drogas, en su responsabilidad de construir políticas publicas y de garantizar derechos y garantías inherentes a los derechos humanos individuales y colectivos. Estrategia que asume la política como un continuo con un enfoque plástico y singular que va desde la promoción de hábitos y valores saludables, prevención primaria y secundaria, enfoque de reducción de daños, tratamiento y rehabilitación, reinserción social y control de la oferta y lavado de activos.

(…)Considera la política de drogas como una construcción y un debate permanente entre la sociedad y el Estado, anclado en las Políticas Sociales del gobierno, al servicio de los sectores más vulnerables y contra la exclusión social y ciudadana, desde una perspectiva de derechos y garantías, convocando a un compromiso interinstitucional e intersectorial bajo la consigna de “Problema drogas: compromiso de todos”. (3)

Algunos enfoques fundamentalistas intentan hegemonizar impulsando una mirada única indiscutible e imperativa. Miradas clínicas y políticas duras que atraviesan todas las practicas. Los fundamentalismos no son solo de corte político o religioso en la actualidad. El tema drogas en la medida que incorpora una impronta equívocamente “milagrosa” es proclive al pensamiento mágico, al puritanismo vacuo y a todo tipo de tipo de receta inamovible. En un campo donde hay mas preguntas que respuestas parecería que la amplitud y variedad de abordajes seria mas que deseable. Paradojas tiene le vida: este tipo de mirada por su rigidez se convierte en el problema del problema. El pensamiento único, lo único que produce son moldes de Planilandia, (4) (aquel mundo plano que se alarmó cuando lo visita una esfera). Y ya sabemos que la realidad tiene no solo tri dimensión, sino flujos, intensidades, colores y variedad de configuraciones. Por suerte y para nuestro goce.

Por otra parte hay enfoques muy lícitos que en aras de impulsar un debate necesario sobre el marco legal de la circulación de drogas, de su despenalización a veces recurren a otro tipo de reduccionismo. En un error de argumentación minimizan los riesgos individuales y colectivos de sus usos (bajo el argumento discutible del liberalismo individualista de la soberanía del cuerpo), reducen las amenazas reales de los grupos criminales que devienen del capitalismo salvaje. Presentan una solución simple, que por su sola enunciación libera el marco prohibicionista y resuelve también todos los problemas. Parece al menos un poco más difícil. Con infinidad de aristas que no se resuelven de un solo golpe. Requiere pienso, alianzas, caminos escarpados y difíciles donde hay que dar atención a otras dimensiones.

De esa complejidad también aprendimos desde la función pública: se puede avanzar en un cambio de paradigma, más humanos, más debatible, pero sin simplificaciones. De todas maneras el debate planteado hay que encararlo sin prejuicios y es totalmente pertinente.

¿Somos esclavos?

Referirnos solo a las adicciones, al adictus que viene del latín “adjudicado” (mas precisamente de los guerreros vencidos que se adjudicaban como esclavos en la época romana (5) ) nos esclaviza y nos adjudica solo a una esfera restringida del problema. Es evidente que vínculos adictivos pueden expresarse en una variedad de actividades humanas que tienen un patrón de comportamiento muy similar. Sin ir mas lejos el juego, o ludo terapia…que no es precisamente la rayuela, sino que es para ganar dinero. Aunque sea a la rayuela.

Repasemos las pistas de cómo se presenta el problema “en sociedad”:

Tiene la misma secuencia simplista y falsamente moralista: los males de la sociedad son por culpa de “la droga”. En singular. La corrupción, la miseria, la deserción escolar, el delito, la violencia, todo es por culpa de “la droga”. Es una forma de apartar el problema, de no integrarlo y de hacer campañas polítiqueras y mediáticas que generan un daño social mayor.

El reduccionismo y la simplificación son de los peores tóxicos que alteran nuestra mente y modifican nuestro comportamiento. La formulación de políticas publicas a partir de ellos es iatrogénico. Realimenta el circuito toxico. No solo se cometen “daños colaterales”, se parte de supuestos falsos.

Somos categóricos: el consumo de drogas, de circulación licita (que causan graves daños como el alcohol y el tabaco) como la de estatus ilícito, son la expresión de un gran malestar y dolor social. El tráfico de pequeño porte es un problema social que hay que atender. La proporcionalidad de la política criminal sin impunidad y con equidad es una guía fundamental para la economía de la fuerza del Estado. Reprimir sin ton ni son, genera daños irreparables. Gasta mucho y mal. No se trata de inhibir el uso legítimo de la fuerza. Se trata de ser eficientes en la integralidad del enfoque, que reparte cargas y compromisos.

El mundo tiene una sucesión de actas de fracasos en este campo. El enfoque bélico, caratulado como “guerra contra las drogas” no solo no ha reducido sino ha agregado daños. Se abren caminos nuevos. Evidencias científicas y fácticas, buenas y malas prácticas en diversos campos comienzan a aportarse como un camino sinuoso pero fértil desde la óptica de una lucha cultural y política por otro paradigma. Se ha instalado un gran debate. En la región y el mundo. Uruguay se debe en un tema tan delicado y sensible un debate serio, responsable, democrático que contemple todas las miradas, basado en las múltiples dimensiones y con evidencia científica y buenas practicas. Se ha formado una Comisión Especial sobre Adicciones en la Cámara de Diputados. La Asociación Psicoanalista del Uruguay y todas las entidades científicas deben aportar lo suyo.

En este debate, la soberanía del respeto y ejercicio de los derechos humanos es una base fundamental. So pretexto de la amenaza y la alarma se han cometido y se hace todo tipo de barbaridades. Se termina generando lo que se quiere evitar. Uruguay en los foros internacionales forma parte activa de este movimiento renovador, liderando posiciones que lo han prestigiado.

Geopolítica y otras hierbas: “la guerra contra las drogas”

Hay un uso abusivo no solo del consumo y trafico de sustancias. Sino de la alarma publica y del clima de guerra que en realidad es funcional a intereses geopolíticos de grandes potencias. Desde las denominadas Guerras del Opio que sometieron a China a la voracidad comercial de las potencias de la época, la lógica de la guerra derrocha violencia mal usada y genera daños en beneficio discutible de la Nueva Cruzada contra el Mal. La definición de “guerra contra las drogas” en la década del 70, como un tema de Seguridad Nacional de EEUU, potencio una andamiaje internacional, impulso una nueva versión de las Convenciones Internacionales, con la creación de comisiones nacionales al más alto nivel (aunque no tuvieran sentido) una Estrategia Mundial centrada en determinado paradigma que hoy se comienza a revisar. A nivel hemisférico, se transformo en misión central de los cuerpos militares en la mayoría de los países, la presencia de bases militares con funciones múltiples, la invasión de Panamá, el bombardeo de cultivos de hoja coca en Bolivia, el uso de agrotóxicos para los plantíos. La intensificación de penas sin ningún tipo de proporcionalidad y el uso indiscriminado de la fuerza represiva sin ningún criterio focal. Como en una exaltación maniaca y descontrolada se suma la desregulación financiera que en el 90 convirtió a muchos de nuestros países como paraísos fiscales donde se lavaba dinero y el apañamiento de varios gobernantes corruptos vinculados al narcotráfico. America del Norte sigue siendo el 75% del mercado consumidor de cocaína, pero los costos humanos los sigue poniendo el sur. La responsabilidad común y compartida sigue siendo un desafío en materia de cooperación internacional que avanza pero muy lentamente.

Descentramiento positivo

Los intereses económicos vinculados al trafico ilegal y que tienen un continuo en la fase licita vía lavado del dinero, muestran otra faceta de la trama vincular. Delito organizado y lavado son parte del problema.

Las drogas son mercancías. Con su cuota de fetichizacion y enajenación. La ilicitud potencia en forma paradójica el fetiche. Su capacidad de alterar el pensamiento y las conductas lo mismo. Pero además los recubre otro vínculo fetichizado: el dinero.

Descentrar el tema de la sustancia y del consumidor adictivo, adjudicar y comprometer en las responsabilidades sociales y culturales en la que todos estamos implicados es más que un enfoque clínico posible: es una forma eficiente y democrática de co gestionar los riesgos y co construir los controles sociales que permitan un desarrollo humano. Desplegar el entramado social y los compromisos necesarios para su abordaje sano, humano y eficiente. Le hemos denominado descentramiento positivo por cuanto no se desentiendo de las acciones específicas en la materia.

La construcción del fetiche o hechizo (según Corominas el termino proviene de una mala pronunciación de los negros-otra vez esclavos- del portugués feitizo por hechizo) va mas allá de la consideración marxista del papel de la mercancía u objeto. Visualizar y desarmar este “hechizo” cultural es apuntar al nudo central del consumo y trafico salvaje. Que ataca al pensamiento. Promueve el acto e invalida la sanción ética por la divisa darwinista del éxito individual por sobre los demás. El daño social no importa. El Otro no importa. “No podemos andar preguntando si el que trae un capital para invertir es narcotraficante o viene a lavar dinero. Lo importante es la inversión”. Es una versión muy restringida del verdadero empresario visionario que sabe que la inversión chatarra es de corta duración porque convierte “a la plaza”, en país de chatarra.

Otras pistas sobre el malestar social

El consumo de pasta base de cocaína, un precursor y/o subproducto del clorhidrato de cocaína se instalo de la mano de algunas variables de interés:

El rígido control ejercido contra los precursores químicos (usados en los grandes laboratorios de la zona) obliga a una nueva territorializacion en la producción de la cocaína. Las famosas cocinas de menor porte que dedican su esfuerzo principal al clorhidrato for export y nuevos productos para la zona. Producción excedentaria de hojas de coca en Bolivia que a pesar de los esfuerzos de una erradicación consensuada del nuevo gobierno sigue siendo un problema regional. Nuevo marketing del narcotráfico que encuentra un nuevo mercado extendido con la crisis del 2001-2002 para colocar productos de menor precio y menor calidad. Nuevas poblaciones marginalizadas que generan redes ilícitas de sobrevivencia y consumos salvajes que realimentan dicho mercado. Diseminación comercial que tiene como efecto plus, la distracción policial en varios frentes, permitiendo el desarrollo del gran negocio: la cocaína. Esto es asi.

Otra pista: la pasta base no es una droga”buena”, que seduce, de la que su usuario esta enamorado. Es maldecida, no querida. Genera un craving con un displacer intenso. El flash hedónico es referido por los pastabasero como excesivamente fugaz. Si de fugacidad hablamos…

El Dr. Mg. Guillermo Castaño, investigador colombiano en cocaínas fumables se hace preguntas en el terreno de las neurociencias que se correlacionan con la clinica y el trabajo de campo en territorio:

“(…) el efecto reforzador positivo en el caso del clorhidrato se da a partir del sistema de recompensa sobre las vías dopaminergicas produciendo un incremento importante de este neurotransmisor, tras el bloqueo de su recaptación en el área presinaptica, lo que produce placer, estimula el consumo, y por tanto el desarrollo de dependencia”

(…) La tolerancia e intoxicación aguda y quizás la presencia de un Síndrome de Abstinencia subagudo (presente aun en consumo activo) manifestada como una “bajada” tan insufrible y rápida que es la que provoca su uso compulsivo, han hecho famosa la frase “el crack y el basuco son el sueño del traficantes y la pesadilla del adicto” “¿Porqué si se sufre con el consumo de pasta base los consumidores la buscan? los psicoanalistas han hablado del goce masoquista, una explicación desde los postulados de Freud y Lacan, pero seguramente ameritan estudios neurobiológicos.”

(…) ¿Si el efecto de recompensa es negativo que explica la dependencia? (6)

Otra pista: el enorme desbalance en la “alarma” de los efectos del consumo abusivo de bebidas alcohólicas. No figuran en las estrategias antidrogas del mundo a pesar de la evidencia científica del poli consumo y co morbilidad.

Hay una relación de cien a uno de consumidores problemáticos de alcohol con respecto a los de pasta base. (7) Las secuelas del uso abusivo tienen enorme costos humanos, económicos y sociales. Culturalmente, desde las dionisiacas hasta la eucaristía, el alcohol esta “integrado”. Es mas difícil visualizarlo por aquello que todos bebemos de la misma copa. Y porque hay una medida que no es problemática. Allí es donde la frontera entre el problema y la cultura del goce nos alumbra y pone señales de alerta para definir “problema”.

Vacío existencial, vértigo civilizatorio, vacío ético.

Permitan una analogía con lo que llamo el vacío consumista. La “pig law”: el cerdo come y nunca se sacia. No se como se correlaciona con la ley del deseo.

La cultura actual pretende basarse en los miles de objetos que se van sucediendo con un vértigo difícil de ser pensado. Crisis de distribución de bienes en el capitalismo. La intoxicación aguda que recibimos desde los medios masivos de difusión esta formateado por un marketing comercial: vender más. El formato del espectáculo y de la alarma amarilla-naranja o roja incluso para el pronostico del tiempo esta en función de vender todo. Se realimenta y forma una configuración por un imaginario popular que actúa como reforzador negativo, valga el termino. Es una relación totalmente asimétrica, pero el desafío cultural es a dos puntas. Acá se trata de una resistencia cultural necesaria y posible.

El inmediatismo, el video clip, la marca, la alarma. Si rastreamos en cada una de ellas podremos encontrar una analogía con los iconos que caracterizan al consumidor problemático de drogas y su constelación psicopatológica. La alarma mediática lejos de alejar o de prevenir problemas, promueve, comercializa gratis algunas marcas de drogas o algunos formatos delincuenciales. Para el botija anónimo y sin identidad que sale en la tele filmado por las cámaras del comercio rapiñado, no es disuasivo en absoluto. Es promocional. Está chocho de salir en la tele. Hay una fractura brutal de los códigos donde se mueve el país integrado y el país excluido. Promover la integración social, no significa ser débiles en la aplicación de la ley. Se necesita sentido de justicia e ecuanimidad.

Hablamos de fenómeno social como emisario o portavoz de un malestar multifacético por que expresa a veces la exclusión de grandes poblaciones de su derecho a un desarrollo social justo. Las drogas generan mayores daños y más exclusión social. Justo quiere decir que los vínculos entre los hombres y mujeres que viven en sociedad tengan un futuro, un horizonte compartido en términos de equidad. Eso también es seguridad. Se puede ser pobre, tener poca plata y vivir a su vez con dignidad, con proyectos de futuro para sus hijos. Sin tener que estar asomados a la vidriera del lujo, de las marcas imbatibles que prometen la “exclusividad”, de los objetos maravillosos que nos “resuelven” el vacío de la vida y al mismo tiempo, al mismo tiempo se le niegan a millones de hombres y mujeres. Hay un vacío existencial y un vacío ético.

La Vulgata mediática y social adjudica y estigmatiza hacia los jóvenes. Los adultos oscilamos entre la estigmatización, la prescindencia o la demagogia como afirma Marcelo Viñar (8)

En una conferencia que brindé recientemente en la Universidad George Washington citaba a Bernardo Kliksberg que se preguntaba luego del escándalo de Enron.

¿Cómo pudo ser posible? ¿Qué motivó estas conductas? Se trataba de un grupo de ejecutivos formados en algunas de las mejores escuelas de administración de empresas del mundo y que, por otra parte, ganaban algunas de las mayores remuneraciones anuales de la economía americana. Superbien pagados y supereducados.(…) Una investigación del Aspen Institute sobre 2000 graduados de las 13 escuelas de negocios líderes analizó el perfil ético que tenían al ingresar y al salir. Este último era peor al inicial. En otro estudio se preguntó a participantes de MBA qué harían si pudieran cometer un acto ilegal que les diera a ellos (o su empresa) una ganancia de 100,000 dólares, la posibilidad de que los descubrieran fuera del 1% y la pena no mayor de un año. Más de la tercera parte contestó que robaría” (9)

Este estudio es del 2000. Mucho antes del escándalo y crisis mundial por las HIPOTECAS CHATARRAS donde todo el sistema bancario mundial estuvo en cuestión y solo en EEUU la Reserva FederaL tuvo que movilizar 700.000 millones de dólares para salvar el sistema. La noticia fue el procesamiento de un icono de la Bolsa, hombre de bien, supereducados y que ganaba muy bien: Bernard Madoff por un fraude de 50.000 millones de dólares. Por “suerte” en Uruguay hemos sido precursores en estos temas.

Permítanme referirme a la versión nacional del vacío ético. Con su cuota de impacto simbólico demoledor en el fenómeno que intentamos describir.

El clima de alarma sobre seguridad ciudadana tiene el foco en el arrebato y la rapiña. Es real. Como las bocas de venta de drogas. Inciden en la convivencia. Pero no siempre somos ecuánimes en la sanción moral y en el dolo que representa el crimen organizado. En esto se precisa docencia, miradas criticas que rompan la impunidad. Tenemos unas 8000 rapiñas reportadas, de las cuales el 49% son por menos de $500. Con su dosis de violencia. Ahora se descubre una organización de crimen organizado, conformada por algunos Oficiales Superiores de la Armada. Que fueron educados en la Escuela Naval con formación terciaria, instruidos en el honor militar y con la misión de defender la soberanía marítima y fluvial incluido el control del ingreso de drogas. Los costos monetarios son mucho mas alto. Pero hay un tratamiento diferente. No genera alarma de nuestras vecinas. Los noticieros no lo incluyen en policiales ni con musiquita de fondo. No se sale a pedir el aumento de penas contra estos delincuentes. Es mas: tienen amigos que los defienden.

El estado uruguayo tendrá que pagar, por impericia y mal manejo de los controles, 119 millones de dólares a cuatro bancos que fueron corresponsales de la crisis del 2002, crisis que duplico la cantidad de uruguayos y uruguayas debajo de la ominosa pobreza y la mas ominosa indigencia. Cuando el vaciamiento de bancos tuvo como responsables –vaya si es un malestar fétido de la cultura- a una organización criminal de apellido Peirano. El mismo año 2002 donde la sociedad uruguaya, por innumeras variables, incluida esta, empezó a conocer el consumo de pasta base. Eureka.

NOTAS

(1) Licenciado en Psicología. Secretario General de la Secretaria Nacional de Drogas-Junta Nacional de Drogas-Presidencia de la Republica. Docente de Psicopatología. Ex docente de Apex-Cerro (UDELAR)- Técnico Nuclear (CNEA)

(2) Versión de la Biblia en latín corriente del siglo V. El objetivo de la Vulgata era ser más fácil de entender y para divulgar entre las clases populares. La mayoría de los medios de comunicación en el formato comercial pretenden difundir el pensamiento único de manera “entendible”. El formato de noticieros, en nuestro medio, todos con igual formato, sin seguimiento periodístico de los temas, compiten sobre las mismas noticias, con los mismos códigos, con la misma presentación e idénticos actores. Una Vulgata. Donde también hay que reconocer el valeroso esfuerzos de muchos comunicadores que están en un trabajo serio de resistencia cultural a esta hegemonía antiprofesional

(3) Estrategia Nacional sobre el Problema Drogas 2005-2009: www. Infodrogas.gub.uy

(4) ABBOTT, EDWIN A. PLANILANDIA Una novela de muchas dimensiones. © 1992, Seeley & Co., Ltd., London. José J. de Olañeta, Editor Palma de Mallorca.

PLANILANDIA, publicada por primera vez en 1884 con el pseudónimo «A. Square»2, ha ocupado un lugar único en la literatura científica fantástica a lo largo de un siglo.Esta encantadora narración de un mundo bidimensional, obra de Edwin A. Abbott (1838-1926), eclesiástico inglés y estudioso de Shakespeare, cuya vocación eran las matemáticas, se ha hecho famosa como exposición sin par de los conceptos geométricos y como una sátira mordaz del mundo jerárquico de la Inglaterra victoriana.

(5) Una popularización de los ambientes PSI, pretende referir que a-dicción alude a lo no-dicho. Si se usaras el deslizamiento metonímico con pretensiones metafóricas, seria, al menos excesivamente general. En definitiva lo no-dicho es un dato de varios fenómenos psicológicos. Pero etimológicamente es incorrecto: el latín no tiene prefijos y proviene de adictas o sea adjudicado o dedicado según Corominas.

(6) Castaño Pérez, Guillermo. Magíster en Drogodependencia Universidad Complutense de Madrid.:Coordinador Post Grado en Fármacodependencia Universidad Luis Amigo Medellín Colombia

“Perspectivas para el desarrollo de la investigación sobre cocaínas fumables. Efectos Neuro-psico-bio-Farmacologicos de las Cocaínas fumables”

(7) IV Encuesta de Hogares 2006. Observatorio Uruguayo de Drogas. Secretaria Nacional de Drogas-JND. www. infodrogas.gub.uy

(8) Viñar Marcelo: Mundos adolescentes y vértigo civilizatorio. Editorial. Trilce: “Cuando el adolescente llega al mundo del tercer milenio (del rock y la informática) ya no hay meta relatos o discursos de utopía encarnados en la autoridad sólida de las figuras patriarcales, sino los patrones fluidos y cambiantes de la modernidad líquida: ya no hay un establishment social al que aherir u oponerse, sino una sociedad fragmentada donde hay que inventar o construir un intersticio para introducirse y lograr un itinerario que de consistencia y sentido a la propia existencia”

(9) Kliksberg, B: Ética y gerencia de organizaciones. INNOVAR, revista de ciencias administrativas y sociales. No. 22, julio – diciembre de 2003

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