viernes 20 de septiembre, 2024

Ecos de un momento mágico para el país

Publicado el 27/07/10 a las 2:07 am

Por Pablo Anzalone

La Selección uruguaya ha generado un hecho nuevo en la vida del país. No sólo por los resultados en el Campeonato Mundial sino por motivos que lograron entusiasmar a una gran mayoría de la sociedad. Siendo Uruguay un país futbolero con historias emblemáticas, referencias de identidad para los uruguayos, el fenómeno creado en estos meses superó esos círculos.

La participación masiva, exultante, de jóvenes de todos los estratos sociales fue una señal nueva. La alegría signó el clima nacional durante semanas.

Venimos de un país duramente fragmentado.

Ese país de la cola de paja, de la mediocridad, de los acomodos y el clientelismo, el país de la «medianía» que refiere Gustavo Leal en un artículo reciente, vivió una crisis estructural en los años sesenta. La derecha, el gran capital, respondió con un reajuste conservador concentrando la riqueza, endureciendo el modelo político con una represión sistemática. La izquierda, los sindicatos resistieron ese proceso, que llevó a la dictadura cívico militar y el terrorismo de Estado.

Las heridas en la sociedad han sido muy profundas. El neoliberalismo de los años 90 desarticuló aún más las formas de integración social que habían subsistido o se habían reconstruido. Se crearon fuertes dispositivos de fragmentación urbana como la segregación territorial de pobres y jóvenes hacia la periferia urbana, la inseguridad ciudadana en los barrios carenciados, los circuitos sociales de tráfico y consumo de pasta base, el debilitamiento del núcleo familiar como contención. Todo ello en el marco de una campaña de desestímulo a la participación ciudadana y exacerbación del consumo individual, frustrado por la mayor concentración de la riqueza. El pesimismo nacional es un fruto de este proceso. Estos dispositivos no desaparecieron con el gobierno frenteamplista, siguen funcionando. Lo que algunos llaman desafiliación, o desacople respecto a la trama social. Y dan pie a estrategias de control social.

El fútbol actuó también como dispositivo de fragmentación social. La constitución del «otro» en los seguidores de Nacional o la inversa de Peñarol, con sus secuelas de barras bravas, de asesinatos de jóvenes a manos de hinchas de otra parcialidad, la represión organizada desde el Estado para satisfacer el reclamo publico de más seguridad, la vinculación de las mafias del fútbol con las de las drogas. Dispositivos que tienen sus gestores y sus colaboradores, tanto en la conducción del fútbol como en la prensa. El mito nacional de la garra charrúa fue sinónimo muchas veces de un fútbol duro que resolvía con patadas la falta de calidad técnica individual y sobre todo colectiva.

Los jugadores y Tabárez han puesto sobre la mesa otra forma de encarar el fútbol. Y lo hicieron en el mayor escenario del mundo. En un Mundial que, como dice Galeano, fue insólito por muchos motivos, «un reino mágico donde todo puede suceder».

Los valores que esta Selección ha levantado fueron comentados ya por muchos: el fair play es decir el espíritu deportivo ­no es una guerra es un partido­. La preparación tenaz basada en una planificación y el compromiso con un trabajo consecuente. La concepción del trabajo en equipo, por encima de las individualidades, sin opacarlas pero sin pedestales que las aíslan. La solidaridad entre los jugadores y con el técnico. La actitud sobria, alejada del engreimiento y la soberbia, distinta y distante del reparto de las culpas y la apropiación individual de los logros. Incluyendo el respeto por los adversarios. El tono descontraído, sin pompa ni grandilocuencia. Proponiendo un fútbol más agradable de ver, donde todos marcan, tocan, pelean las pelotas, la pasan y también van arriba. Es Tabárez reivindicando que lo importante no son sólo los resultados sino que el camino es, en sí mismo, una recompensa.

Pero la magia del momento está en el entusiasmo desbordante que despertó este equipo con esos valores en nuestros jóvenes y en nuestra sociedad toda. Se abrió un nuevo puente para el diálogo con generaciones y con sectores sociales. La identidad nacional, siempre tan manipulada, tuvo un impulso sorprendente y legítimo, más allá del gran operativo mediático. Como dice Constanza Moreira, los uruguayos recibimos un saludable baño de autoestima.

Por supuesto cada actor procurará utilizar este nuevo fenómeno para sus intereses. Ya la tapa de «Búsqueda» recoge afirmaciones de dirigentes empresariales acerca de cómo la imagen de la Selección, les generará mayores ganancias.

Para el movimiento popular, para la izquierda, para los gobiernos progresistas, los ecos que queden de este momento mágico son una oportunidad para avanzar en una gran batalla por los valores de la sociedad y para construir una trama social integradora y democratizadora.

Tomado el 21/7/10 de http://www.larepublica.com.uy/editorial/417844-ecos-de-un-momento-magico-para-el-pais

Un Comentario para “Ecos de un momento mágico para el país”

  1. angel tellechea

    Jul 27th, 2010

    compañeros ,creo que lo que mostro la seleccion nacional de futbol fue muy importante y ejemplificante. todos los jugadores cumplieron con el trabajo que el tecnico les habia signado,hubo solidaridad ente ellos; tenemos que tomarlo tal ves como ejemplo;compartieron cada pase , pusieron entrega, que es lo que tenemos que hacer cuando hacemos cosas en la vida cotidiana, se pasaban la pelota esperando que se la devolvieran,como esperamos que nos devuelvan en calidad de vida, cuando se trabaja para un pais como este. ellos trabajaron. tenian una meta inmediata el arco.como nosotros estar en mejores condiciones.las metas a largo alcance para ellos los partidos ,las distintas clasificasiones en el torneo,mostraron que todo se puede aprender , pues ellos se tenian que comunicar, la conumicacion fue el vinculo que tuvieron para alcanzar los objetivos; nos dejaron muchas cosas ,aprendizajes que tenemos que resolver en las cotidianidades que siempre tenemos que jugar . un abrazo.

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